Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Actualidad general
  • Opinión
  • Clasificados
  • Servicios
  • Deportes
  • Espectáculos
  • Contraportada

Detalles de la ley de "40 horas" laborales que el oficialismo celebró como "triunfo"

TRABAJO. Una exultante ministra Jeannette Jara destacó que "sí se pudo", luego de que la Cámara de Diputados dejó lista para promulgarse la norma que rebaja de 45 a 40 las horas laborales a la semana. Reducción será gradual y podrá haber semanas con 4 días de trabajo.
E-mail Compartir

Ayer fue una jornada de abrazos para el oficialismo en medio de una crisis de seguridad que copó la agenda en las últimas semanas. La Cámara de Diputados respaldó las enmiendas que hizo el Senado y aprobó por 127 votos a favor, 14 en contra y tres abstenciones el proyecto que reduce las horas semanales de trabajo de 45 a 40, quedando listo para ser promulgado como ley.

La nueva norma, que modifica el Código del Trabajo y tendrá efecto sobre más de cuatro millones de trabajadores en todo el país, tendrá una rebaja gradual del horario laboral: de 45 a 44 horas al primer año de publicada la ley, a 42 horas al tercer año y a 40 al quinto año. Estos plazos son máximos, pues cualquier empleador puede anticiparse sin esperar la gradualidad.

La ley contempla jornada 4x3, que permite distribuir las 40 horas en menos de 5 días, lo que redunda en la posibilidad de implementar jornadas de 4 días de trabajo por 3 días de descanso, con 10 horas diarias, con acuerdo de los trabajadores.

En su aplicación general, se incorporan nuevas flexibilidades, como la posibilidad de que la jornada ordinaria de 40 horas se cumpla en un promedio de hasta cuatro semanas, con tope de 45 horas semanales. Si el trabajador sea sindicalizado, se requerirá que la empresa cuente con el acuerdo previo del sindicato.

Se reducen además los profesionales o trabajos que se rigen por el artículo 22 del Código del Trabajo y se permite autorizar sistemas excepcionales con promedio máximo de 42 horas semanales. Para estos casos, los trabajadores podrán tener días de descanso adicionales.

La norma incluye beneficios para padres y cuidadores de menores de 12 años, como las "bandas horarias" para ingreso y salida diferenciadas al trabajo, adaptables en una ventana de hasta dos horas.

Este derecho es para madres o padres.

También se incorpora el descanso adicional compensado con horas extra, un acuerdo por escrito con el empleador que permite compensar el trabajo extraordinario con hasta cinco días de feriado adicional.

Ministra jara

La nueva ley tuvo como protagonistas a la diputada comunista Karol Cariola, a la ministra Segegob Camila Vallejo, también del PC, y a la ministra del Trabajo, Jeannette Jara.

Las dos primeras presentaron la iniciativa hace seis años y la tercera tuvo la misión de reactivar el proyecto hasta su total despacho.

"Es una muy buena noticia para el país (...), esta es una demanda que viene desde hace muchos años atrás, alrededor de la década del 40 en el mundo, y aún así algunos pensaban que no iba a ser posible" dijo Jara y luego agregó un "sí se pudo" que fue aplaudido por el oficialismo presente en el Congreso.

Junto con agradecer a la oposición que votó a favor, Jara enfatizó que le norma tuvo un respaldo "contundente", que "va a contribuir enormemente a nuestra calidad de vida" y que "nadie va a quedar solo" durante la aplicación de la ley. "Hoy día la política demostró que puede estar a la altura de los desafíos que le plantea el pueblo de Chile", finalizó.

Jornadas especiales

La ley contempla a su vez jornadas especiales para algunos sectores. Por ejemplo, trabajadoras de casa particular puertas adentro, mantendrán el sistema actual, con un descanso mínimo de 12 horas diarias, pero "con una compensación de dos días de descanso mensual adicional". Estos días podrán acumularse de común acuerdo hasta un período de tres meses. También habrá distinciones para choferes y auxiliares de la locomoción colectiva interurbana y de servicios interurbanos; choferes de vehículos de carga terrestre interurbana; tripulantes de vuelo y cabina; Trabajadores de plataformas independientes (se reduce la base de cálculo de 180 a 172 horas al mes); jornadas que requieren continuidad operativa, por ejemplo, en minería; tripulación de ferrocarriles; gente de mar y trabajadores agrícolas permanentes, entre otros.

Carlos Peña

El caso Allende-Salazar

E-mail Compartir

¿Fue correcto que una televisora -Megavisión- decidiera despedir a una periodista luego que esta, en el apuro de la noticia e improvisando frente a las cámaras, llamara al carabinero recién asesinado "paco"?

La expresión fue, por supuesto, un lapsus. Y no se requiere haber leído a Freud para saber que en los lapsus quien habla es el inconsciente, ese depósito de pulsiones y deseos ocultos que la racionalidad suelen mantener a raya hasta que el control, por cansancio, descuido o lo que fuera, afloja y cede y entonces aquello que no se diría voluntariamente de pronto se dice. Eso es más o menos lo que le ocurrió a la Periodista Paulina de Allende-Salazar. Habló su inconsciente al emplear una expresión que, en ese contexto, sonó levemente desdeñosa, derogatoria, despreciativa.

Y al oírla, como era de esperar, el oficial que interactuaba con los periodistas se indignó y también algo irreflexivamente reaccionó decidiendo -si decidiendo- que nadie hablaría a la prensa en tanto la periodista no se retirara.

¿Hizo lo correcto ese carabinero? ¿actuó bien Megavisión al despedir a la periodista?

Comencemos por el carabinero. Su actitud es, desde luego, comprensible. Es natural que con la conmoción causada por la muerte violenta de su compañero de armas la expresión dicha por la periodista le sonara a un insulto. Pudo entonces quejarse, incluso reprenderla, poner de manifiesto lo que pareció una falta de respeto o de consideración; pero es evidente que enmudecer frente a la ciudadanía y negarse a hacer declaraciones hasta que la periodista de pronto convertida en réproba se retirara, fue un exceso. No hubo en los dichos de la periodista una injuria, ni nada que siquiera se asemejara a algo así. Fue un descuido, una expresión coloquial, una trampa del inconsciente por la que ella se disculpó ¿Qué más podría haber hecho? ¿Salir cabeza gacha del recinto acaso? El incidente -guardando las distancias- recuerda otro del que participó alguna vez el presidente. Entonces se molestó con un joven periodista y lo reprendió.

Y si el oficial de Carabineros actuó movido por la emoción y el dolor que le causó la muerte de uno de los miembros de su institución, y si, por eso, su actitud es comprensible, la de Mega es simplemente absurda. Despedir a una periodista porque empleó de manera inconsciente una expresión coloquial -por la que pidió disculpas- es simplemente absurdo y excesivo, una reacción desmesurada como tantas que ha habido el último tiempo, una reacción adoptada al compás de lo que se supone era en ese momento la temperatura de la opinión pública, una muestra grosera de los tiempos que corren atentos a detectar para donde soplan los vientos y actuar en consecuencia. Los canales de televisión, Megavisión entre ellos, echaron leña a la hoguera de octubre, adularon o casi a los que participaban, filmaban al perro matapacos y sus conductores subrayaban hasta la exageración lo que suponían la gente quería oír. Y ahora declaran que por supuesto en su línea editorial este tipo de expresiones que deterioran la autoridad no son admisibles, que el canal siempre ha sido equilibrado y respetuoso, preocupado de no dañar la sensibilidad de nadie.

Sí, por supuesto, faltaba más.

Lo que acaba de ocurrir con esta periodista es una reacción desmesurada, disfrazada de respeto y de moral frente a un simple lapsus. En suma, una periodista independiente ha sido sancionada por un canal dependiente del rating.

Nada de lo que la televisora deba enorgullecerse.