Aviones en Baquedano
El poblado de Baquedano vivió su día de fiesta el miércoles 20 de febrero de 1924, cuando una escuadrilla de siete aviones del Ejército, aterrizó en plena pampa, cumpliendo una nueva etapa de su raid a la ciudad de Tacna. El objetivo estratégico del vuelo era llegar a esa ciudad -bajo dominio chileno desde la Guerra del Pacífico- con miras al plebiscito que decidiría el destino de esa localidad, a orillas del río Caplina.
Los primeros cinco aviones tocaron tierra a eso de las cinco de la tarde y una hora después, lo hicieron los dos restantes, que tuvieron que hacer escala -para reabastecimiento- en la oficina Bonasort, en el Cantón de Aguas Blancas. El pueblo estaba colmado de público, que viajó desde Antofagasta y de las oficinas salitreras del entorno, para presenciar el evento, ya que era la primera vez que las máquinas voladoras se posaban en la pista de Baquedano. El improvisado aeródromo, estaba situado al este del pequeño pueblo y desapareció el año 1939, cuando un aluvión amenazó con destruir todo Baquedano y produjo grandes daños en las instalaciones ferroviarias del FCAB como del FC del Norte.
Los siete aviones llamados "Coquimbo", "Tarapacá", "Ferroviario", "Tacna", "España", "Salitre" y "General Korner", se reaprovisionaron de combustible, para proseguir su vuelo al norte, teniendo como próxima escala en Iquique, luego Arica y finalmente Tacna. En Baquedano, fueron recibidos por el intendente Armando Rojas Richard, el prefecto de policía, Emiliano Quinteros y el fotógrafo Alberto Inselmann, que captó las imágenes para la eternidad.
La comunidad antofagastina solicitó al FCAB dispusiera de un tren de recreo, para hacer posible la visita del público al pueblo de Baquedano, para presenciar a los aviones y sus pilotos, que fueron considerados como verdaderos héroes. Mas de trescientas personas abordaron el tren que los llevó hasta ese destino, en medio del desierto de Atacama. Dado que en esa localidad no había hoteles, el retorno del convoy con las visitas, regresó a altas horas de la noche, trayendo a cansados, pero muy contentos espectadores, que ese día pudieron compartir con los pioneros de la aviación chilena.
Jaime N. Alvarado García. Profesor Normalista - Periodista.
Linterna de Papel