Entre el 2019 y el 2024 los imputados en prisión preventiva aumentaron un 52%
JUDICIAL. Expertos coinciden en que este incremento impacta en el sistema penitenciario, que ya se encuentra sobrepasado por el hacinamiento.
Durante los últimos cinco años, el número de imputados que componen la población privada de libertad ha crecido sostenidamente. Si para abril del 2019 la Región de Antofagasta registraba 770 personas en esta calidad recluidas 24 horas, hasta el 31 de marzo de este año dicha cifra creció en un 52,08%, con un total de 1.171 individuos, según los datos de Gendarmería.
Un indicador que refleja el debate sobre el uso de prisión preventiva como medida cautelar y su impacto en la sobrepoblación penal, y que enfrentó al ministro de Justicia, Luis Cordero, con representantes del Ministerio Público y del Poder Judicial.
Pero, ¿cuánto equivalen los imputados en la población penal recluida? De acuerdo con los datos abiertos de Gendarmería, hasta el 31 de marzo del 2024 los 1.171 imputados recluidos representaban el 39,1% de los 2.992 individuos que están privados de libertad en la región, mientras que un 60,9% está condenado (ver gráfico).
Lógicamente, dicha brecha también se ha estrechado a nivel nacional. Para 2019 - el último año disponible en las estadísticas de Gendarmería-, los imputados privados de libertad eran un 32,2% versus un 67,8% los condenados, para este año la diferencia se acortó levemente: 36,3% frente a un 63,7%, respectivamente.
Debate
Álvaro Castro, profesor de Derecho Penal de la Facultad de Derecho de la U. de Chile, acota que la Reforma Procesal Penal considera respuestas rápidas, como la aplicación de procesos abreviados, que "traen como consecuencia que la prisión preventiva no sea necesaria como respuesta inmediata".
Como sea, el experto recuerda que desde 2005 en adelante se implementaron reformas procesales "que van desfigurando el espíritu de la reforma y la configuración del sistema penitenciario". Ejemplifica con una agenda corta del 2008, "que incorpora para la prisión preventiva la causal de 'peligro para la sociedad' y la apelación de la resolución del juez de garantía que niega lugar a la solicitud de prisión preventiva". Esto, argumenta, "produce efecto suspensivo y en consecuencia el imputado debe permanecer privado de libertad hasta que la Corte de Apelaciones resuelva el recurso".
Castro también señala que "las demandas ciudadanas por mayor seguridad y la presión de los medios de comunicación son factores indirectos que pueden impactar en la tendencia al alza en la aplicación de la prisión preventiva".
Sem Sandoval, profesor de Derecho Procesal en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la U. de Antofagasta, complementa otras posibles razones. Por ejemplo, apunta a una "amplitud y vaguedad" en la causal de prisión preventiva por "peligro para la sociedad". Esto, explica el académico, facilita la aplicación de esta medida cautelar, y "frente a ello, tiene muy poco que hacer la defensa".
"En otras legislaciones no existe esta causal de prisión preventiva y se establecen criterios objetivos y más o menos restrictivos para la aplicación de la prisión preventiva", menciona. Otra arista, sostiene, es la "inercia cultural que dejó el procedimiento penal inquisitivo chileno que rigió en el país por casi un siglo. A poco más de dos décadas de la entrada en vigor del Código Procesal Penal, que rige los casos penales por regla general, todavía se percibe una inercia en no reconocer en serio la presunción de inocencia, respetar la libertad personal y comprender que, antes que la prisión preventiva, deben preferirse medidas alternativas".
Sobrepoblación
Bajo la perspectiva de Camila Leonicio, docente de la U. Católica del Norte y defensora penal pública, el efecto del uso de esta medida ha impactado en el número de personas en centros penitenciarios. "Esto ha hecho que hoy día el sistema penitenciario esté muy sobrepasado".
La académica subraya que existe "muy poco otorgamiento de beneficios intrapenitenciarios, como la libertad condicional. Entonces las personas que antes iban dejando cupos por estas salidas progresivas ya no lo están haciendo. Y ahora las cárceles están en general con sobrepoblación, y otros recintos con hacinamiento".
Coincide Álvaro Castro, quien explica que el impacto se observa en los niveles de ocupación del sistema penitenciario, considerando que cuenta con cupos, personal y recursos limitados. Aunque también acota que el incremento de las prisiones preventivas no es el único factor que aumenta el hacinamiento. "También impacta directamente la excesiva utilización de la pena privativa de libertad por sobre las penas sustitutivas, la escasa aplicación de la puesta en libertad anticipada - salidas carcelarias y libertad condicional- y la baja calidad de los programas de reinserción social que se ofrecen en el interior de las cárceles".
Política pública
Con todo, el académico de la U. de Chile plantea que se debe pensar en una política pública que permita matizar entre los tipos de criminalidades y dureza en las sanciones. "No todo puede ser tratado como crimen organizado y solucionarse con cárcel sin salidas anticipadas y prisión preventiva. Se requiere que cada uno de estos factores tengan una regulación o mirada conjunta, así el sistema pueda brindar soluciones calibrando seguridad, seriedad de la sanción y espacios de reinserción".
Además, sentencia que "tampoco sacamos nada con sólo construir cárceles, porque nunca serán suficientes si no calibramos todos los factores anteriores".