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Retomar la agenda y buscar acuerdos

Es muy probable que la oposición por un tema de gobernabilidad se abra a un diálogo sobre temas relegados como la reforma a las pensiones. Avanzar en un esquema solidario es lo que siempre se ha impulsado desde el actual gobierno. Mientras que la oposición aspira a mantener la propiedad individual.
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El cambio de gabinete que definió el Presidente Gabriel Boric, aún resuena en los pasillos del palacio La Moneda y en los espacios partidistas del oficialismo y en sectores opositores. Los matices y enfoques son distintos, pero todos van orientados en lo que viene a futuro, en las distintas tareas que deberán asumir estas coaliciones políticas en pos del país.

Lo que no puede seguir ocurriendo es que siga dilatando el necesario diálogo para avanzar en temas tan sensibles como la reforma a las pensiones. Respecto a ello hay consenso en que se deben propiciar cambios que sirvan para llegar con un apoyo más concreto a quienes reciben pensiones miserables que no alcanzan para asegurar la subsistencia.

En ello no hay partes contrarias. En lo que se encuentran visiones opuestas, y que también vemos en la sociedad civil, son las propuestas de aumentar la cotización individual, del empleador y el destino de los fondos.

Avanzar en un esquema solidario es lo que siempre se ha impulsado desde el actual gobierno. Iniciativa que choca con la propiedad de los fondos que siempre han defendido los cotizantes y los partidos de derecha y centroderecha. "Con mi plata no", fue el eslogan durante la redacción del anterior borrador constitucional y que defendía la propiedad individual.

Ese será el fondo de la discusión política y parlamentaria. Y lo más probable es que se llegue a una mixtura en que el 6% adicional, que se ha tratado con anterioridad, termine en un sistema mixto, muy a pesar del gobierno.

El diputado Gonzalo Winter (Convergencia Social) del partido del Presidente lo dijo que él no concibe un sistema de pensiones sin el fin de la propiedad individual de los fondos y anclado en la solidaridad.

Lo malo que en el Chile de hoy se hace difícil concretarlo y deberán generarse acuerdos y definir un sistema que responda a quienes reciben pensiones ínfimas.

Pacto fiscal para una mejor salud

Jéssica Bravo Rodríguez , Seremi de Salud Región de Antofagasta
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Chile necesita respuesta rápida y efectiva a sus urgencias. Las familias en nuestro país no pueden seguir esperando: necesitamos acelerar la reducción de los tiempos de las listas de espera, subir las pensiones y continuar aumentando la seguridad en nuestros barrios.

Para hacerlo se requieren recursos. No hay otra manera. Por eso es relevante que tengamos un Pacto Fiscal, es decir, un acuerdo de la sociedad en su conjunto sobre qué es necesario financiar y cuáles son los mejores instrumentos para hacerlo.

A comienzos de este mes nuestro Presidente Gabriel Boric presentó al país los detalles del proyecto de Pacto Fiscal para el Desarrollo y el Bienestar de Chile.

La propuesta considera un conjunto de medidas que incluyen la modernización del Estado para fortalecer la transparencia del gasto público y una agenda para promover la inversión, productividad y el crecimiento.

En total, son 20 medidas de reforma del Estado y 38 para impulsar la inversión, productividad y crecimiento y proyectos de ley tributarios, uno sobre el combate a la evasión y elusión y otro con incentivos para la formalización y beneficios para la clase media.

Nuestra propuesta se funda en seis ejes: Principios para un sistema tributario moderno en Chile; Necesidades y prioridades de gasto; Fortalecimiento de la administración tributaria y reforma del impuesto a la renta; Inversión, productividad y formalización de la economía; Transparencia, eficiencia y calidad de la entrega de servicios; y Sistema de seguimiento, monitoreo y evaluación de los compromisos asumidos.

El segundo de estos ejes considera la reducción de las listas de espera en hospitales y el fortalecimiento de la atención en consultorios (beneficiando así a cerca de 386 mil personas usuarias de la Atención Primaria de Salud en la región de Antofagasta), así como el desarrollo de un sistema universal de cuidados de niños, adultos mayores, salud mental y personas con discapacidad, por dar algunos ejemplos.

El objetivo de recaudación del Pacto Fiscal es del 2,7% del Producto Interno Bruto (PIB).

Parte de los recursos serán para fortalecer el sistema de salud (0,9%), los que permitirán aumentar el gasto per cápita a $ 12.000 y reducir los tiempos de las listas de espera.

Permitirá, además, financiar la construcción de 30 nuevos Centros Comunitarios de Salud Mental.

Recuperar las confianzas

Mons. Ignacio Ducasse Medina , Arzobispo de Antofagasta
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Agosto, mes de la solidaridad, nos evoca la vida y el legado espiritual de san Alberto Hurtado, a quien celebramos el día 18. Él supo unir en una experiencia vital el amor a Dios, a los hermanos y hermanas, y a la Creación entera.

La dignidad de la persona humana era el centro de su vocación. El rostro de Jesús se reflejaba en cada persona vulnerable con la que se encontró: los niños bajo el río Mapocho, los trabajadores sin espacios para organizarse, las personas que hacían de la calle un hogar y de la limosna un sustento. Por eso no titubeó en denunciar las injusticias y la exclusión en tiempos de poca crítica y escasas preguntas.

Décadas después, el rostro injusto y mezquino de este "Chile de unos pocos" sigue presente, a pesar de los esfuerzos realizados para superar las desigualdades.

Construir un nuevo mundo desde el amor, como dice el Papa Francisco, "no caer en la indiferencia que humilla", es estar atentos al clamor de muchos "patroncitos" y "patroncitas" que requieren ser valorados en su dignidad. No es asistencialismo ni solidaridad de un día. Supone dar hasta que nos duela, y eso sólo se logra reconociendo y acogiendo al otro como un legítimo, en su identidad, inquietudes y sufrimiento.

El modo de relacionarnos está en crisis. La escasa credibilidad en las instituciones y las debilitadas confianzas son el trasfondo. Cuando nos situamos desde la desconfianza, adversarios políticos, jefes y subordinados son vistos como enemigos, el inmigrante y el indígena nos resultan ajenos y extraños, al vulnerable lo culpamos por su vulnerabilidad. La desconfianza perfora la convivencia y el daño profundo se traduce en heridas no fáciles de sanar.

Al celebrar el mes de la solidaridad hagamos un esfuerzo por contribuir decididamente a un diálogo social franco y transparente. Las instituciones hemos de volver a mirar el bien común de la sociedad. Construir confianzas no se logra con una receta rápida; supone trabajo paciente, continuo y perseverante. Supone dar de sí y estar disponible para ceder. Alberto Hurtado supo ser profeta en su tiempo. Aprendamos de su coraje.