Educar en valores
Martín Bretón O. , Magister en Política Educacional
Diversos hechos noticiosos nacionales e internacionales muy lamentables y que a diario nos sorprenden, motivan estas lineas de esta columna. Comento con todos mis amables lectores, de un tema que cada día nos preocupa más. Me refiero a lo difícil que está resultando educar en valores. Ante todo debo dejar en claro que una educación sin valores, no es educación, es estéril educar en contenidos académicos y dejar de lado la formación integral de los estudiantes.
Este planteamiento, sin duda despertará diferentes puntos de vista y es totalmente legítimo. De lo que sí debemos estar ciertos, es que vivimos una época muy especial; con grandes incertidumbres e interrogantes. En la actualidad el relativismo existencial nos pone ante la interrogante, ¿Qué son los valores? ¿Qué relación existe entre la educación en valores y una educación meramente orientada a lo cognitivo? ¿ Es tarea de la casa o de la Escuela formar a los estudiantes en valores?
Sin duda, creo que estas preguntas si bien no agotan las inquietudes y preocupaciones existentes en toda familia y comunidad escolar, nos enfrentan al necesario análisis de los valores en el proceso educativo.
Actualmente, el desenfrenado "exitismo", nos ha llevado a transgredir todo tipo de valores, incluso los más básicos. Han surgido antivalores asociados al exagerado paradigma del triunfo socioeconómico. El equivocado "cuanto tengo, tanto valgo…" tristemente va dejando un reguero de tristes experiencias que profundizan la crisis valórica del mundo actual.
La credibilidad de todo está en crisis, no se puede tapar el sol con un dedo, afortunadamente, aún existen las familias y los maestros, que pese a esta adversa realidad, perseveran en transferir los valores de todo orden, no tan sólo registrando una evaluación en un libro, sino con el valioso ejemplo y acompañamiento diario que requiere educar y formar buenos seres humanos.
En más de una ocasión hemos escuchado de que sirve un excelente profesional si no es una buena persona, es totalmente lógico y real, ser una buena persona y con valores es sustantivo en todo momento de la vida.
Cada ser humano anhela ser feliz, la educación y los valores son un cimiento macizo para conseguirlo. Con respecto a lo anterior, si analizamos bien esa felicidad que todo ser busca, es en cierto modo, salir de la ignorancia, progresar a diario, respetar a los demás, llevarse bien con quienes a diario convivimos y con el ser más importante y en ocasiones más difícil; uno mismo.
De estas relaciones que menciono, la última es probablemente la más difícil de conseguir. ¿ Que es llevarse bien con uno mismo? Es quizás terminar el día seguros y confiados que lo hemos vivido en forma correcta, en justicia y equidad. Que a pesar de nuestras humanas imperfecciones, estamos a diario haciendo el esfuerzo para ser modelos de nuestros hijos, familiares, amigos, compañeros de trabajo. No hablando ni dando cátedra de valores sino por el contrario, viviédolos en nosotros mismos.