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Boric califica de "inaceptable" marcaje en ingreso a U. de Chile

PROTESTA. Estudiantes exigen hacer una marca con pintura a quienes entran a sedes ocupadas para manifestarse en favor de Palestina.
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Redacción

El Presidente Gabriel Boric calificó como "gravísimo e inaceptable" el hecho de que los estudiantes que mantienen tomadas algunas facultades de la Universidad de Chile obliguen a quienes ingresen a las sedes a recibir una marca con pintura como "señal de autorización".

La denuncia fue hecha por el profesor Rodrigo Medel, del Departamento de Ciencias Ecológicas de la Facultad de Ciencias, quien a través de la red social X contó que en las escuelas que se mantienen ocupadas por manifestantes propalestina exigen estas marcas: "Encuentro increíble que a los profesores que queremos ingresar a nuestro lugar de trabajo en la Universidad, los alumnos en toma, como señal de autorización, nos pinten una letra en la mano. ¿Qué sigue?".

Ricardo Brodsky, licenciado en Literatura y director del Museo Benjamín Vicuña Mackenna, respondió en dicha publicación que "el que baila pasa, el que se deja pintar la mano pasa. Es la misma violencia: el deseo de imponer por la fuerza tu voluntad a los otros, sin considerar su dignidad".

Consultado por estos hechos, el Mandatario respondió que "marcar a una persona, profesor, estudiante, funcionario, trabajador, por pensar distinto, creo que es algo que no debe tener cabida ni en una universidad, ni en ninguna parte".

Sobre el hostigamiento a la rectora Rosa Devés luego de que el Consejo Universitario decidió no terminar los convenios con instituciones académicas de Israel, dijo que "en particular la Universidad de Chile tiene que ser un espacio donde, como decía Andrés Bello, todas las verdades se toquen. Por lo tanto, los puntos de vista se puedan debatir, y se tienen que debatir sin lugar a dudas, sin amenazas, sin agresiones y sin coartar la libertad de expresión del otro".

"Persecución"

La ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo, recordó en radio Biobío que "yo fui dirigenta estudiantil y siempre entendimos y respetamos las autonomías universitarias, sobre todo conociendo la historia que tuvieron que atravesar durante muchos años, por instalación militar e intervención política".

Expresó que "es importante que toda esta manifestación y preocupación, que compartimos, sobre lo que está pasando en Gaza, no implique vulnerar lo que son también principios universitarios, como el pluralismo, la diversidad, el respeto de opiniones. Esto es parte también del debate democrático".

Sobre la acusación de los profesores, Vallejo planteó que "las universidades, sobre todo las públicas, pero las instituciones de educación superior como centros de pensamiento que tienen que garantizar diversidad, pluralismo, no pueden, nadie, ni estudiantes ni académicos, ni funcionarios, replicar prácticas que son discriminatorias, o propias de la persecución por pensar distinto".

Fiscal de Venezuela afirma que Chile "vuelve a mentir" sobre caso Ojeda

CONFLICTO. Tarek Saab apuntó a "histéricas" reacciones de nuestro país.
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Durante la jornada de ayer se volvió a abrir el flanco de conflicto con Venezuela luego de que el Presidente Gabriel Boric arremetiera nuevamente contra el régimen de Nicolás Maduro y obtuviera respuesta del fiscal general de ese país, Tarek William Saab.

Mientras sigue con sus actividades en Europa, el Mandatario fue consultado por las críticas que recibió desde el Partido Comunista chileno, su aliado en el Gobierno, luego de que afirmara que las instituciones en el país caribeño están "deterioradas" tras las declaraciones de Saab, quien apuntó al crimen del exteniente Ronald Ojeda como obra de agentes de inteligencia chilenos.

Ayer Boric afirmó que "siete millones de venezolanos han dejado su patria. No hay mucho más que discutir".

Esto fue respondido poco después por el fiscal general venezolano a través de su cuenta de la red social X, en la que se refirió a "las histéricas y distorsionadas declaraciones oficiales de voceros gubernamentales chilenos, en donde a través de su acostumbrado lenguaje soez vuelven a mentir en relación al Caso Ojeda, esta vez para decir que la Fiscalía Venezolana no ha querido cooperar con la investigación relacionada con ese lamentable homicidio. Nos vemos obligados como órgano principal del Poder Ciudadano de Venezuela a hacer pública la respuesta entregada a la Fiscalía Nacional de Chile. Fueron enviadas de manera oportuna a través de los canales regulares".

Ante ello el ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren, dijo que "ya estamos acostumbrados a las declaraciones del fiscal nacional. La verdad es que, siempre lo he dicho, no es la persona más indicada para recomendarnos algún tipo de procedimiento realmente. No vale la pena, no vamos a entrar en esa polémica".

Manfred Svensson

Malentendido histórico

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En una de las primeras declaraciones importantes de su gira europea, el presidente Boric sostuvo el martes que había un "malentendido histórico" tras la adhesión de cierta izquierda latinoamericana a la figura de Putin. No puede caber duda de que tiene un punto importante: muchos imaginan aún a Rusia como "fuente de referencia de la izquierda en el mundo", lo que contribuye a alimentar una alineación en extremo preocupante en la política exterior.

Concedido ese punto, son varias las preguntas que cabe levantar sobre las declaraciones del mandatario. Por lo pronto, ¿acaso habría que observar el conflicto presente de un modo distinto si Rusia siguiera siendo tal referente global de la izquierda? La pregunta parece contestarse sola. Pero el mayor (y revelador) problema se encuentra en la otra mitad de la afirmación del presidente. En su cruzada contra lo más rancio de la izquierda latinoamericana (incluida buena parte de su propio gobierno), el presidente afirma que Putin está en realidad aliado con la "ultraderecha". ¿Qué decir de esto?

Pintando con brocha gruesa, esa afirmación tiene algo de cierto. La oposición a Bruselas a veces termina en el abrazo a Putin (así ha sido con Orban en Hungría o con la AfD en Alemania). Pero cuando uno deja la brocha gruesa y observa con atención el mapa, se encuentra con algo bien distinto de una alianza uniforme entre el gobernante ruso y la nueva ola de derechas europeas. Marine Le Pen, por ejemplo, supo terminar a tiempo con ese insano coqueteo. Su movimiento podrá tener otros problemas, pero ya hace más de un año que describe como catastrófico un eventual triunfo de Rusia. Otro tanto cabría decir de Giorgia Meloni en Italia, cuyo apoyo a Ucrania ha sido consistente. Y fueron los movimientos de estas mujeres, mucho más que la AfD, los que salieron fortalecidos en la elección del Parlamento Europeo del pasado fin de semana.

Ese punto es relevante no solo por lo que dice de la relación con Putin, sino por lo que nos recuerda sobre las diferencias entre los movimientos de cada país etiquetados como ultraderecha. Porque estos movimientos tienen obviamente algo común, en su mirada severamente crítica sobre la inmigración. Pero tienen también diferencias importantes en su composición ideológica. En el plano religioso hay desde movimientos neopaganos a otros de orientación cristiana. Tampoco en el antieuropeísmo hay una nota común, sino importantes diferencias (Meloni, una vez más, lo ilustra bien). Y luego están las formas políticas: el tono rupturista y de denuncia les puede ser común, y en algunos casos tiene visos patológicos. Pero también en eso hay diferencias de grado entre un país y otro.

¿De qué sirve poner el mismo mote de ultraderecha a todo ese conjunto? Sirve, claro está, para identificar cierta orientación común. Pero sirve asimismo para que la izquierda eluda su deber de autocrítica. Y algo revela, también, de nuestro presidente: Boric tiene una evidente ventaja respecto de la izquierda latinoamericana atrapada en gruesas categorías del pasado; pero atrapado en las gruesas consignas del presente, esa ventaja no es gran cosa de la cual jactarse.

"¿De qué sirve poner el mismo mote de ultraderecha a todo ese conjunto? Sirve, claro está, para identificar cierta orientación común. Pero sirve asimismo para que la izquierda eluda su deber de autocrítica".

*Universidad de los Andes.