"En la votación de la reforma tributaria se impuso la derecha que no quiere diálogos"
La diputada Catalina Pérez (RD) es crítica frente al rechazo de la oposición a la idea de legislar la reforma tributaria: "Hace todavía mucha falta una autocrítica por parte de la oposición de estar disponibles al debate, y me parece que mientras esa autocrítica no exista, cuando siga el Partido Republicano marcando el ritmo a la oposición, no vamos a estar en buenas condiciones para conversar".
Y es que pese a que ya ha pasado los días desde que el Ejecutivo recibió este duro golpe en el Congreso, el debate sigue abierto y, tal como lo recalca la también vicepresidenta de la Cámara en esta entrevista, el Gobierno y sus filas buscarán la forma de sacar adelante un nuevo trato tributario.
¿Qué tan afectado queda el programa de Gobierno tras el rechazo de la reforma tributaria?
- En primer lugar, cuando es el Partido Republicano quien lidera a la oposición, es Chile quien pierde. No es el Gobierno el que pierde. En la votación de la reforma tributaria fue esa derecha la que se impuso, la que no quiere diálogos, los que están dispuestos a darle la espalda a Chile con tal de que al Gobierno le vaya mal. Y creo que en eso Chile Vamos, el PDG, terminaron siendo serviles a quienes no quieren estabilidad y eso es preocupante. Lo que pasó con el rechazo a la reforma tributaria es que se rechazó terminar con la evasión tributaria de las grandes fortunas que se terminan yendo a paraísos fiscales y no pagando impuestos en Chile. Se rechazaron los fondos para subir las pensiones a 250 mil pesos para más de 2,8 millones de personas. Se rechazó reducir en un 30% las listas de espera, aumentar el per cápita para salud primaria, o aumentar 900 plazas de formación de policías. Lo que se rechazó fueron las respuestas a las urgencias que hoy día tiene el país. Y por esto es una situación muy grave que haya sectores que no estén disponibles para discutir un nuevo pacto tributario, cuando seguimos siendo uno de los países más desiguales del mundo.
Bueno, ahora la UDI y RN se declaran disponibles para conversar con el Gobierno e impulsar un nuevo trato tributario.
- Pasa que, por un lado, dicen estar disponibles al diálogo, pero se retiran de la mesa de trabajo para propuestas en materias de seguridad. Dicen que están disponibles al diálogo, pero no participan de la mesa de trabajo de la reforma de pensiones. Dicen que están abiertos al diálogo, pero votaron rechazar siquiera la idea de debatir una reforma tributaria. A mí me pasa que, en debates como estos, que son debates país, es donde podemos establecer horizontes comunes. Venimos saliendo de un momento de fractura, de mucha complejidad para el debate democrático, y hoy más que nunca requerimos de liderazgos de Estado, que hagan posible la construcción de acuerdos. El desafío es recomponer la democracia es una tarea de todos los que creemos en ella. Y en eso no han estado a la altura del desafío.
¿El proyecto del royalty minero que está en el Senado podría ser una alternativa por mientras?
- El royalty minero sigue en debate, y así lo hemos conversado como Gobierno. Va a seguir efectivamente su curso mediante la reforma que se encuentra en el Senado. Era uno de los elementos que tenía en consideración la reforma tributaria para aumentar la recaudación fiscal, y avanzar en el debate de rentas regionales, que es algo que va a seguir siendo prioridad para el oficialismo y el Ejecutivo, y una tremenda deuda pendiente para la descentralización de nuestro país.
Lo que esperamos también es que podamos ingresar un proyecto para evasión y elusión fiscal, y que, por otro lado, podamos, mediante diálogos ciudadanos, reenfocar una eventual nueva reforma tributaria hacia nuevas urgencias y necesidades sociales. Vamos a sacar esto adelante, de una manera u otra. Ese es el compromiso con Chile. Pero necesitamos que ese compromiso también exista por parte de la oposición.
El oficialismo
¿Cómo ve las relaciones de Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático este primer año?
- Somos una única alianza de Gobierno detrás de un programa de Gobierno, que ofrece certidumbre, certezas, tranquilidad a las familias, pero que también ofrece cambios. Creo que ambas cosas son relevantes para el momento político que Chile vive, para que la política vuelva a ser una herramienta útil, para que las personas vivan mejor. Independientemente de nuestra respectiva ficha de militancia, estamos todos atrás del mismo esfuerzo, y es algo que yo saludo. Ahora, el desafío, como lo ha dicho el Presidente, está en continuar ampliando la base política y social que respalda este Gobierno, para sacar las transformaciones en un escenario muy complejo por la inexistencia de mayorías en el Congreso Nacional.
La salida del exministro García generó fricciones con el PL, ¿se pudo haber evitado?
- Como lo ha dicho el Presidente, los cambios de gabinete no se hacen para dejar contentos a los partidos, sino para mejorar la gestión de Gobierno en sus distintas áreas, y creo que lo que debe preocuparnos es que el trabajo esté en las manos de nuestras mejores cartas, independiente de su militancia, y me parece que el rol de los partidos oficialistas debe ser de respaldo a las decisiones de Gobierno y no de cuestionamiento público como hemos visto por parte de algunos líderes partidarios.
¿Qué desafíos se vienen para el Gobierno este 2023?
- Primero, recibimos un país golpeado por la pandemia, por la crisis económica, por el estallido social. Un país con una convivencia social fracturada, y creo que el desafío ha estado en cómo darles estabilidad a las familias. Por ejemplo, seguridad en materia económica: ha crecido la actividad, bajó el precio del dólar, bajó la UF, Chile volvió a ser el país más seguro para invertir en América Latina, y creo que ese debe seguir siendo el camino durante este segundo año de Gobierno. En cuanto a seguridad social, hemos avanzado en medidas concretas como el Copago Cero, que significa la gratuidad universal de Fonasa, o un aumento histórico del salario mínimo. En esa misma línea debemos avanzar en una reforma al sistema de salud, o la creación de un sistema nacional de cuidado que reconozca todo el trabajo de cuidado que hacen, en su gran mayoría, las mujeres de nuestro país. Y lo mismo ocurre en materia de seguridad pública, que es una prioridad del Gobierno y también lo es para los vecinos, sobre todo del norte de nuestro país y nuestra Región de Antofagasta, y creo que el aumento al presupuesto de policías, o la primera política nacional de crimen organizado que hemos visto este primer año de Gobierno debe replicarse en lo que viene en la gestión.
"Me parece que el rol de los partidos oficialistas debe ser de respaldo a las decisiones de Gobierno y no de cuestionamiento público como hemos visto por parte de algunos líderes partidarios".