¿Se comprende, cierto? Diestra es, más o menos, a la derecha desde el punto de vista quien habla, aunque para quien observa es la izquierda. A su vez, la mano izquierda del mismo portador es la diestra desde el punto de vista del observador. De perogrullo, ¿no?
So pena de abundar sobre la idea, la diestra es la derecha y la siniestra es la izquierda.
No es solo de este tiempo, referirse a quienes se posicionan a un lado u otro, ¿a un lado u otro de quién, de quiénes?
Una cuestión es posicionarse o ESTAR a un lado u otro, y otra muy diferente SER de un lado u otro. ¿Cómo se llega a tal idea? Una vez más, estar, el verbo estar, en su función copulativa, nos permite expresar un estado del sujeto gramatical, en cambio en su función transitiva, significa "Existir, hallarse en este o aquel lugar, situación, condición o modo actual de ser." En suma, estar a la derecha o estar a la izquierda es un estado, transitorio, provisional, quizás. En cambio, ser, el verbo ser, en misma función copulativa, nos permite afirmar un atributo o idiosincrasia del sujeto gramatical, un rasgo, a firme, que no se mueve ni vacila.
Entonces, ser de derecha o ser de izquierda, implica decisión, resolución, determinación, convicción, aserto.
¿Es posible el zigzagueo, el cambio? Hum, sí, aunque excepcionalmente, y la razón o las razones no serían emotivas, sino radicales, por cierto. De todos modos, así como ello no es pan de cada día, no ocurriría siempre que medie razonable periodo de tiempo en el desierto.
¿Qué podría ocurrir para tal precipitación? Desencanto, fracaso, negación, ruina, menoscabo, o más. El fracaso de uno u otro macroproyecto puede ser una instancia incidente en una determinación de tal magnitud.
Estar o ser ya parece un aspecto básicamente aclarado, y creo que los avatares propios de tal admisión o adscripción a uno u otro bando, también.
Las acciones, los planes de unos se asientan en marcos filosóficos, que con cierta periodicidad se adecuan de acuerdo con contextos, entornos sociales, ciclo histórico y, en algunos casos, a acciones o reacciones de los otros.
La disciplina de unos, férreamente asumida, conducida, puede ser sinónimo de éxito, pero no sempiterno, sino cíclico. En democracia, nada es permanente, sino transitorio.
¿Qué querríamos? Que uno y otro, que unos y otros procuren puntos de encuentro en tópicos de la mayor trascendencia para quienes no participan ni medianamente en simpatías con uno u otro modelo de gestión o gobernanza.
La verdad, la verdad, la verdad sea dicha, los de la izquierda no se enfrentan a los de su derecha, a su vez, los de la derecha no se enfrentan a los de su izquierda, sino que están enfrente, unos de los otros.
Ni la diestra ni la siniestra. ¿Utopía? ¿Espejismo? ¿Desvarío? ¿Alucinación? ¿Todas las anteriores?