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A 54 años de la llegada del hombre a la Luna, los desafíos de un nuevo viaje

UNIVERSO. Investigador del Instituto de Astronomía de la UCN explica iniciativas en marcha y los riesgos de otros alunizajes.
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Agencias

Este jueves se cumplieron 54 años desde la llegada del hombre a la Luna. Fue un domingo de 1969 cuando, después de cuatro días de viaje por el espacio, la misión del Apolo 11 aterrizó en el satélite, marcando un hito en la historia de la humanidad.

Poco más de medio siglo después aún existen iniciativas para volver, pero los riesgos son muchos. A estos se refiere el Dr. Danilo González Díaz, investigador postdoctoral del Instituto de Astronomía de la Universidad Católica del Norte (IAUCN).

"Desde que las misiones Apolo, que llevaron a la humanidad por primera vez a la Luna, cesaron su operación en 1972, los viajes tripulados a nuestro satélite natural perdieron interés, debido a los altos costos de operación", parte explicando.

"Sin embargo -agrega- desde hace unos años el interés se ha renovado con la idea de usar la Luna como estación de paso para viajes más profundos al Sistema Solar, como las misiones tripuladas a Marte. Entre ellas destaca la misión Artemis, la cual plantea llevar a la primera mujer a nuestro rocoso satélite en 2028".

El auge de la inteligencia artificial (IA) y los viajes tripulados al espacio a cargo de empresas privadas como SpaceX, dan un atisbo de cómo se avanza cada vez más en este aspecto, no obstante, existen varios factores de peligros latentes. "Un viaje a la Luna plantea riesgos enormes, ya que se encuentra a 380 mil kilómetros de distancia, lo que es equivalente a darle casi 9 veces la vuelta a la Tierra, pero en uno de los ambientes más peligrosos que es el espacio vacío. Con la tecnología actual los astronautas tardarán cerca de 4 días en llegar. Deben ser autosuficientes y estar capacitados para resolver todos los problemas que ocurran en el viaje, ya que no habrá vehículos de soporte. Cualquier falla técnica, una tormenta solar o incluso un escombro viajando a gran velocidad en el espacio pueden ser suficientes para poner en riesgo a la tripulación y a la misión", cuenta Danilo González.

En este sentido, cabe recordar el caso del Apolo XIII, cuyos tripulantes sufrieron una falla en el sistema de aire y fue toda una hazaña humana y técnica regresarlos vivos a la Tierra.

No son pocas las potencias mundiales interesadas en poder llegar con misiones a la Luna. Más allá de carrera espacial de antaño entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética, ahora China asoma como un considerable competidor.

Al respecto, González Díaz cuenta que "inicialmente, la carrera espacial entres los países se trató, entre otras cosas, de un tema por posicionarse como la potencia económica y política durante la Guerra Fría. Sin embargo, los objetivos científicos siempre han sido claros, estando orientados a estudiar la composición, formación y origen de nuestro satélite natural. El desarrollo de nuevas tecnologías de la ingeniería espacial ha impactado nuestra vida cotidiana y ha generado patentes que luego son explotadas comercialmente. Por ejemplo, se han desarrollado productos como las celdas solares, cerámicas que aíslan eficientemente el calor, el teflón que usamos en nuestros hogares, los censores de las cámaras fotográficas y celulares, entre otros".

Agrega que "recientemente se ha planteado la posibilidad de usar la Luna como fuente de recursos naturales, tanto mineros como volátiles. Un ejemplo es el Helio3, un tipo de gas que es bastante más escaso en la Tierra y que puede ser usado como fuente de energía. Asimismo, la Luna puede servir como una estación de paso para lanzamiento de naves espaciales aprovechando la baja gravedad de este cuerpo celeste".

Aumento de obesidad en países en desarrollo depende del alto costo de los alimentos sanos

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Las marcadas diferencias de precios entre los alimentos saludables y los no saludables, junto con la falta de disponibilidad de una variedad de alimentos sanos, están impulsando el aumento de la obesidad tanto en las áreas urbanas como rurales de países en desarrollo, según un informe publicado por el Fondo para el Desarrollo Agrícola (FIDA).

"Si bien existen diferencias de precios entre los alimentos saludables y no saludables en las naciones de todo el mundo, esa brecha de precios es mucho mayor en los países más pobres. Además, la alta desigualdad de ingresos dentro de un país está asociada con una mayor prevalencia de la obesidad", explicó en un comunicado Joyce Njoro, especialista técnica líder en nutrición del FIDA.

Njoro agregó que "si queremos frenar el aumento de las tasas de obesidad en los países en desarrollo, necesitamos grandes soluciones que aborden cómo funcionan los sistemas alimentarios. Es alarmante observar que tres mil millones de personas en todo el mundo no pueden permitirse una dieta saludable".

La investigación realizada por el FIDA, en colaboración con el Centro Wageningen para la Innovación en el Desarrollo (WCDI), revisó cientos de estudios revisados por pares y analizó datos de cinco países representativos (Indonesia, Zambia, Egipto, Nigeria y Bolivia) para comprender mejor los impulsores de aumento de las tasas de obesidad en los países en desarrollo y qué tipos de intervenciones funcionan para abordar este desafío de salud pública mundial desde la perspectiva del sistema alimentario.

"Las tasas de obesidad en los países en desarrollo ahora se acercan a los niveles que se encuentran en los países de altos ingresos", concluye el informe.

Algunos de los ejemplos incluidos en el informe son que "es 11,66 veces más caro obtener una caloría de los huevos en los países pobres que obtener una caloría de los alimentos básicos ricos en almidón, mientras que en esos mismos países es solo 2,92 veces más caro obtener una caloría de bocadillos azucarados que de alimentos básicos con almidón".

Mientras que en los países ricos la diferencia es mucho menor: "Es 2,6 veces más caro obtener una caloría de los huevos que obtener una caloría de alimentos básicos con almidón, y 1,43 veces más caro obtener una caloría de bocadillos azucarados que de alimentos básicos con almidón".

Asimismo, el consumo de bebidas azucaradas está aumentando en los países en desarrollo, así como las ventas globales de volúmenes totales per cápita de alimentos envasados que ha pasado de 67,7 kilos per cápita en 2005 a 76,9 kilos en 2017.

En algunos países en desarrollo, añade el FIDA, un niño obeso "es deseable ya que se considera un signo de salud y riqueza, y el consumo de alimentos poco saludables también puede conllevar cierto prestigio".

Además, "las mujeres tienen más probabilidades de tener sobrepeso u obesidad que los hombres en casi todos los países en desarrollo".

Oficial: el pipéño es reconocido como bebida alcohólica producida en chile y diferente del vino

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El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) reconoció ayer oficialmente al tradicional pipeño como una bebidas alcohólica que se produce en territorio nacional, que posee características propias y que son diferentes al vino.

El SAG informó que la declaración busca contribuir al desarrollo de la Agricultura Familiar Campesina (AFC) e incorporó en su Registro de Bebidas Alcohólicas la clasificación genérica de "Pipeño", el cual podrá ser inscrito bajo esta denominación solo por las elaboradoras que forman parte de la AFC de las regiones del Maule, Ñuble y Biobío.

El SAG reconoce la clasificación de "Pipeño" a las bebidas alcohólicas "elaboradas a partir de la fermentación alcohólica parcial del mosto de uvas frescas, preparado mediante prácticas enológicas autorizadas y producido con uvas de variedades viníferas, con una graduación alcohólica total de al menos 11,5°GL y un contenido de acidez volátil inferior a 1,5 g/L expresado en ácido acético", dijo el organismo.

Quienes produzcan "Pipeño" deberán comunicar al SAG de su jurisdicción, dando cuenta del volumen del producto elaborado en cada temporada, el cual no podrá ser envasado hasta no contar con una calificación analítica que garantice que cumple con los requisitos para ser comercializado bajo esta denominación.

Este tipo de bebidas alcohólicas, distintas al vino, corresponden a productos que poseen un reconocimiento y reputación asociadas a una fuerte identidad territorial, donde los factores humanos y las características particulares del producto elaborado por la AFC como proceso no industrial, entregan un elemento diferenciador al producto final, pero que por presentar una graduación alcohólica inferior a los 11,5° GL, no pueden ser comercializados como vino.

Con esta medida el SAG busca constituir un espacio productivo y comercial diferente a las actuales categorías y clasificaciones existentes.