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Gabriel Salazar y la imprenta de Luis Emilio Recabarren.

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En días pasados, Antofagasta se llenó de historia y de visitas ilustres. Por invitación de la Agrupación Artístico Cultural Compañía La Favorecedora, dirigido por Arlette Ibarra, estuvo en nuestra ciudad el historiador y Premio Nacional de Historia, Don Gabriel Salazar, acompañado de la actriz y Directora de Teatro Nelda Muray. El motivo de esta visita fue el lanzamiento del libro "Recabarren: drama político: Liberación, soberanía, tragedia".

Con gran asistencia de público, el libro fue conocido en el salón Auditórium del Museo Ruinas de Huanchaca. Don Gabriel presentó el libro en una jornada, en que dio a conocer la temática de dicho libro. Está focalizado en el período 1911 - 1924, época en que surgió el único "intelectual orgánico" de la historia política del pueblo: Luis Emilio Recabarren.

A su vez, Nelda Muray, directora ejecutiva de la compañía Teatral Dramática Nacional, se refirió al estilo en que está escrito el libro, como un registro teatral. Ella puso toda su vocación solidaria, su sapiencia teatral y su tenacidad para lograr el texto que presentaron.

Por la tarde, don Gabriel fue invitado a la imprenta de don Luis Emilio Recabarren, en la sede del Partido Comunista. Lo acompañamos varias personas. Nos atendieron cordialmente y nos entregaron todos los antecedentes de que se dispone. Con mucha emoción recorrimos las instalaciones con el respeto y la conmoción que produce este lugar. Ver aquellas antiguas maquinarias empotradas en el piso, para evitar que las requisaran y se las llevaran. Máquinas diferentes, de distintos tamaños, deterioradas, pero altivas, como si guardaran recuerdos nostálgicos de que alguna vez fueron protagonistas de una etapa tan importante de nuestra historia como es la etapa de las grandes conquistas sociales.

Estar allí es como retroceder en el tiempo, es como sentir el tremendo peso patrimonial e histórico de ese lugar. También vimos el espacio, dentro del mismo local de la imprenta, donde, en el año 1921, se organizó un pequeño hospital, donde se refugió a heridos de la matanza de San Gregorio. Este pequeño recinto de salud era atendido por Teresa Flores, gran personaje, luchadora, valiente, segunda esposa de Recabarren.

Don Gabriel Salazar sacó fotografías, escuchó, tomó notas, luego observó el lugar donde estaba ubicado el escenario del Teatro Obrero, en un segundo piso sobre las instalaciones de la imprenta. Y, finalmente, nos dijo: "Es increíble que un tesoro patrimonial tan importante aún se mantenga. Yo desconocía su existencia. Es una tremenda responsabilidad las que tienen ustedes, Este sitio hay que ponerlo en valor y que se conozca. Que las actuales generaciones investiguen y rescaten este legado y lo hagan suyo. Es un patrimonio demasiado valioso e importante. Igual de grande es vuestra responsabilidad de rescatarlo y ponerlo al servicio y conocimiento de la comunidad".

Ya podemos vislumbrar algunos efectos de las palabras de don Gabriel Salazar: el Partido Comunista está elaborando un guión para realizar una visita guiada a la Imprenta de Luis Emilio Recabarren.

María Canihuante, curadora del Patrimonio de Andrés Sabella.

La velocidad de la percepción visual varía mucho entre personas

DUBLÍN. Al ver más imágenes por segundo, tienen una ventaja innata sobre otros.
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Agencias

La velocidad a la que percibimos las señales visuales varía mucho de una persona a otra, lo que implica que algunas acceden a más información visual por intervalo de tiempo y podría darles una ventaja innata en tareas en cada segundo es crucial para responder.

Un estudio que publica Plos One encabezado por el Trinity College de Dublín indica que algunas personas perciben señales visuales que cambian rápidamente a frecuencias y que otras no pueden percibir.

La velocidad con la que percibimos el mundo se conoce como 'resolución temporal' y, en muchos sentidos, es similar a la frecuencia de actualización de un monitor de ordenador.

El equipo descubrió que existe una considerable variación entre las personas en cuanto a su resolución temporal, lo que significa que algunas ven efectivamente más imágenes por segundo que otras.

Para cuantificarlo, utilizaron el 'umbral crítico de fusión del parpadeo', una medida de la frecuencia máxima a la que un individuo puede percibir una fuente de luz parpadeante. Si la fuente de luz parpadea por encima del umbral de una persona, no será capaz de ver que parpadea y la verá como fija.

Los investigadores realizaron un experimento con luces que parpadeaban a diferentes velocidades. Alguno de los participantes indicaron que veían la luz completamente quieta cuando en realidad parpadeaba unas 35 veces por segundo, mientras que otros eran capaces de percibir el parpadeo a velocidades superiores a 60 veces por segundo.

Además, midieron la resolución temporal en múltiples ocasiones en los mismos participantes y descubrieron que, aunque existe una variación significativa entre individuos, "el rasgo parece ser bastante estable a lo largo del tiempo dentro de los individuos".

Aunque nuestra resolución temporal visual es bastante estable de un día para otro en general, los análisis sugirieron que puede haber una variación ligeramente mayor en el tiempo dentro de las mujeres que de los hombres.

Los expertos aún no saben cómo podría afectar esta variación en la resolución temporal visual a nuestra vida cotidiana, pero consideran que las diferencias individuales en la velocidad de percepción podrían hacerse patentes en situaciones de alta velocidad en las que se necesite localizar o seguir objetos en rápido movimiento. Ejemplo: los deportes con pelota.

"Esto sugiere que algunas personas pueden tener ventaja sobre otras incluso antes de haber tomado una raqueta y golpeado una pelota de tenis o agarrado un mando y saltado a algún mundo de fantasía en línea", destacó Andrew Jackson, uno de los firmantes.

Como solo tenemos acceso a nuestra propia experiencia subjetiva, podemos esperar ingenuamente que los demás perciban el mundo de la misma manera que nosotros, agregó.

Ejemplos como el daltonismo demuestran que eso no siempre es cierto, pero hay formas menos conocidas en que la percepción también puede variar. Este estudio -dijo- "describe una de esas diferencias: la velocidad de fotogramas de nuestros sistemas visuales. Algunas personas parecen ver el mundo más rápido que otras".