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Abucheos a Macron marcaron celebraciones en Francia

FESTEJOS. El 14 de julio, día nacional de los franceses, estuvo marcado por la visita del jefe de estado de India y el desfile de las fuerzas armadas.
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El presidente Emmanuel Macron recibió abucheos mientras se dirigía a la tribuna de honor en medio de la fiesta nacional francesa del 14 de julio.

Unos 6.600 militares, más de sesenta aviones y 28 helicópteros participaron en el desfile por la avenida de los Campos Elíseos, en el que Francia mostró algunos de sus equipos militares más novedosos, en un momento en que el Parlamento acaba de aprobar un importante programa de rearme como consecuencia de la guerra de Ucrania.

India fue el país invitado para celebrar el 25 aniversario de la asociación estratégica entre ambos países, en un movimiento de París para acercarse aún más al que será muy pronto el país más poblado del mundo, en momentos en que Francia emprende una política más asertiva en la zona Asia-Pacífico ante la expansión diplomática y militar de China.

Tras una banda multinacional formada por músicos militares de doce países, entre ellos España, el desfile fue abierto por los nueve aviones de la Patrulla de Francia, que como es tradición dejaron estelas de humo con los colores de la bandera nacional.

Fueron seguidos por tres aviones de combate indios Rafale fabricados en Francia, entre los aplausos del primer ministro indio, Narendra Modi, sentado junto a Macron en la tribuna presidencial.

Además de los tres Rafale, cuatro contingentes indios participaron en el desfile con un total de 240 militares: una banda y destacamentos del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea, que destacaron por la originalidad de sus uniformes y de sus marchas militares.

El destacamento del Ejército era parte del regimiento del Punjab, con sus característicos turbantes sij, una unidad que combatió en Francia durante la Primera Guerra Mundial.

Un total de 140.000 soldados indios lucharon en el frente franco-belga durante ese conflicto dentro de las tropas del Imperio británico y 9.300 de ellos perdieron la vida, una aportación que el Gobierno francés insistió en poner en valor.

Tras dos horas de desfile de distintas unidades en activo, escuelas militares y los bomberos de París (son una unidad militar), el desfile terminó con un homenaje a dos ancianos resistentes contra la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

Antes del desfile, hubo abucheos del público a Macron mientras marchaba en un vehículo militar abierto, acompañado de la Guardia Republicana, por los Campos Elíseos camino de la tribuna oficial de la Plaza de la Concordia para presidir el evento. Macron, que ha tenido una primera mitad de año complicada a nivel interno por la discutida reforma de pensiones y por los recientes graves disturbios en zonas urbanas, no se dirigió ayer a los franceses, algo que el Gobierno asegura que hará en los próximos días.

En sus dos mandatos, Macron sólo se ha prestado en dos ocasiones (en 2020 y en 2022) a lo que antes de él era casi una tradición para los inquilinos del Elíseo: la entrevista televisada del 14 de julio para abordar las principales cuestiones de la actualidad nacional e internacional. El desfile tuvo lugar después de que la pasada noche se desarrolló con relativa tranquilidad en todo el país, después de que el Ministerio del Interior puso en marcha una movilización excepcional de policías y bomberos este fin de semana festivo para prevenir posibles nuevos disturbios.

Disturbios

Este año Francia se blindó para celebrar el 14 de julio ante el temor de nuevos disturbios dos semanas después de la muerte de Nahel. Unos 130.000 policías fueron movilizados para tratar de mantener el orden. Según las autoridades, la madrugada del 13 al 14 de julio fue «relativamente tranquila». El saldo fue de 218 vehículos incendiados, 97 detenidos y tres agentes heridos. Varias localidades, como Nanterre, suspendieron los fuegos artificiales, por miedo a un resurgir de la violencia urbana. Esto no ocurrió en la capital, donde los parisinos y turistas disfrutaron de un magnífico espectáculo pirotécnico desde la torre Eiffel.

Casi 300 niños han muerto tratando de cruzar a Europa

BALANCE. La Unicef entregó cifras de la crisis migratoria en el Mediterráneo.
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Al menos 289 niños, un promedio de once a la semana, han muerto o desaparecido este año cruzando el Mediterráneo Central cuando trataban de llegar desde África a las costas italianas, según estimaciones hechas públicas por Unicef.

La agencia de Naciones Unidas para la infancia calcula que desde 2018 unos 1.500 menores han fallecido o desaparecido en esta ruta migratoria, lo que representaría alrededor de una de cada cinco personas desaparecidas en esa vía para llegar a Europa.

Sin embargo, Unicef subraya que muchos naufragios quedan sin documentar, por lo que las cifras son probablemente mucho más altas.

En un comunicado, la agencia estima que 11.600 niños -una media de 428 a la semana- han llegado desde África a costas italianas en lo que va de año, el doble que en el mismo periodo de 2022.

La mayor parte cruzan desde Libia y Túnez, en muchos casos tras haber completado ya peligrosos trayectos desde otros países africanos o de Oriente Medio.

Según datos de los primeros tres meses de 2023, más del 70% de los menores que llegaron a Europa por esta ruta lo hicieron sin compañía o separados de sus padres o tutores legales, lo que les expone a un mayor riesgo de violencia, explotación y abusos, señala Unicef.

"Esta es una clara señal de que hay que hacer más para crear vías seguras y legales para que los niños accedan a asilo y para reforzar los esfuerzos para salvar vidas en el mar", señala en la nota la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell.

En ese sentido, Unicef pide a los Gobiernos, entre otras cosas, más protección para los menores, más coordinación en las operaciones de rescate y más trabajo en los países de origen para reducir el número de personas que huyen de sus hogares.