46 años Movimiento Forma y Espacio
La Real Academia de la Lengua Española, define el término Geometría como parte de las matemáticas, que trata de las propiedades, relaciones y medidas de la extensión. En las artes plásticas, usamos la geometría con la misma precisión para resolver los problemas que crean las emociones y reflexiones convertidas en cálculos y estructura visual artística.
Las formas geométricas aparecieron en la época neolítica, caracterizando no sólo al arte árabe, sino también al incásico y más específicamente al diaguita, que floreció en nuestro territorio. Periódicamente, el arte constructivo geométrico se inserta como contrapartida del romanticismo dionisiaco. En el Renacimiento aparece como la "divina proporción" o "teoría de número de oro" de los pitagóricos. Según aquellas ideas e instituciones, el universo vendría a ser una obra de arte magna, cuyos componentes poseen la maravillosa y mágica condición de "construirse" o hacerse a partir de sí mismos. Tal cualidad estaría expresada en la progresión o serie de Fibonacci, cuyo origen determina el principio de armonía natural, que es una constante armónica de la construcción de los seres y los objetos de la naturaleza.
Los impresionistas, fauves y expresionistas, realizaron un arte de acento romántico individualista, primordialmente sostenido por el instinto. El cubismo fue una reacción, una voluntad de orden, equilibrio y armonía que perseguía la rehabilitación de los valores eternos de la pintura. Así, al desenfreno oponía la medida. A la improvisación, la reflexión. A la violencia incontrolada, la norma inteligente. A la liberación de origen emotivo e instintivo, la contención consecuente y la vigilancia mental en la realización total de la obra. Piet Mondrian. Lleva esta experiencia hasta las últimas consecuencias, recuperando la superficie de la tela con ángulos rectos. Divide la superficie de cuadro en zonas geométricas organizadas en rigurosas compensaciones matemáticas. Son superficies de colores puros sin modulación alguna, que se oponen en vibrantes contrastes. La terminación del cuadro es de una artesanía impecable. Elimina la vibración sensible y sentimental, la expresión de la individualidad del artista. La obra es una creación absoluta del espíritu ajena a toda referencia a la naturaleza, regida sólo por las leyes que determina la inteligencia.
Ramón Vergara Grez. Santiago, junio 2001.