Churubusco
El patrimonio cultural incluye un grupo de bienes creados o naturales a los cuales les atribuimos un valor que debe ser respetado, transmitido y resignificado en el tiempo. Entre aquellos valores subconscientes en Chile late la simpatía por la música y las películas mexicanas que hoy, por cable, nos revive la cadena televisiva Azteca, películas que amenizaron la niñez de la actual tercera edad y a menudo aparece la palabra Churubusco.
Creada en 1945, Estudios Churubusco es una fábrica de cine que concentró la producción azteca que alcanzó toda Latinoamérica en su momento de oro y sirvió también, por menores costos, a Hollywood. Fue el hogar de Cantinflas, María Félix, El Santo, Pedro Infante y Dolores del Río.
En la cultura chilena, especialmente el mundo rural, las rancheras y los mariachis tienen una presencia que perdura desde que los sones de sus trompetas, guitarrones y violines tocaron nuestra tierra, muy a comienzos del siglo XX, cuando Adelita sostenía un intenso romance con un sargento parte del ejército de Pancho Villa. La cantante nacional María Rosa Quintanilla obtuvo algunos éxitos gracias a México Lindo y Querido, un compilado de clásicos mariachis, desde el nacimiento del género musical.
Literariamente, Norte Grande y La Reina Isabel Cantaba Rancheras son los dos libros de mayor impacto en la región de Antofagasta. La Reina de Hernán Rivera Letelier aborda la importancia de la ranchera para una mujer pampina en su transhumante vida de fondas y camarotes en piezas de solteros.
Musicalmente, mucha de la población chilena, y especialmente pampina, se reconoció en las voces de Miguel Aceves Mejía, Antonio Aguilar, Lola Beltrán y Rosita Quintana. Colado en aquel mundo, Lucho Gatica, también vestido de mariachi. Temas de aquella época resonarán más adelante en la voz de Luis Miguel, como La Bikina, también interpretada por la orquesta de Paul Mauriat.
El año 2011, la UNESCO declaró al Mariachi como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. En Chile aquel patrimonio resuena en los corazones populares desde que aparecieran los ancianos sones del Ay Ay Ay Ay/ Canta y no llores/ porque cantando se alegran/cielito lindo los corazones, melodía compuesta por Quirino Mendoza en 1882.
Gustavo Tapia Araya. Profesor - escritor.