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Logran por primera vez en el mundo evitar el colapso total de un edificio

PROYECTO. Ensayo exitoso simuló evento extremo en una edificación "probeta" a escala real. La propuesta "radical" en el diseño de edificios podría haber evitado, por ejemplo, el derrumbe entero de las Torres Champlain de Miami en 2021.
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Agencias

Un equipo del Instituto de Ciencia y Tecnología del Hormigón (Icitech) de la Universidad Politécnica de Valencia, en España, logró por primera vez en el mundo, evitar el colapso total de un edificio en riesgo extremo de derrumbe, que resistió gracias a la tecnología desarrollada durante los últimos dos años en sus laboratorios.

Los investigadores llevaron a cabo este viernes el primer ensayo del proyecto europeo Endure, que financia el Consejo Europeo de Investigación, enfocado a evitar el colapso total de los edificios cuando se ven sometidos a situaciones extremas causadas por desastres naturales, explosiones, su propio envejecimiento o un mantenimiento y conservación inadecuados.

En la prueba, que tuvo lugar en las instalaciones de la empresa LIC, de Valencia, España se simuló un evento extremo en un edificio probeta a escala real construido en los últimos dos años, informó la UPV en comunicado.

Además, lo sometieron a una carga extrema, incrementando así el nivel de riesgo de colapso del edificio, a pesar de lo cual este no se ha producido.

Efecto dominó frenado

"Ante una situación extrema como la que hemos provocado, el edificio hubiera caído en su totalidad, pero gracias a la tecnología desarrollada por nuestro equipo, en el marco de Endure y otros proyectos, evitamos que esto suceda", explicó Manuel Buitrago, investigador del Icitech y coordinador del ensayo.

Buitrago señaló que el evento extremo al que fue sometido el inmueble afectó a tres columnas del edificio, pero después lograron "parar el efecto dominó que, en condiciones normales, y sin la investigación de la UPV, sería irremediable".

Atentado y derrumbe

Durante la presentación del ensayo, los investigadores detallaron que, en el atentado de Oklahoma de 1995, el edificio federal Alfred P. Murrah se vino abajo porque una columna falló debido a la presión generada por una explosión.

También recordaron que, en 2021, en el derrumbe de las Torres Champlain de Miami, falló una columna, lo que provocó un colapso progresivo.

"Con nuestra tecnología, se podría haber evitado el derrumbe completo en los dos casos", destacó José M. Adam, investigador del Icitech.

"fusibles"

La clave de Endure reside en una propuesta "radical" para el diseño de los edificios, basada en segmentarlos y unir las diferentes partes con fusibles estructurales, con el fin de evitar la propagación de fallos por toda la construcción.

"Es similar a cómo las redes eléctricas se protegen frente a sobrecargas, al conectar diferentes segmentos de la red mediante fusibles eléctricos", remarcó María Luz Gerbaudo, investigadora del mismo equipo.

De esta forma, "los fusibles estructurales evitan el colapso progresivo de un edificio ante una amenaza externa como puede ser una explosión o colisiones contra su estructura", dijo. "Aguanta un fallo local sin colapsar, tal y como exige la normativa, pero vamos más allá, de manera que cuando hay un fallo a gran escala, evitamos el colapso completo", recalcó Gerbaudo.

El edificio-probeta, de 15 por 12 metros en planta y dos alturas, fue monitoreado con sensores de última generación, y se utilizaron diferentes cámaras, tanto convencionales como de alta velocidad, para evaluar y visualizar la respuesta del edificio, conectado con más de tres mil metros de cable.

No existe 100% resistente

"Los datos obtenidos sirven para saber cómo se puede parar un fallo en la estructura y para hacer centenares de simulaciones en otras situaciones. Con este proyecto, estamos aportando una nueva línea de defensa para la ingeniería civil y arquitectura, con el fin de conseguir edificios cada vez más resistentes a situaciones extremas", indicó Lorenzo Marín, también del Icitech.

El equipo reconoce que el edificio 100% resistente es una quimera, pero afirma que la tecnología Endure que logró desarrollar "puede contribuir a que estos sean cada vez más robustos, minimizando así las consecuencias derivadas del derrumbe de un edificio".

El proyecto surgió gracias a una beca otorgada en 2017 a José M. Adam y seis años más tarde el investigador del Icitech continúa de la mano del Consejo Europeo de Investigación.

Endure se desarrollará hasta 2026 en el laboratorio de UPV, uno de los más grandes de Europa para el ensayo de grandes elementos estructurales.

Publican descripción de nueva especie: una ballena con dientes primitiva que habitó el océano Pacífico hace 28 millones de años

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Las ballenas dentadas (Olympicetus thalassodon) fueron los primeros antepasados de los delfines actuales, una especie de cetáceo primitivo que nadó a lo largo de la costa del Pacífico Norte hace unos 28 millones de años y que acaba de ser descubierta.

La especie servirá a la ciencia para comprender la historia temprana y la diversificación de los delfines, marsopas y otras ballenas dentadas modernos.

El investigador puertorriqueño del Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles, Jorge Vélez-Juarbe, publicó un artículo con la descripción de la nueva especie en la revista de acceso abierto PeerJ Life and Environment.

Olympicetus thalassodon y sus parientes cercanos muestran una combinación de características realmente diferentes de cualquier otro grupo de ballenas dentadas.

"Algunas de estas características, como los dientes multicuspidados, los cráneos simétricos y la posición adelantada de los orificios nasales hacen que parezcan más bien un intermedio entre las ballenas arcaicas y los delfines con los que estamos más familiarizados", explicó Vélez-Juarbe.

Pero Olympicetus thalassodon no estaba solo. El mismo artículo describe los restos de otros dos odontocetos estrechamente emparentados.

Los fósiles se encontraron en una unidad geológica denominada Formación Pysht, expuesta a lo largo de la costa de la Península Olímpica en el Estado de Washington, de hace entre 26,5 y 30,5 millones de años.

El estudio reveló que Olympicetus y sus parientes cercanos pertenecían a una familia llamada Simocetidae, un grupo conocido hasta ahora sólo en el Pacífico Norte y uno de los primeros grupos divergentes de ballenas dentadas.

Los simocétidos formaban parte de una fauna inusual representada por fósiles hallados en la Formación Pysht y que incluía plotópteros (un grupo extinto de aves no voladoras parecidas a los pingüinos), los extraños desmostílidos, parientes primitivos de focas y morsas, y ballenas barbadas dentadas.

Las diferencias en el tamaño del cuerpo, los dientes y otras estructuras vinculadas con la alimentación sugieren que los simocétidos accedían de distintas formas a sus presas y preferencias por algunas de ellas.

"Los dientes de Olympicetus son realmente extraños, son lo que llamamos heterodontos, es decir, que muestran diferencias a lo largo de la hilera dentaria, frente a los dientes de odontocetos más avanzados, con dientes más simples y que parecen casi iguales", aclara Vélez-Juarbe.