Calles sin Violencia llega a la región
Calama y Antofagasta, estarán en el inicio de esta política de intervención que busca reducir los altos índices de delincuencia y retomar la paz social Es el momento que la población, la comunidad vuelva a sentirse segura de caminar por la calle, de disfrutar de los espacios públicos y de compartir con sus vecinos.
Las autoridades y los habitantes de Antofagasta y Calama estaban expectantes respecto a la inclusión de ambas comunas en el plan de gobierno Calles sin Violencia, que fue anunciado como principal medida para reducir los índices de criminalidad en el país. Y la idea es partir por aquellas ciudades que concentran la mayor cantidad de delitos violentos, especialmente homicidios, lo que lamentablemente tanto en la capital regional como en la de la provincia El Loa, son elevados.
No debiera alegrarnos estar en este grupo - que partió en 30, pero que ayer ya alcanzaba las 46, por expresa solicitud del Presidente Gabriel Boric-, debido a que habla de la inseguridad y el aumento en la comisión de delitos. Lamentablemente, estamos en esa condición y hay que hacerle frente para salir de ella.
Cuando se reconoce que se está frente a un problema mayor, es posible generar estrategias para solucionarlo. Y eso es lo que está ocurriendo a nivel nacional y local. La crisis por la inseguridad obliga a definiciones del nivel central, pero que obligatoriamente deberán contar con el apoyo de las autoridades regionales y comunales.
Aún no se conocen a cabalidad todos los componentes de este plan, pero hay sugerencias para que no solo se dedique a combatir los hechos violentos, también desarrollar una labor de inteligencia que permita desarticular bandas peligrosas y prevenir la comisión de nuevos delitos.
Se dice que nunca es tarde, pero se espero mucho tiempo y hoy vemos que el mero anuncio no logra desincentivar o persuadir a los delincuentes, quienes siguen intimidando a la comunidad, tomándose barrios por completo, amenazando, extorsionando y asesinando. La situación es compleja y por ello requerirá de un trabajo multisectorial que permita recobrar la tranquilidad en el país.
Una de las sugerencias entregadas por los alcaldes de la zona es reforzar el Ministerio Público. En la actualidad la dotación es insuficiente y se necesitan más fiscales y profesionales, para perseguir el delito, en un combate decidido y sin vuelta atrás.
Hay temores en que pueda desencadenar en cruentos enfrentamientos, no obstante, se debe hacer con el suficiente cuidado para que no implique mayor peligrosidad para los vecindarios.
Es el momento que la población, la comunidad vuelva a sentirse segura de caminar por la calle, de disfrutar de los espacios públicos y de compartir con sus vecinos.