Urgente mirada de futuro para la Región
Es necesario poner en práctica una política o estrategia regional que logre mejorar la calidad de vida de las comunas y facilitar el arraigo en la zona. Nuestra zona, es rica en materias primas, pero nunca ha recibido la retribución que corresponde para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Hace poco el gobernador, Ricardo Díaz, comentó que fruto del acuerdo entre Corfo y SQM y gracias al buen momento en el precio y demanda del litio, habrá una recaudación adicional para la región de 107 mil millones de pesos. Una cantidad que supera los poco más de $90 mil millones, correspondientes al Fndr y que financian gran parte de los proyectos de desarrollo, y otros de menor envergadura, que se ejecutan en las nueve comunas.
Es una remesa importante que obliga a pensar cuál será el mejor destino que se les puede dar a esos recursos.
Nuestra zona, es rica en materias primas, pero nunca ha recibido la retribución que corresponde para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Persiste el concepto de ciudades-campamentos de los grandes centros mineros. Esto significa cumplir con estándares mínimos para que quienes vivan acá cuenten con los servicios para poder desempeñar sus obligaciones laborales.
No hay un incentivo para hacer ciudad, algo prioritario en estos tiempos.
Por esta razón es importante que nuestras autoridades puedan ver más allá de lo inmediato. Que sean capaces y que tengan la altura que se requiere para estructurar un programa a largo plazo, con metas alcanzables y con una gobernanza que traspase los distintos gobiernos.
El objetivo no puede ser otro que generar las instancias para contar con ciudades más amigables, desde la infraestructura hasta el tejido social, en las que sus habitantes -de todos los sectores-, tengan sus necesidades satisfechas en aspectos sensibles como educación, salud, deporte, cultura y entretenimiento.
Hace mucho tiempo que se habla de terminar con el concepto de campamento y no se ha avanzado mucho. Hoy se cuenta con recursos para sentar esas bases y generar una estrategia de aquí a treinta años.
No es un imposible si se toma con seriedad el desafío. Hay que buscar la sinergia mediante acercamientos entre el mundo estatal y privado, sumando al académico y al ciudadano y proponer cómo queremos ver a futuro a nuestra región. Es un ejercicio que no puede seguir postergándose, se necesita ahora.