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Los casos que dañan a la democracia

En los últimos años, ha surgido una crisis de confianza entre la ciudadanía y sus instituciones, principalmente, debido a actos alejados de la probidad o de corrupción. Colusiones, malversaciones, cohecho, financiamiento irregular de la política y otro sinfín de aprovechamientos terminaron por dañar la sociedad.
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La crisis de confianza por la que atraviesa nuestro país no surgió de la nada o fue de generación espontánea. Fue algo que empezó a crecer debido a la seguidilla de casos en que políticos, autoridades civiles, de las fuerzas armadas y ejecutivos de empresas, rompieron todos los cánones éticos, morales y del derecho para concretar acciones de beneficio particular.

Colusiones, malversaciones, cohecho, financiamiento irregular de la política y otro sinfín de aprovechamientos terminaron por dañar la sociedad y perder todo grado de confianza.

Por ello, cuando surgieron movimientos juveniles, que luego se transformaron en partidos, con ideales claros de terminar con esas malas prácticas y ofrecer probidad y transparencia en sus actos, fueron bien recibidos por la comunidad.

Uno de ellos fue el partido Revolución Democrática (RD), formado en su mayoría por líderes estudiantiles y profesionales jóvenes que veían la necesidad de cambio en el país y que su juicio fue el detonante del estallido social.

Lo malo es que a poco andar ya hay claros visos de corruptela, en el denominado Caso Convenio o Caso Democracia Viva, en que millonarios recursos destinados del Minvu Antofagasta a una fundación, en la que el hilo conductor era que los involucrados tenían militancia RD.

Es allí que una crisis que intentaba tomar el camino de restañar las heridas vuelve a resquebrajarse por este caso proveniente de un grupo que se alzaba como el reivindicador de la moralidad y buenas costumbres.

Es un retroceso y no hace más que enquistar la molestia y desazón ciudadana con quienes ostentan algún grado de poder económico o de decisión sobre recursos públicos.

La esperanza es que solo sean manzanas podridas y el rumbo final no se vea afectado.

Autogoles, empates y goles de media cancha

Raúl Caamaño Matamala , Profesor Universidad Católica de Temuco
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Sin aficionarnos tanto a los deportes, o en particular a algunos deportes, cotidianamente o en lo ordinario, muchos somos espectadores o autores de autogoles, empates y goles de media cancha. Aunque, desde nuestra perspectiva, somos más espectadores que autores. Es tan propio de nuestra idiosincrasia.

En el deporte, un autogol, particularmente en el fútbol, es un gol que marca un jugador en su propio arco. En principio, una acción desafortunada que complica un resultado favorable si el equipo queda en desventaja, parcial. Lo señalo en otras palabras, es un gol en contra, no a favor.

Apartándonos del entorno deportivo, en otro orden de cosas, un autogol es un acto o acción cuyo efecto se vuelve en contra, por no prever en su ejecución o instalación eventualidades, acciones o reacciones contrarias o negativas, pues, en definitiva, es una acción que se vuelve en contra de quien o quienes la realizan. La suponemos involuntaria, pues no hay mucho dominio o conocimiento del objeto o tema del que se debe tener control. ¿Qué hacer para evitarlo? Más preparación, más estudio, más dominio del asunto, y de su contexto.

Empate. ¿Qué es? En el ámbito deportivo, en algunas disciplinas, es igualar la puntuación o tantos sin conseguir uno u otro competidor vencer a su oponente.

Ahora, en otros ámbitos, un empate es una acción que en su ejecución pretende controlar efectos contraproducentes o contrarios con el objetivo de atenuar una derrota o impedir el triunfo del oponente. Si no es posible el triunfo, sostengamos el empate. Si no es posible el control, la idea es impedir que el oponente lo consiga. Si no es posible ganar, quizás es bueno intentar postergar el triunfo, es decir, ganar tiempo. Si alguien dice o da señas de tener "la" verdad, el contrario intenta dar cuenta de "otra" verdad que entrampa al oponente. ¿Cuál es la idea? Jugar al empate, a "tu" verdad opongo "mi" verdad. Siempre, queda la impresión de que nadie gana o nadie pierde, aunque varias veces queda la impresión en los espectadores de que hay juego sucio, de por medio.

Gol de media cancha. En la práctica de ciertos deportes, es un gol sorpresivo, de gran potencia, desde mucha distancia, que descoloca a un rival u oponente.

¿Qué es un gol de media cancha en contextos no deportivos? Es una expresión o dicho que representa un acto que le reporta un enorme beneficio o ventaja a quien lo ejecuta, que sorprende al oponente, que lo perjudica, pues queda muy descolocado. Es como un golpe a la cátedra, sorpresivo.

El paso de expresiones léxicas comunes propias de contextos deportivos a expresiones idiomáticas con sentidos especiales en entornos no deportivos, es digno de atención. De resultas de, no son buenas las impresiones que quedan de las aplicaciones de estas expresiones en ámbitos no deportivos.

¿Qué hacer? Los intervinientes, abstenerse de dichas prácticas, menos de reiterarlas. No es buen espectáculo. Ir con la verdad por delante, siempre. Jugar limpio. Y los espectadores, ocuparse de no dar espacio a las mismas prácticas ni respaldarlas, menos, mucho menos caer en lo mismo. Y tener buena memoria.

Patrimonio y calidad de vida en la región

Cristian Rodriguez Salas , Director del Instituto de Políticas Públicas UCN
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Hace una semana se presentaron los resultados de la Encuesta Ciudad y Patrimonio realizada por el Instituto de Políticas Públicas de la UCN , una entrega en la cual llamó la atención los niveles de satisfacción con la calidad de vida, las percepciones sobre la conservación e integración del patrimonio y su gestión en nuestras tres capitales provinciales .

En primer lugar, aumentaron las percepciones negativa sobre el estado y gestión del patrimonio urbano que tienen los habitantes de las ciudades de la región , el cual supera el 50%, un resultado acompañado por el aumento de la insatisfacción con la calidad de vida urbana qué pasó del 38% al 54 %.En segundo lugar , por una parte se aprecia un aumento del consenso sobre que el patrimonio es una fuente de valor que debe ser integrado a nuestras ciudades , alcanzando al 62%, y por otra, que la gestión del patrimonio debe estar depositada en alianzas público -privadas como lo expresó el 50% de la población entrevistada.

A propósito de la relación entre patrimonio y niveles de bienestar , en Chile hay ciudades que han logrado una combinación virtuosa de rescate y puesta en valor del patrimonio, con altos niveles de satisfacción con la calidad de vida; ejemplos de aquello, son Viña del Mar, Valdivia y Puerto Natales. A continuación vienen ciudades en una situación intermedia, centros urbanos que mezclan una alta puesta en valor del patrimonio, pero con problemas de inseguridad, desigualdad, mala calidad de los servicios públicos y pobreza no resueltos , ejemplos que reflejan esas características son Valparaíso , Iquique, o La Serena . Finalmente , un tercer tramo de ciudades en las cuales el patrimonio y el bienestar urbano experimentan una tendencia constante al deterioro, como por ejemplo Concepción .

¿Qué factores permiten o afectan que una ciudad logre alcanzar una relación virtuosa entre patrimonio y satisfacción con la calidad de vida que ofrece la ciudad ?. Inversiones constante y sistemática, planificación urbana, con normas y regulaciones destinada al ordenamiento de la ciudad, a la puesta en valor del patrimonio a recuperar barrios y zonas industriales Otra dimensión, son las condiciones socioeconómicas de la población, un factor que impacta la calidad de vida de los residentes de nuestras principales ciudades regionales.

En resumen, los entrevistados perciben un deterioro del estado de situación del patrimonio urbano, junto con una caída del bienestar en las capitales provinciales, una combinación entre escasas inversiones, una planificación insatisfactoria,y deterioro de variables como la inseguridad, el acceso a servicios públicos de calidad como educación, salud y vivienda. Pero a pesar de aquellas malas noticias, lo positivo es el aumento de la conciencia ciudadana de la importancia cultural y económica de integrar el patrimonio, y de que la gestión debe ser una responsabilidad compartida entre el sector público y el sector privado.