Entrega de Armas: un símbolo de compromiso con Chile y su gente
Jaime Izarnótegui López , General de Brigada, comandante en Jefe de la I División de Ejército
Hoy 18 de mayo celebramos a nuestros jóvenes soldados, hombres y mujeres, provenientes desde los lugares más recónditos de nuestro país que, con diferentes historias de vida, tienen un propósito en común, servir a la patria, desde las filas del Ejército de Chile, a través del Servicio Militar.
Ellos han sido históricamente un factor de unidad, por la labor de formar ciudadanos, brindándoles un abanico de posibilidades de desarrollo personal y profesional, en donde son instruidos, entrenados y capacitados para poder cumplir funciones en beneficio del país.
Por ello, en todas las Unidades militares del país, los jóvenes soldados recibirán de manos de sus padres, familiares, instructores y autoridades, las armas que los investirán oficialmente como soldados del Ejército de Chile, Entrega de Armas, que constituye su primera ceremonia castrense, tras haber cumplido exitosamente la fase inicial de formación militar. Estas armas los distinguirán como soldados y los acompañarán durante toda su conscripción.
De igual forma, hoy recordamos también con profundo recogimiento, a los 45 camaradas fallecidos en mayo de 2005 en los faldeos del volcán Antuco, y, de manera particular, a los 44 jóvenes, soldados conscriptos que cumplían con su Servicio Militar en el Regimiento Reforzado N° 17 "Los Ángeles", hoy Destacamento de Montaña. Sin lugar a duda, esta tragedia dejó una profunda huella en alma de todos quienes la vivieron; familiares, amigos y, por cierto, en todos los integrantes del Ejército de Chile, motivo por el cual, a partir del año 2007 se instaura esta fecha como el Día del Soldado Conscripto.
Como Comandante en Jefe de la I División de Ejército, no tengo más que agradecer a cada uno de los soldados de las Unidades de Antofagasta, Calama y Copiapó, por el cariño, entrega y compromiso con que asumen día a día, la gran tarea de servir, por el bienestar y progreso de Chile y, todos sus habitantes. Por ello, los invito a que no dejen de soñar en su futuro y concretar sus legítimas aspiraciones, aplicando día tras día, los valores y principios militares que los distinguen como soldados del Ejército de Chile.