Las dudas por el acercamiento económico entre Cuba y Rusia
APUESTA. Tras una dura crisis que lleva más de dos años, las autoridades de La Habana intentan convencer a los inversionistas de Moscú para apostar por la isla.
Cuba y Rusia han anunciado planes para estrechar sus relaciones económicas y comerciales, pero los expertos dudan de que puedan materializarse en una nueva era dorada bilateral y entrevén intereses geopolíticos en tiempos difíciles para ambos países.
Esta semana el primer ministro cubano, Manuel Marrero, se encuentra en Rusia para el Consejo Intergubernamental Euroasiático y el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, mientras la disidencia alerta frente a una nueva "rusificación". La visita, la última tras las de varios ministros y el propio presidente Miguel Díaz-Canel en noviembre pasado, se produce poco después de que La Habana anunciase un trato preferencial para inversionistas rusos, de cesiones de tierras agrícolas en usufructo por 30 años a exenciones fiscales.
Estas medidas completaron un aluvión de anuncios -incluida la entrada de tres bancos rusos y del rublo en la isla- y la presentación de un paquete de reformas del Instituto Stolypin para liberalizar la economía cubana.
La crisis
Expertos consultados por EFE creen que este movimiento se puede entender en cierta medida por necesidad, por la grave crisis económica que enfrenta Cuba desde hace más de dos años. "Después de la pandemia, el endurecimiento de las sanciones y el fracaso de las reformas, Cuba se ha quedado aislada económica y financieramente. Rusia puede ser una alternativa para lograr algún tipo de reintegración internacional", indica el economista cubano Pavel Vidal, profesor en la Universidad Javeriana de Cali (Colombia).
La economista cubana Tamarys Bahamonde, candidata a doctora en Políticas Públicas y Administración Pública en la Universidad de Delaware (EE. UU.), alude también al "tratamiento preferencial" del pasado y a la falta de indicios de que Washington vaya a cambiar su política hacia la isla: "A Cuba no le queda otra alternativa que mirar a los socios asiáticos y a Rusia".
No obstante, Vidal recalca que para que este acercamiento prospere "se requiere encontrar intereses económicos mutuamente beneficiosos", algo que "todavía no está claro". La gran apuesta cubana es el turismo, agrega, aunque el sector no termina de despegar tras la covid-19 y Rusia queda bien lejos.
"Para una mayor integración entre ambas economías se requiere buscar algo que sea de valor para el mercado y los empresarios rusos", explica Vidal, quien recuerda que los capitalistas rusos buscan "maximizar sus ganancias y minimizar el riesgo" y "percibir" que ello es posible.