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Adiós a Pedro Chamorro y el malvado Betancourt: murió el actor chileno Luis Alarcón

DUELO. El actor de 93 años, con 70 de carrera, falleció ayer y dejó personajes imborrables en el cine, el teatro y la televisión.
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Redacción

Luis Alarcón dijo adiós ayer: luego de 93 años de vida y 70 de actuación desde su debut, el recordado y pícaro Pedro Chamorro de "La fiera" (1999) y el malvado Roberto Betancourt de "La represa" (1984) murieron junto a casi un centenar de personajes del gran intérprete chileno.

A través de su cuenta de Twitter, Chileactores dio a conocer el deceso del actor con un emotivo mensaje: "Hoy despedimos al maravilloso Luis Alarcón. Actor admirado por su talento y enorme trayectoria. Defensor permanente de nuestro gremio, fundó Chileactores convirtiéndose en el primer presidente de nuestra corporación. Luis será velado el domingo 6 de agosto en el Teatro Oriente", comuna de Providencia.

Será el momento en que sus admiradores podrán despedirlo en el lugar que fue un templo para él: el teatro. Como gran parte de su generación en el medio actoral, empezó en las tablas para luego extender su talento por todas las plataformas en que se podía actuar: el cine, la televisión e incluso la publicidad.

Desde el extremo sur

Nacido en 1939 en Puerto Natales, frente a las Torres del Paine, tenía la actuación en los genes: su abuelo fue el actor y director Justo Alarcón. Y de pequeño se hizo amigo de la hija del administrador del cine en esa ciudad austral, encantado con películas de los años 40.

Sabía que debía dejar Magallanes para poder sostener su pasión y por eso llegó a Santiago a estudiar en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile.

A los 15 años debutó en el teatro con la obra "Anfitrión 38" (1954) del Teatro Petit Rex. Y a los 18 tuvo su primer papel en el cine con la película "Tres miradas a la calle" (1957), en la que interpretó a un delincuente.

Con el tiempo empezó a ser reconocido como un actor de carácter y gracias a ello se convirtió en una pieza clave del cine chileno con su participación en clásicos nacionales como "Tres tristes tigres" de Raúl Ruiz (1968), "El chacal de Nahueltoro" de Miguel Littín (1969), "Palomita blanca" también de Ruiz (1973), "Julio comienza en julio" de Silvio Caiozzi (1979).

Nunca le hizo el quite a ningún papel. Para él la actuación había que amarla y promoverla: apoyaba todo tipo de proyectos, porque eran terreno fértil para nuevas generaciones.

Con esa filosofía fue parte de todo tipo de películas, buenas y no tanto. Lo importante era que se filmaran. Así fue parte de cintas tan dispares como "Sussi" (1987), "Caluga o menta" (1990), "Johnny cien pesos" (1993), "Kiltro" (2006) o "Maldito amor" (2014).

Consagración en TV

Pero al gran público, Luis Alarcón llegó gracias a la televisión desde los inicios de esa industria en el país. Las telenovelas lo hicieron célebre y aunque la primera fue "J.J.Juez" (1975), el reconocimiento nacional le llegó con "La represa", nueve años después.

Con trama medioambiental muy adelantada a su época, la telenovela se centraba en la construcción de un embalse y Alarcón encarnaba al villano patrón de fundo Roberto Betancourt, que antagonizaba con el personaje de Malú Gatica. Era un hombre abusador y odiable, quizás el primer malo-malo de las teleseries nacionales, al punto que los televidentes celebraron su muerte desbarrancado justo frente a la represa.

Desde entonces nunca paró de tener papeles recordables. Todos los años estuvo en alguna producción televisiva importante, saltando de TVN a Canal 13.

Se ganó el cariño de todos con Pedro Chamorro, nuevo rico instalado en Chiloé que protagonizó "La fiera", uno de los mayores éxitos de las teleseries chilenas. Encarnaba un personaje tan adorable por sus buenos sentimientos como detestable por dejar que una malintencionada mujer se aprovechara de él, su "joyita" (Aline Kuppenheim) y lo hiciera separarse de la gente que lo quería.

También estuvo en su currículum de grandes personajes "El capitán" de "El circo de las Montini" (2002), eterno enamorado de Olga Primera, papel de Delfina Guzmán, su pareja en varias producciones.

Si camino no hablar...

Como lo importante era actuar, entre quienes no veían teleseries o cine o teatro, pero tenían televisión en los 80, se popularizó como el indio de un comercial de neumáticos.

Como líder de un trío que hacía pensar más en nativos norteamericanos que de indígenas chilenos, su labor era predecir si la carretera que debían cruzar revestía algún peligro. Ponía la oreja en el piso y decía "si camino no hablar, nadie venir". Pero pasaba un auto a toda velocidad que apenas alcanzaban a esquivar. Entonces se corregía: "Si camino no hablar, ser Firestone radial sport que venir".

Por eso, para muchos Luis Alarcón será para siempre el indio de los neumáticos.

Despedidas

El respeto y cariño por el actor se expresó en mensajes de despedida desde el mundo de la cultura. El ministro del ramo, Jaime de Aguirre, lo homenajeó a nombre del Gobierno: "El mundo de la cultura vuelve a recibir un golpe, con el fallecimiento del emblemático actor Luis Alarcón. Contundente, inquieto y multifacético intérprete y creador de los escenarios y pantallas. Un afectuoso abrazo a sus familiares, colegas y amigos".

El actor Alfredo Castro, quien compartió elenco con Alarcón en diversas teleseries de TVN, calificó a su colega de "un gran actor y compañero".

Gaby Hernández le dedicó un cariñoso "adiós, Lucho querido. Gran actor, gran compañero, gran luchador. Mi cariño, admiración para siempre".¿

Día de la Poesía

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En París, año 1999, con motivo de su 30a Conferencia General, la UNESCO declaró el 21 de marzo Día Mundial de la Poesía. Su afán es reivindicar la diversidad lingüística a través de la expresión poética. Se anima a comprender la importancia de este recurso lingüístico y aumenta las oportunidades para que lenguas en peligro de extinción sean escuchadas.

La celebración honra a los poetas y promueve la lectura, escritura y enseñanza de la rapsodia. Pone de relieve la convergencia entre la poesía y el teatro, la música o la pintura, a la vez que aumenta la visibilidad de la lírica en los medios de comunicación.

Para Chile, el Día de la Poesía pasa sin mayor trámite y con escasa resonancia pública, a menudo opacado por celebraciones irrelevantes. Sin embargo, me permito recordar que el único "ismo" aportado por Chile a la cultura universal -en todo ámbito de cosas- es el "creacionismo" de Vicente Huidobro, nada menos que en París. Nuestro país también acumula dos premios Nobel, y tuvo tanto a Huidobro como a Nicanor Parra, en la misma fila consagratoria a nivel mundial.

A nivel de la lengua hispana, la poesía chilena también suma a Gonzalo Rojas, quien acumuló los premios Reina Sofía y Cervantes, y a Raúl Zurita (también obtuvo el galardón Reina Sofía) y el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2016.

Los anteriores están acompañados de nombres como Pablo de Rokha, Armando Uribe, Enrique Lihn, Efraín Barquero, Jorge Teillier, Oscar Hahn y entre las damas, a Delia Domínguez, Winett de Rokha, Marjorie Agosin, Teresa Calderón, lista larga de detallar.

Manifestar que la orquestación de las palabras, el colorido de las imágenes y la contundencia de una buena métrica otorgan a la poesía un poder en la síntesis del mundo que la inspira. Más que nunca es necesaria en tiempos turbulentos, recordando que la vida no es otra cosa que turbulencia. Sin olvidar las palabras de Platón: "la poesía es más cercana a la verdad vital que la historia" porque aparece cuando la emoción encuentra el pensamiento y el pensamiento asciende a verbo.

Para los cristianos, Juan 1, 1, versión Reina-Valera 1960, es válido el testimonio según el cual «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios».

Gustavo Tapia Araya.