Gremios del comercio e industriales apoyan las "40 horas", pero expertos advierten impactos en las Pymes
ECONOMÍA. El proyecto que reduce la jornada laboral está en su última instancia en el Senado, contando apoyo transversal en el Congreso y el empresariado.
Aun cuando el proyecto que modifica a 40 horas semanales la jornada laboral todavía no es revisado en el Senado, la moción ya estaría contando con el respaldo tanto del oficialismo, como desde la oposición y representantes de los distintos gremios empresariales, lo que podría facilitar la recta final que falta para que pueda ser promulgada.
Para la seremi del Trabajo, Camila Cortés, "el proyecto que reduce la jornada de 45 a 40 horas laborales no sólo busca conciliar la vida laboral, familiar y personal, generando una mejor calidad de vida para las y los trabajadores, sino que también fomenta la corresponsabilidad parental, para lo cual considera la hora de ingreso y salida diferida".
Minería
La duda que se genera alrededor del proyecto es saber cómo se aplicará en aquellos rubros cuyas características de turno y trabajo son especiales. Tal es el caso de la minería, industria que debe resguardar su continuidad operativa.
En este contexto, la seremi Cortés señala que "la comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado aprobó en enero la indicación de compensación con días de descanso anual adicionales para sistemas excepcionales, cuyo promedio máximo de horas semanales no supere las 42 horas, esto en razón de la diferencia de tiempo que se produzca sobre 40 horas. Esto significa que tendrán 8 días más de vacaciones progresivas al año".
Y complementa que "esto fue una propuesta de acuerdo entre trabajadores y empleadores, representados respectivamente por la Coordinadora de Trabajadores de la Minería (CTMIN) y el Consejo Minero, y que fue bien recibida y considerada por el Consejo Superior Laboral, encabezado por el Ministerio del Trabajo y Previsión Social, la CUT y la CPC".
En todo caso, el presidente de la Asociación de Industriales de Antofagasta (AIA), Marko Razmilic, comenta a este diario que "la reducción de horas implica ser más efectivo, por lo que habría un impacto directo en la productividad, así, empresa y trabajador resultan beneficiados".
Además, añade que "la industria minera -en sus áreas productivas- se rige por un sistema de turnos enfocados en asegurar que los tiempos de trabajo y de descanso, establecidos por ley, sean cumplidos y cautelen el bienestar de sus trabajadores, por lo que de haber alguna reestructuración creemos que consideraría este sistema a la hora de aplicar la normativa. Hoy, este régimen de turnos permite que los trabajadores cuenten con tiempo exclusivo para su vida familiar y personal, que es un propósito de la normativa".
"En este entendido, hace más de 10 años la AIA implementó la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, lo que da cuenta de su compromiso en mejorar la calidad de vida de sus trabajadores, contando actualmente con la certificación del Sello 40 horas del Ministerio del Trabajo", asegura.
Comercio
Por parte del gremio de comerciantes, el presidente regional de la Cámara de Comercio, Antonio Sánchez, dice a este medio que, "desde el primer momento", el gremio respaldó la iniciativa, y que la solicitud que emanaron fue su implementación progresiva, "para que todos los comerciantes pudieran irse adecuando a los nuevos horarios".
Aun así, sentencia que "entendemos que esto tiene un costo para el empresariado. No es que no produzca un efecto, pero entendemos que los tiempos nuevos van en ese sentido, y mal podríamos nosotros en empecinarnos en no adecuarnos a esta situación. Tarde o temprano, esto igual va a avanzar en ese sentido".
Para Tomás Flores, economista de Libertad y Desarrollo, si bien "el proyecto de ley de 40 horas contiene una transición razonable y normas de flexibilidad que moderan el efecto de mayor costo salarial", enfatiza que "es necesario considerar que para aquellos que tienen pocas posibilidades de reorganizar la jornada laboral, este proyecto implicaría un aumento de cerca de 12% en el costo laboral, lo que para las Pymes genera un impacto sustancial".
Mientras, para el economista Dusan Paredes, profesor titular del Departamento de Economía de la UCN, recalca que "es que es fundamental que este tipo de políticas considere la base técnica para su desarrollo".
El experto, que forma parte de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad - grupo que asesora a la Presidencia en este tipo de circunstancia, y justamente fue mandatada por el Presidente Sebastián Piñera en su tiempo para analizar el proyecto-, subraya que " estamos todos conscientes de que en el sistema laboral que tenemos es extenuante para las personas, y lamentablemente ese grado de estrés y de baja calidad de vida que tiene la gente que trabaja, se ve implicado en gran medida debido a la baja productividad que tenemos como país".
Argumenta que, "técnicamente, si bien es relevante lograr que las personas tengan más tiempo disponible para mejorar su calidad de vida, hay un problema de antes que se debe solucionar, y es la baja productividad". Y profundiza: "Hay un problema mucho mayor, y es qué tenemos que hacer como país para aumentar la productividad, para que nuestros trabajadores y trabajadoras, en vez de trabajar 9 horas al día, trabajen 6 pero produzcan lo mismo. Esa es una problemática de largo alcance y que la política pública no ha sido capaz de abordar".
En ese sentido, la senadora Paulina Núñez (RN), declara que, justamente, este aspecto es algo que se podría mejorar del texto: "Las Pymes van a contar con la gradualidad para implementar la ley, pero que necesitan además un respaldo mucho más potente, tanto desde el punto de vista del acceso a beneficios fiscales y tributarios, y también con herramientas que permitan flexibilizar la jornada laboral".