Descentralización, una tarea aún inconclusa
Ricardo Díaz Cortés , Gobernador regional de Antofagasta
Muchas veces en el diálogo cotidiano confundimos conceptos que no denotan la misma acepción. He oído de varias personas que utilizan como sinónimos la regionalización con la descentralización. El hecho que existan regiones no asegura que estas puedan acceder a espacios de mayor autonomía. En efecto la descentralización requiere de que confluyan tres condiciones: 1. Que haya posibilidad de elegir a las propias autoridades (descentralización política), 2. Que existan instituciones propias con competencias adecuadas para resolver los problemas del territorio (descentralización administrativa) y 3. Que se den recursos propios a los niveles subnacionales para poder ejercer las competencias que se les entregan (descentralización fiscal).
Ya la elección de los consejeros regionales y de los gobernadores o las gobernadoras, ha permitido avanzar en espacios de mayor representación regional alcanzando una mínima descentralización política. El traspaso incipiente de competencias poco a poco ha permitido avanzar en la descentralización administrativa. Pero ello sumado el rol articulador que juegan gobernadores en torno a la presidencia de la Comisión Regional del Gasto Público (CORGAPU) y, en especial en esta región en donde hemos invitado a los municipios a sumarse, hemos logrado mayor incidencia en la toma de decisiones respecto de qué se debe invertir en cada territorio.
Sin embargo aún falta descentralización fiscal. En estos momentos los diversos gobiernos regionales no poseen ni certeza ni seguridad de que sus recursos estarán disponibles para el año fiscal siguiente. Cada año dependemos de la negociación que se tenga en el parlamento en la ley de presupuesto y que en los dos años que hemos ejercido el cargo, al menos hemos recibido el apoyo de todos las y los diputados y senadores de nuestra región.
Por esta razón el proyecto de Royalty es una buena noticia para Chile, y en especial para los habitantes de las regiones mineras quienes verán retribuido de manera concreta el trabajo que realizan a diario con más recursos para combatir la delincuencia, robustecer la seguridad de nuestros vecinos y vecinas a través de la adquisición de más y mejor tecnología y a su vez permitir impulsar diversas iniciativas para el desarrollo de los territorios de explotación minera.
Sin embargo debemos hacer notar que este es un primer paso, pero aún falta mejorar el polinomio que permite una mejor distribución de estos recursos. Muchos de los que vivimos en esta región hubiésemos esperado mucho más, sobre todo al padecer las malas externalidades de la minería. Tal fue lo que plantearon cada uno de nuestros diputados y senadores que lograron aparte del Royalty nuevos ingresos en la región vía proyectos que pueden alcanzar un tope de U$ 200 millones y también lograron un aumento en el fondo de distribución de zonas mineras que era de U$ 600 millones a U$ 2000 en regiones mineras por 10 años.
Esto demuestra que cuando todos los representantes electos trabajamos unidos logramos mejoras para nuestra región. Y a este mismo trabajo nos hemos comprometido en continuar también respecto de lo que fue el Instituto de Tecnologías Limpias y todo lo que tenga que ver con Litio.
Al Royalty aprobado debemos agregar el proyecto de ley "Regiones Más Fuertes" que presentamos junto al ministro Marcel en el parlamento. Ahí se asegura un financiamiento regional, que aumenta los controles y responsabilidad regional pero que asegura eficiencia, seguridad y autonomía financiera para las regiones. Esperamos que en esa senda nos acompañen parlamentarios y parlamentarias en la discusión del proyecto y sin duda en mejorar nuestra región.