Pese al paupérrimo nivel de legitimidad de los partidos políticos, estos son fundamentales en toda sociedad democrática. En realidad son indispensables. Por ello, varios representantes de partidos políticos de distintos sectores, se reunieron en El Mercurio de Antofagasta para abordar los desafíos que enfrenta la región y sus respectivas comunas.

Los partidos políticos representan diferentes ideologías, intereses y valores dentro de la sociedad. Al ofrecer a los ciudadanos opciones políticas diversas, permiten que diferentes grupos y comunidades se vean reflejados en el proceso político; en tal sentido, formulan políticas públicas y propuestas legislativas que reflejan las preferencias y prioridades de sus miembros y simpatizantes; ejercen un control y equilibrio del poder y proporcionan estabilidad al sistema político al ofrecer estructuras organizativas y procesos institucionales para la competencia política. Esto ayuda a evitar la fragmentación y la polarización extrema, promoviendo en su lugar un proceso de toma de decisiones más coherente y predecible.

Esto es bien estructural porque dotan de voz a la gente, pero no de manera anárquica, sino determinada por los bordes de la concepción ideológica que haya detrás de cada tienda.

Uno de los principales riesgos actuales es la emergencia de los populismos y contra aquello deben lidiar las coaliciones que están -ciertamente- muy venidas a menos, tanto porque los horizontes de sentido masivo están cada día más deteriorados o destruidos, por la consolidación de un individualismo en todos los planos, como porque se percibe que hoy no se necesitan intermediarios para alcanzar determinados objetivos.

Pero los partidos no son ajenos a la sociedad y al menos en Antofagasta, los necesitamos y mucho.

Insostenible es la situación que afecta a las familias que viven en el sector norte que sufren las consecuencias de las quemas ilegales que se producen en las inmediaciones del ex vertedero La Chimba. Desde su cierre a fines de 2019, el basural que por más de 50 años recibió los desechos de todo Antofagasta, ha sido un foco de contaminación e insalubridad en torno al cual hoy se levantan las viviendas del Plan de Emergencia Habitacional.

Estas quemas ocurren casi todas de madrugada, y si bien las autoridades han hecho un esfuerzo por controlarlas, hasta la fecha no ha sido suficiente para poner fin al problema. En agosto de 2016 surgió una propuesta de solución desde el propio municipio, cuando se proponía transformar en áreas verdes el ex vertedero para dar vida a un gran parque urbano de 170 hectáreas para el cual incluso existían imágenes objetivo que lo mostraba como el mayor pulmón verde de la comuna, con espacios para el deporte, la familia y un área cívico-cultural.

En aquel entonces, cuando fue anunciado el proyecto, corrían ocho meses de la ejecución de un Estudio de Prefactibilidad del Plan de Remediación y Recuperación del Vertedero La Chimba a cargo de la consultora Amphos 21. Sin embargo, tiempo después el proceso tuvo inconvenientes y quedó como muchos otros proyectos anunciados en la ciudad, en nada.

Pero no todo está perdido, es posible retomarlo considerando como ejemplo otros casos exitosos de remediación de suelo y vertederos; Moravia en Medellín, Colombia; Hiriya en Israel; Jinkou, China; Park Mount Trashmore y Fresh Kills, en Estados Unidos, este último ubicado en Nueva York y un caso para analizar porque era un vertedero de 890 hectáreas, uno de los más grandes del mundo, clausurado en 2001 por secciones y que desde entonces han trabajado en el rescate de los humedales que lo circundaban, devolviéndole al lugar la topografía original y la fauna autóctona. Además, este parque cuyo término de construcción se proyecta para 2035, contará con 18 hectáreas de paneles solares y un sistema de conversión de residuos en gas natural para generar electricidad a 2.000 viviendas ubicadas en sus cercanías.

¿Por qué no soñar con algo así para Antofagasta? Es posible transformar el ex vertedero La Chimba en un área de esparcimiento de escala intercomunal. Para eso es necesario e imperativo atender la problemática con intervención público-privada desde la lógica de área metropolitana. Sin ir más lejos un caso similar está aplicando el Gobierno Metropolitano de Santiago con el Parque Lo Errázuriz, antiguo ex vertedero de la comuna de Estación Central que gradualmente aspira a convertirse en uno de los parques urbanos más grandes de la RM.

Diagnósticos que confirman la gravedad del asunto y que demandan una solución urgente, existen. Lo hizo el INDH a comienzos del año pasado con su informe en el que se reconoce la vulneración de los derechos; a la salud, a vivir en un medio ambiente limpio, sano y sostenible, y el derecho a la vivienda adecuada. Lo propio hizo el reporte sobre la calidad del aire presentado por la Seremi de Medio Ambiente en marzo recién pasado, con la identificación de las áreas con mayor concentración de partículas PM2.5 transportadas por el viento producto de las quemas ilegales.

También es claro que tenemos que avanzar en educar en cuanto a reutilización, reducción, compostaje y reciclaje de residuos municipales siguiendo el ejemplo de los países de la Unión Europea que al 2025 se preparan para reciclar el 55% de sus residuos domésticos. Una meta difícil, pero no imposible de lograr si empezamos desde ya a trabajar en ello.