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Tiene que existir mayor prevención

Las explicaciones de Aguas Antofagasta por el masivo corte de agua potable pierden peso al ser incapaces de contar con un plan para afrontar una emergencia de esta magnitud. La obligación es que la salida debe estar antes para evitar el sufrimiento de tantas familias, muchas de ellas que ya conviven con precariedades y otras dificultades.
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En el mejor de los escenarios la reposición del agua potable en los sectores afectados, será a partir de la tarde del viernes. Es decir, el 50 por ciento de los antofagastinos tendrán que pasar la semana sin este fundamental suministro lo que tendrá serias repercusiones en el desenvolvimiento de su actividades cotidianas.

Sabemos que siempre es posible encontrarnos con imprevistos y contingencias. Lo importante es estar prevenidos y resolver con el menor impacto posible y ponerse en el peor de los escenarios, incluso catástrofes.

Ello es lo que faltó en el caso del masivo corte. Aguas Antofagasta debió contemplar dentro de sus contingencias una falla de esa magnitud y contar con las herramientas para actuar con prontitud y afectar lo menos posible a la población.

No es posible que no se previera una emergencia de este tipo y se contara con otro sistema de abastecimiento energético. La "permisología", según el gerente de Aguas Antofagasta, ha impedido avanzar con una red eléctrica aérea, principalmente en un sector de la autopista.

Razón casi incomprensible cuando vemos torres de alta tensión repartidas por todos los sectores de la región. Es decir, cuánto se hizo para avanzar en ese sentido, esa es la gran incógnita y principal crítica para la sanitaria.

Historia similar vivió Calama hace algunos años con las lluvias estivales y según la sanitaria tras días sin agua se superó la emergencia y hoy, aseguran, que están preparados para problemas para reaccionar ante una emergencia de esa naturaleza.

No es posible que suframos una emergencia para reaccionar y encontrar la solución. La obligación es que la salida debe estar antes para evitar el sufrimiento de tantas familias, muchas de ellas que ya conviven con precariedades y otras dificultades.

Antofagasta sin agua

Dr. Gabriel González L. , Académico UCN "No podemos proyectar el desarrollo de una ciudad y de una región con bases de resiliencia tan débiles".
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Los sistemas críticos tales como agua potable, energía y salud son claves para mantener el funcionamiento de una ciudad en el nivel mínimo para suplir las necesidades de la población. Es por esto que los sistemas críticos deberían ser altamente confiables en su operación, capaces de resistir eventos imprevistos de cualquier naturaleza, sean de origen natural o antrópico.}

La criticidad de un sistema implica la necesidad de implementar medidas de mitigación frente a eventos indeseados y, sobre todo, para asegurar su operatividad hay que dotarlos de redundancia, es decir de alternativas de operación/suministro bajo situaciones críticas.

La actual crisis del agua en Antofagasta producto del daño accidental a la planta desaladora nos demuestra claramente que el sistema de suministro de agua potable no tiene redundancia, ni tampoco está provisto de medidas de mitigación. Por lo que, sumado a que el sistema de emergencia de provisión de agua potable ha sido insuficiente en las primeras horas de la emergencia, se hace necesario revisar las bases que sustentan la operatividad de los sistemas críticos en Antofagasta.

Evidentemente, como ciudad estamos en deuda ante una crisis como esta. Es impensable imaginar cuál va a ser la respuesta de Antofagasta ante un terremoto y tsunami como el que afectó a la zona de Chile Central el año 2010.

Si no dotamos de redundancia a los sistemas críticos, es seguro que ante un evento como ese la mayoría de los sistemas críticos van a fallar, tendremos una larga interrupción del suministro de agua potable y una falla del sistema de alimentación eléctrica.

No podemos proyectar el desarrollo de una ciudad y de una región con bases de resiliencia tan débiles, es clave preguntarse qué estamos haciendo como ciudad y región para mitigar estos impactos. Transformar la visión del desarrollo implica transitar por el camino de modelos más complejos de suministro de bienes y servicios básicos, pero además adecuar la funcionalidad del sistema de operación de la ciudad a demandas exigentes como el evento ocurrido esta semana u otro de mayor intensidad.

Esperamos, como habitantes de Antofagasta, que a lección haya sido aprendida y las autoridades pertinentes pueden establecer compromisos a la altura de las demandas y las circunstancias.

Paz Educa, convivencia escolar y la imperativa necesidad de una educación sin violencia

Gayle Mac-Lean , Directora del Área de Justicia y Prevención de Paz Ciudadana " La percepción de acogida y seguridad en las escuelas se puede mejorar al fortalecer los conocimientos y herramientas". Francisca Werth, Directora de Innovación de, Paz Ciudadana
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La educación en nuestro país enfrenta desafíos considerables, desde la exclusión escolar hasta las dificultades postpandemia por todos conocidas. Un aumento alarmante en las denuncias de violencia en las escuelas, reportado por la Superintendencia de Educación (del 60% en denuncias y 23% en denuncias por maltrato físico y psicológico en las escuelas, respecto del primer trimestre de 2022), nos obliga a reflexionar sobre la urgencia de abordar este problema, especialmente, con miras al año escolar 2024.

Diversos estudios longitudinales señalan que la familia y las escuelas juegan un papel crucial en la socialización primaria de niños, niñas y adolescentes, pudiendo influir negativamente en las trayectorias vitales (Magnus et al. 2016, Farrington et al. 2018). La violencia en las escuelas no sólo afecta el presente, sino que puede convertirse en un factor de riesgo para futuros problemas.

Fundación Paz Ciudadana, a través de su programa Paz Educa, trabaja desde hace más de 15 años asesorando a comunidades educativas. Actualmente, en la Región de Antofagasta, implementamos el programa en 12 escuelas, enfocados en fortalecer la convivencia escolar. Este modelo aborda la cultura educativa a través de procesos de diagnóstico, reflexión, planificación, intervención y evaluación, que influyen en los modos de convivir de cada comunidad educativa.

La percepción de acogida y seguridad en las escuelas se puede mejorar al fortalecer los conocimientos y herramientas de profesores, asistentes de educación y directivos, con un enfoque de disciplina formativa y orientada a la generación de vínculos positivos. Lamentablemente, el 45% de las escuelas carece de personal capacitado, y la falta de protocolos adecuados agrava la situación (Superintendencia de Educación, 2019).

Paz Educa se enfoca en este desafío. Tiene distintos componentes: la prevención situacional, que fortalece la gestión de espacios escolares, y la prevención focalizada, que empodera a los estudiantes para abordar los desafíos de la convivencia.

La convivencia escolar es cotidiana, dinámica y compleja (Mineduc, 2019), y también, un activo significativo para el desarrollo de niños, niñas y adolescentes. Dedicar tiempo y espacio a su gestión contribuye a la creación de comunidades educativas preventivas y resilientes, capaces de afrontar los desafíos actuales de la educación en Chile. Es imprescindible que, en momentos en que las comunidades educativas se encuentran cerrando este año escolar y planificando el 2024, identifiquen acciones concretas que permitan que nuestras escuelas sean espacios seguros y acogedores para todos.