"Tenemos un estado ausente, porque ni siquiera desde la gobernación nos han llamado", afirma Elizabeth Andrade, presidenta del macrocampamento Los Arenales, al referirse a la eventual asistencia y ayuda social que pudieran haber recibido por las lluvias del fin de semana en la ciudad.
El sistema frontal registrado entre la madrugada del sábado y domingo, como otros ocurridos en años previos en la ciudad, provocó alarma en habitantes de los numerosos campamentos en la ciudad. El principal temor: los riesgos de remociones en masas. Como también el eventual daño en viviendas en su mayoría de material ligero.
De acuerdo a datos del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), las lluvias afectaron a un total de 70 viviendas en la región: Antofagasta (10), Mejillones (41) y Taltal (19).
Desde el departamento de comunicaciones del municipio detallaron que el fin de semana se distribuyeron de forma preventiva 1.137 plásticos (nylon) a 78 juntas de vecinos, luego de que estas organizaciones reportaron la cantidad que necesitaban por sector. Según agregaron, la ayuda se proporcionó a juntas de vecinos constituidas formalmente.
Durante la jornada de ayer, en tanto, residentes y dirigentes de distintos campamentos en la capital regional comentaban que las autoridades no se acercaron ni para conocer el estado en el que se hallaban sus viviendas ni para ofrecer algún tipo de ayuda para quienes sufrieron algún tipo de filtración por el agua caída. "Obviamente que afectan las lluvias, pues nuestras construcciones son de material ligero. Pero pudimos autogestionar soluciones entre nosotros", agrega Andrade.
"Vimos que entregaban ayuda, plásticos, en las juntas de vecinos. Pero esto no contempla a los campamentos. A nosotros no nos han entregado nada. Tampoco ni nos han llamado (...). La situación no ha sido tan complicada. En nuestro comité de 113 casas, solamente dos se vieron afectadas. Por lo mismo fue más fácil de manejar. En nuestra sede tenemos calaminas y otras cosas de reserva", añade la dirigenta vecinal de nacionalidad peruana.
Afectaciones menores
Erika Avellaneda, residente boliviana del campamento Mirador La Portada, explica que la presidenta de la junta vecinal del sector recorrió algunas de las viviendas para chequear en qué estado se encontraban. "Algunos vecinos se vieron afectados, se mojaron un poco, porque sus techos estaban un poquito malos. Pero no hubo ningún desplazamiento. Aunque hubo alerta y preocupación de que pudiera pasar algo".
"No se aparecieron (las autoridades). Nada. No llegó nadie. Solamente la presidenta de la junta de vecinos del campamento se acercó para saber cómo estaban los vecinos. Si necesitaban algún tipo de ayuda (...). Ese día lo que nos llamó la atención y dio mucho susto, fue que, en el tema de la energía, un generador que pusieron los vecinos para la electricidad empezó a echar humo. Pero no pasó a mayores", detalla Avellaneda.
Mientras que Madeleine Yangua, residente peruana del campamento Villa Constancia, comenta que no sufrieron con viviendas anegadas por las lluvias. "Como es tierra acá arriba, se absorbió el agua, gracias a Dios. Pero nadie de las autoridades vino para ver cómo estábamos", manifiesta.