Estudio revela que más de 9 mil personas del borde costero de Antofagasta están expuestas a inundaciones a causa del cambio climático
INFORME. Investigación da cuenta que dentro de los próximos 20 años este fenómeno podría suponer un riesgo para el 2,6% de la población de la capital regional. Especialistas advierten la necesidad de actualizar el plan regulador para contar con una proyección más precisa.
Un informe realizado por investigadores provenientes de 4 universidades chilenas analizó en detalle 12 zonas costeras del país que están con mayor riesgo de tener episodios de inundación a causa del cambió climático en el periodo 2026-2045. Esto con el objetivo de promover medidas de prevención y estandarizar estudios de riesgo y planificación con miradas a largo plazo.
El documento, que lleva por nombre "Evaluando el rol de la planificación territorial en ciudades costeras de Chile ante escenarios de cambio climático", incluyó a Antofagasta entre las ciudades analizadas. Entre los resultados que más resaltan, se proyecta que 9.409 personas estarían expuestas a estas inundaciones, lo que equivale a un 2,6% de la población de la capital regional.
El porcentaje se ve bajo, teniendo en consideración que al comparar estos con los de las demás ciudades medidas, Antofagasta está entre las seis cuya población afectada está por debajo del 5%. A su vez, existiría una zona urbana expuesta de 8,7 km², correspondiente al 1,9% de su total, ocupando el último lugar en este índice.
Factores a considerar
Sin embargo, hay otras estadísticas en el estudio que llaman a poner atención en el eventual fenómeno. La capital regional es la tercera con mayor potencial de densificación en las zonas inundables con un 7,3%, lo que lleva a pensar que la cantidad de personas viviendo cerca del mar pueda ser mayor. Además, hay un 18% de instalaciones críticas expuestas en los lugares de mayor riesgo.
"Es una ciudad que está más alta (sobre el nivel del mar) con respecto a los otros casos, por lo que tiene una menor área expuesta. A eso se suma que el plan regulador comunal tiene menos zonas residenciales permitidas ahí. Eso no quita que se plantee una potencial llegada de más personas, ya que la densidad en los sectores permitidos es alta, y la norma del plan es más permisiva en esos lugares", señaló la coautora del estudio y académica del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC, Magdalena Vicuña.
Por otra parte, la investigadora advirtió que también se debe observar con atención lo que pueda ocurrir por el lado de la Cordillera de la Costa: "Hay un riesgo aluvional alto sobre todo en zonas altamente pobladas por asentamientos informales o campamentos. Entonces Antofagasta si bien no tiene tanta urgencia en su borde costero, puede tenerla en torno a la cordillera".
Desde su perspectiva como geógrafo hidrólogo el director del Centro de Catástrofes Naturales UA, Jorge Van den Bosch, consideró que el estudio era demasiado relativo, y que no tomó en cuenta elementos naturales que son clave a la hora de hacer proyecciones sobre el nivel del mar.
"El sol y los volcanes submarinos producen cambios absolutos a nivel del mar que son de milímetros al año y que no se perciben. Pero existen unos cambios relativos del mar, los cuales uno percibe de manera distinta, ya que en vez de cambiar el nivel del mar, cambia el continente que se puede levantar o hundir. Es relativo ya que nos afecta solo a nosotros como habitantes", indicó el hidrólogo.
El tectonismo se encontraría en ese segundo grupo, el cual para Van den Bosch también explicaría la elevación que tiene la ciudad de Antofagasta: "Nuestros ingenieros civiles geomáticos midieron hace algunos años cuánto se ha levantado desde 1995, y aproximadamente son 70 cms., a razón de 2,8 cms. por año, por lo que en vez de bajar estamos subiendo".
Plan regulador
La parte final del estudio señala una crítica respecto a los estándares poco actualizados que tienen los planes reguladores de la mayoría de las zonas analizadas. El caso de Antofagasta es uno de los más preocupantes, ya que su plan comunal particular no ha tenido modificaciones de gran envergadura durante 20 años. Su reformulación es necesaria para generar proyecciones más precisas.
"La legislación vigente en Chile plantea que este debiese ser revisado cada diez años. Es importante hacerlo no solo para actualizar los escenarios de futuro desarrollo urbano, sino que también porque debe realizarse un estudio de riesgo. Este a su vez fundamenta la definición de áreas de riesgo. Entonces es importante para contar con ciertas estrategias y mecanismos que permitan a la ciudad adaptarse a estos eventuales cambios", señaló Vicuña.
Van den Bosch, por su lado, señaló la necesidad de aplicar herramientas más precisas: "El plan regulador no es un instrumento que permita hacer trabajos de precisión por ningún motivo. Para que sea realmente preciso debería ser milimétrico, lo que no existe y sería carísimo de implementar. Para eso son necesarias herramientas con la interferometría de radar, que es lo que hacemos nosotros, así como también GPS de alta precisión".