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La hora del día en que se rinden exámenes influye en las notas

UNIVERSIDAD. Algunos estudiantes despliegan mejores capacidades en la mañana y otros en la tarde. La mejor hora es a las 13.30. Rige también para pruebas laborales.
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Agencias

La hora del día a la que se realizan los exámenes en la universidad influye directamente sobre las calificaciones que obtienen los estudiantes debido a sus ritmos circadianos, según demostró un estudio realizado por científicos de las universidades de Granada, en España, y Bolonia, de Italia.

Los ritmos circadianos son oscilaciones de las variables biológicas que se producen en intervalos regulares de tiempo, como el sueño y la vigilia.

En virtud de ellos, los científicos utilizan un símil relacionado con las aves: suelen comparar con las alondras a las personas matutinas, aquellas con mejores capacidades cognitivas por la mañana, y con los búhos a los vespertinos, que suelen estar más despabiladas por la tarde-noche, informó la Universidad de Granada.

En el estudio, publicado por "The economic journal", se propone tener en cuenta los ritmos circadianos de los estudiantes (es decir, si son matutinos o vespertinos) para planificar la hora a la que se evalúan.

Los científicos emplearon el sistema de educación superior de Reino Unido, donde los universitarios tienen la restricción de realizar solo un examen por día, en uno de tres horarios disponibles: 09:00, 13:30 y 16:30.

Para obtener estimaciones causales, aprovecharon que la hora del examen se asigna casi aleatoriamente por la Oficina de Atención al Estudiante.

Según Alessio Gaggero, investigador de la Universidad de Granada y autor principal de este estudio, las estimaciones señalan que "el desempeño promedio de los estudiantes, asignados casi aleatoriamente a exámenes en distintos momentos del día, sigue una relación en forma de U-inversa".

Los científicos observaron que la hora del día a la que los universitarios tienen un rendimiento máximo y obtienen mejores notas es las 13:30, comparada con el examen de la mañana (09:00), mientras que las calificaciones vuelven a disminuir cuando la prueba es a las 16:30.

Según Gaggero, existen dos posibles mecanismos que pueden explicar estos hallazgos: los procesos circadianos y la privación del sueño.

"Teniendo en cuenta los procesos circadianos, durante los exámenes matutinos los estudiantes rinden peor al no ser evaluados en el peak de sus capacidades cognitivas. En cuanto al segundo mecanismo, los estudiantes rinden peor en los exámenes matutinos como consecuencia de la privación del sueño", explicó.

Tres factores clave

Para identificar bajo qué condiciones los efectos de la hora del día son más fuertes, los científicos sugieren que hay tres factores clave: la exposición a la luz solar, el tipo de tarea cognitiva y la edad del alumno.

"Los efectos de la hora del día son significativamente más fuertes en la sesión de exámenes de invierno, cuando la luz solar de la mañana es limitada", señaló Gaggero, que apuntó en segundo lugar que la hora del día influye casi exclusivamente para exámenes que requieren inteligencia fluida, es decir, memoria de trabajo, pensamiento lógico, resolución de problemas y razonamiento abstracto.

Por último, los efectos de la hora del día son "significativamente mayores" para los estudiantes menores de 20 años.

El estudio recomienda ponderar las calificaciones de los exámenes o reprogramar las evaluaciones de acuerdo con el patrón del ritmo circadiano, especialmente en escenarios donde hay mucho en juego, como un examen de selección o una entrevista de trabajo.

En general, concluye, para los adultos jóvenes las evaluaciones cognitivas que involucran habilidades de resolución de problemas deben trasladarse a las primeras horas de la tarde, especialmente en épocas del año en que la exposición a la luz solar es limitada.

Por el contrario, otros tipos de evaluaciones cognitivas podrían trasladarse al comienzo o al final de la jornada laboral.

Viaje al centro de la Tierra: China inicia perforación de pozo de más de 11.000 metros de profundidad en Xinjiang

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China comenzó ayer la perforación del primer pozo en el país con una profundidad proyectada de más de 10.000 metros en la cuenca del Tarim, dentro de la región de Xinjiang, situada en el oeste del gigante asiático.

La operación, que empezó a las 11.46 hora local, representa un avance significativo en la exploración profunda de la Tierra por parte de China y brinda la oportunidad de estudiar las áreas subsuperficiales del planeta, informó este martes la agencia estatal de noticias Xinhua.

Situado en el desierto de Taklamakán, el pozo tiene como objetivo alcanzar una profundidad de 11.100 metros.

Durante el proceso de perforación, el equipo pesado, incluyendo brocas y tuberías, atravesará más de 10 estratos continentales, incluido el sistema Cretácico.

Una hazaña

El proyecto de perforación presenta importantes desafíos técnicos y ha sido comparado con la hazaña de "conducir un camión sobre dos cables de acero delgados", según Sun Jinsheng, ingeniero de la Academia China de Ingeniería.

La cuenca del Tarim, rica en recursos petroleros y gasíferos, es conocida por ser una de las áreas más difíciles de explorar debido a su entorno terrestre hostil y a las complejas condiciones subterráneas.

Este proyecto se enmarca en los esfuerzos de China por mejorar su capacidad de exploración y conocimiento del subsuelo.

NO ES el más PROFUNDo

Se espera que los resultados de esta perforación arrojen valiosa información sobre la geología y los recursos naturales de la región, así como avances científicos en la comprensión de los fenómenos geológicos y la historia de nuestro planeta.

Actualmente, el pozo terrestre más hondo de Asia es el realizado por la petrolera estatal china Sinopec, también en la zona de la cuenca del Tarim, y que alcanza una profundidad de 8.937,77 metros.

Por su parte, el récord absoluto de profundidad en la Tierra lo ostenta el pozo de Kola, en el noroeste de Rusia, que cuando terminó su perforación en 1992 había alcanzado los 12.262 metros.