La Crisis de los Baños
El filósofo esloveno Slavoj Zizek analiza profundamente algo denominado la 'ideología del inodoro', haciendo hincapié en que todo lo que hacemos conlleva una actitud político-ideológica (El Sublime Objeto de la Ideología, 1989). Si bien las obsesiones de Zizek van más por estudiar el exceso excrementicio en los retretes, su realismo político da cuenta de la mentalidad histórica de los grandes estados que han gobernado Europa. Por ejemplo, la presencia del agujero en la parte delantera del WC explica la ambigua fascinación contemplativa alemana. Si el hoyo está atrás, la necesidad francesa de deshacerse rápidamente de las fecas; y, por supuesto, la situación pragmática inglesa de poner al centro y lleno de agua la salida hace pensar que las heces son un objeto ordinario que hay que poner donde corresponde.
Siempre me llamó la atención que en la unidad donde trabajo, los baños de los hombres estuvieran dañados, podría ser el exceso de uso, pero yo le llamé en su tiempo, 'la crisis de la masculinidad'. Todavía recuerdo que en una llegada de un receso académico en marzo, lo primero que vi en la puerta fue el sanitario, estaban reparando una vez más los baños de hombres que filtraban agua. Me figuré que sería un mal año, y no me equivoqué al respecto. Los análisis sobre los excusados dan para mucho en aspectos sociológicos, pero también constituyen un objeto atractivo de análisis político y de políticas públicas.
El espectáculo verborreico del alcalde de nuestra ciudad que dio motivo a burla nacional en medios de comunicación y redes sociales sobre el 'exceso de uso' de los baños del Estadio Regional de la ciudad (9 para un aforo de 30 mil personas, un 0,03 inodoro por persona), debiera llevarnos a cuestionar -en primer lugar- el liderazgo edilicio, mezcla de El Idiota de Fiódor Dostoyevski y El Loco de Antón Chéjov; un segundo aspecto, la planificación estratégica de eventos de esta naturaleza, que me imagino que estuvo en manos de una productora, o de gente del municipio que ya sabía que lo que iba a ocurrir, iba a pasar de todas maneras; y en tercer momento, algo más complejo que es la proyección de nuestra ciudad como la 'ciudad del excremento y la basura'
Si ustedes caminan por las diversas avenidas, ¿qué es lo que más se ve en Antofagasta?, heces de perros y mugre. No existe una lógica comunal de hacer una 'pedagogía de la basura', tanto a nivel privado como público. La prueba de ello es que Chaqueta Blanca, el vertedero y las quemas ilegales siguen sin solución satisfactoria para una ciudad que merece llamarse la 'pequeña California' o la 'Dubái de América Latina'. Anteriormente, señalé que el status quo en el que nos encontramos en los temas de aseo y ornato de la ciudad, requiere una 'refundación' de la Municipalidad y la exigencia a las autoridades para que se hagan cargo de una vez por todas de los temas - ciudad, que largamente fueron prometidos en las campañas propagandísticas.
Desde una perspectiva más concreta, en ausencia de Estado o gobernanza de las políticas públicas, la orfandad de los/as vecinos/as hace que los movimientos sociales se constituyan en un 'estado alternativo', de carácter popular y representativo, pero sin capacidad vinculante desgraciadamente. Esta ''involución y parálisis de la clase política' de la que habla Gabriel Salazar (Movimientos Sociales en Chile, 2012), nos hace pensar que estamos frente a una democracia púber (Winston Manrique Sabogal, WMagazín, 01/08/2017) o 'no asentada' (David Caldevilla Domínguez, 2015) en la ciudad, o simplemente la 'parroquialidad' (como curas de pueblo) de las autoridades no permite soñar la ciudad en grande.
También nos corresponde hacernos cargos de esta 'crisis de los baños', y tener más cuidado dónde ponemos nuestros desechos y los residuos de nuestras mascotas. A no dudar, la gobernanza de Jonathan Velásquez está para un psiquiátrico, y de ahí que el Concejo Municipal debiera exigir su 'vacancia' por 'permanente incapacidad moral', e inclusive psicológica reflejada en un constante abandono de deberes (esto también ocurrió al ex - Presidente de Perú, Pedro Castillo, y al ex - Primer Ministro de Reino Unido, Tony Blair). Antofagasta no merece ser recordada en matinales por la vergonzosa pubertad política de sus gobernantes, sino más bien como una gran ciudad pujante, internacionalizada, y con un gran desarrollo y crecimiento económico y social.