Que ya se posesione el Acoso Escolar con un día internacional es muy sorprendente aunque haya pasado inadvertido. Se habría fijado los 16 de Abril. Existe una Red de Periodismo humano que da a conocer la situación de Suiza que ocupó el primer lugar en Acoso Escolar según el estudio global PISA 2018 de la OCDE, leímos esta información en el "Mostrador" 2 de mayo 2024. ¡Suiza es un país casi idílico por su naturaleza en el centro de Europa con un alto nivel de calidad de vida!

Se agregaba: "Casi uno de cinco estudiantes en EE.UU. y Europa experimentaban acoso escolar. Se han promulgado diversas leyes en distintos países. En nuestro Chile las cifras de la Superintendencia de Educación las denuncias de mal trato aumentaron un 87% en 2023 respecto al 2022. En Antofagasta solemos informarnos por la Prensa con cierta frecuencia de las agresiones escolares. Sobran leyes y protocolos, pero la vida de las contingencias las superan.

Se dice que la "fábrica de violencia" viene de afuera hacia dentro y la escuela la agudiza por sus "estresantes tejidos internos". Nuestra sociedad puede ufanarse con sus progresos tecnológicos, específicamente con la Inteligencia Artificial. Sin embargo nuestra civilización continúa en sus fratricidios desde Caín que mata a Abel. Hoy por hoy las guerras son infernales. Nos vemos como humanidad desgarrada.

¿Los Acosos Escolares, no son un reflejo de una sociedad que ha perdido la sensibilidad de sernos semejantes unos de otros? Nuestra corporalidad humana nos dice que hemos salido de un útero y todos tenemos un día final.

Los factores de las violencias provienen de los calderos de las frustraciones internas como de los ebrios de poder que invaden a los demás. Decimos que el poder enceguece, y las guerras son sus evidencias sangrientas.

Nuestra tragedia civilizatoria es vivir a espaldas de nosotros mismos, el principio de la cuna griega nos precisa: "CONÓCETE A TI MISMO" implica renacerse a sí mismo. Auto transparentarse desde nuestra corporalidad diseñada para convivir, difundir la armonía intrínseca de nuestro cuerpo, nuestro alma, nuestro espíritu. Pese a nuestra vulnerabilidad de equivocarnos, de errar, de descarrilarnos, al final del día podemos reflexionar, la conciencia nos interpela.

Esta es nuestra propuesta: así como nos formamos en las entrañas de nuestra madre, formémonos con la inteligencia del corazón que nos pulsa cada instante: Es la vida que se correspondencia en reciprocidades… ¿No vivimos por esta tierra fecunda y nos fecunda? Démosle a nuestra inteligencia su destino primordial de ver por dentro, de ver desde dentro. La inteligencia que se nos ha dado no es para armarnos sino para amarnos. Sí, Los hechos son porfiados, nos acostumbramos a las desconfianzas, confrontaciones. Cuando nos perdemos de rutas, por sentido común, es regresar al punto de partida. Nacimos para convivir. Formarnos para convivir, para colaborarnos. Objetivo esencial en toda educación para un presente y sustentable futuro. Aprender a valorarse a sí mismos valorándose con sus próximos.

Categóricamente decimos que no es utopía. Somos diferentes pero jamás adversarios, enemigos… la creación es infinitamente diversa es su riqueza, pero igualmente armónica, unitiva.

Las relaciones humanas nos definen por el lenguaje y las coordinaciones. La segunda se explica en toda su complejidad porque existe lo primero, una creación mayúscula entre todas las especies de nuestro planeta.

Las coordinaciones permiten construir futuros, proyectos, planificar y crear todo aquello que no existe.

Habremos de concordar en que el mundo de hoy es cada vez más complejo, desde el punto de vista de las coordinaciones. La exportación de cobre, por ejemplo, es una danza de múltiples actores y máquinas que hacen posible que la roca se transforme en un elemento que es posible de utilizar en todo el planeta. Desde la extracción, la molienda, el fundido y el transporte terrestre y marítimo. Si un eslabón de la cadena falla, todo el entramado fracasa, rompiéndose una cadena de promesas, que son otro de los valores que nos identifican.

Es por ello que el mundo actual no es para lobos solitarios que levantan banderas, el éxito de cualquier emprendimiento o política pasa por una labor colaborativa de múltiples instancias y por eso las coordinaciones son tan relevantes.

Nuestras ciudades y nuestra región tienen enormes desafíos en materia de seguridad y calidad de vida, en vivienda, en salud y educación, lo que exige comprometerse con el otro cuando se trata de bien común.

Muchas veces apreciamos que impera la mirada corta de algunas autoridades en no aportar para no beneficiar a un tercero que aparece como adversario. Y así comienza la suma cero, esa mirada ramplona que solo pagan los ciudadanos.

Más allá de cualquier diferencia ideológica legítima, las autoridades, en especial, deben trabajar en conjunto y desempeñar su rol de agentes de cambio positivo. Son demasiadas las tareas que lo exigen.