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Buenos deseos para este 2023… ¿son suficientes?

"Si quieres que tú y tu empresa logren que sus deseos se hagan realidad, define tus principios guía a la luz de los valores".
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Hace unos 5 años atrás, al cierre de un año e inicio de otro, se viralizó un video de Yolanda Sultana, conocida astróloga y tarotista, y su mensaje central era "que los vaiga bien". Del video pasamos al emoticón, siempre conectados con expresar buenos deseos y poner energía positiva para que lo que queremos que pase… pase.

Los seres humanos somos seres de ritos, da lo mismo el origen, raza o credo, tenemos ritos y uno de ellos es, al inicio de un año, desearse éxito, que sea un buen año, que tengamos salud, trabajo, amor, etc. Pero ¿es suficiente la expresión de nuestros deseos? Evidentemente no.

Si queremos que el 2023 sea "bueno" para nosotros, para la región, necesitamos transformar nuestros deseos en propósito, este en objetivos, y finalmente en planes. Hasta aquí, seguro, ninguna novedad. Esto lo hacen la gran mayoría de las empresas. Pero ¿dónde está la diferencia? Más allá de las circunstancias externas que nos afectan y requieren de nuestra flexibilidad y adaptabilidad, la diferencia está en nuestra capacidad de tomar buenas decisiones en entornos con altos grados de incertidumbre.

Las empresas y los emprendimientos exitosos son aquellos que tienen definidos sus principios guía que los orientarán cuando necesiten tomar decisiones rápidas que los conduzcan a alcanzar sus objetivos.

Por ejemplo, un principio guía podría ser: "Nuestras decisiones tienen que siempre tener un impacto positivo en lo social, medioambiental y en lo económico". Es un principio que nos orienta en los momentos difíciles y evita que nos perdamos al tomar decisiones.

Las mineras -y las destaco por ser importantes en la región- tienen un principio guía clave: "Tu acción debe ser segura ante todo". Este principio ha orientado inversiones, tiempo y esfuerzo para lograr una minería segura.

Los valores de la empresa son fuente inspiracional de los principios guía y, tal como lo indicara Carolyne Taylor en su libro "La Cultura del Ejemplo", los valores reales de una empresa son en los que invertimos tiempo y dinero para alcanzarlos, no aquellos de la declaración que está colgada en alguna pared de la empresa.

Estamos partiendo un año difícil, todos venimos escuchando lo mismo. Si quieres que tú y tu empresa logren que sus deseos se hagan realidad, define tus principios guía a la luz de los valores. Así harás la diferencia y lograremos juntos "que los vaiga bien".

Pablo Fuenzalida

Socio fundador de Dinámicas Humanas y DHumanLab

Dudas sobre la ejecución presupuestaria de la región: ¿quién dice la verdad?

"He solicitado -vía oficio- información a Subdere, al Gore y a la Contraloría General de la República, para solicitar la aclaración de la ejecución presupuestaria". José Miguel Castro, Diputado de la República
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El Gobierno hace agua. No es una frase antojadiza y eso es preocupante. No hay control del orden público ni medidas de corto plazo para enfrentar una de las alzas históricas en la canasta básica. Temas que inquietan a los chilenos y en especial a los antofagastinos. Pero si nos centramos en la proyección de nuestra región, la situación tampoco es alentadora.

No sabemos si el Gobierno Regional (Gore), encabezado por Ricardo Díaz -también presidente de la Asociación de Gobernadores Regionales- podrá cumplir las expectativas de este nuevo año, dado que, si revisamos las cifras, Antofagasta lideraba, hasta el mes de noviembre, una de las peores ejecuciones presupuestarias del país durante el 2022.

Según el reporte de noviembre de la Subdere, la Región de Antofagasta presentó la menor ejecución presupuestaria del país con un escaso 46,5% el año pasado, lo que supone 38.632.965 de pesos, menos de la mitad de los más de 83 mil millones asignados.

Aunque dicho informe entregado por la Dirección de Presupuestos (Dipres) en noviembre pasado muestra un leve aumento del 8% respecto a octubre del 2021, la región está muy por debajo de la media nacional del 59,9%.

Hasta ese momento la discusión se centró en buscar rápidamente "culpables" entre los efectos del estallido social y la pandemia, como por ejemplo, el alza de materiales de construcción, que a su vez encarece el proceso, con un efecto dominó que termina con el abandono de las obras por parte de las empresas. Fácil; una causa y un efecto.

Pero algo no cuadra. Si en noviembre teníamos la peor ejecución nacional cómo es posible, que por arte de magia, las cifras de ejecución presupuestaria en el mes de diciembre se hayan pegado un salto cuantitativo de 46% al 96% según lo indicado por Díaz quien rindió cuenta de la gestión.

¿Quién dice la verdad? A vuelo de pájaro, está claro, que frente al freno en la ejecución, alguien tenía que mostrar números azules (el gobernador) para dar calma a la ciudadanía. Más claro echarle agua.

Podríamos celebrar, sin embargo, hay dudas razonables respecto de la ejecución real de obras en la región y sería interesante que las autoridades locales lo aclaren, considerando - además - que los presupuestos anuales se originan conforme a una planificación estratégica por parte del Gore, para que - a través de la Ley de Presupuesto- se les asignen los recursos y así implementar las propuestas de dicha planificación.

Por ahora, nos quedamos con el documento de la Dirección de Presupuesto, no con el discurso de la autoridad de turno, que por cierto, estaría encantado de escuchar, porque si mal no recuerdo, ya en septiembre la Dipres nos advertía que la ejecución a esa fecha llegaba a penas al 18,6% del presupuesto. En ese escenario, solo un acto de magia podría lograr un incremento tan alto como pasar del 46% al 96% de ejecución en un mes (nov-dic).

Una de las medidas impulsadas por el Gore y que tiene que ver con cambiar el sistema de rendiciones - probablemente- vaya en la línea correcta, pero no podemos maquillar procesos porque los cambios deben ser profundos.

Ya no caben justificaciones variopintas respecto de la pandemia y la crisis de octubre. No nos engañemos. De mantenerse las cifras bajo la media nacional, la razón es una sola: incompetencia, que es la carencia de capacidad para hacer cierta cosa, especialmente para realizar un trabajo u ocupar un puesto y que a este gobierno le ha sobrado.

Es por esto que he solicitado -vía oficio- información a Subdere, al Gore y a la Contraloría General de la República, para solicitar la aclaración de la ejecución presupuestaria del Gore de Antofagasta, esperando se transparenten las cifras y se nos aclare el avance real de las urgencias locales.

Retomar la sensación de riesgo

Creer que el virus del covid dejó de ser un peligro derivará en contagios masivos y un aumento en el número de casos graves y decesos. No es posible esperar que aumenten las muertes para que recuperemos la sensación de riesgo que nos lleva a buscar formas de inmunización, que en este caso es la vacuna.
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Hay varios factores que inciden en que el proceso de vacunación con la dosis bivalente no esté avanzando como esperaban las autoridades sanitarias, quienes aún mantienen la alerta respecto a la peligrosidad del virus del covid y los problemas que ocasionará el aumento desmesurado de contagios. Tal vez la principal razón, es que la población perdió el miedo a contagiarse y cree que ya no es necesaria la inmunización para efectos personales y de quienes son más vulnerables a este tipo de infecciones.

Para el doctor Francisco Salvador, la explicación está en que se perdió la sensación de riesgo, principalmente por todos los pesares vividos durante los momentos más difíciles de la pandemia. Una actitud entendible, no obstante, es necesario que cambie para que este virus no siga cobrando víctimas entre los más vulnerables.

Cada año los virus respiratorios cobran vidas y quienes están en los grupos de riesgo lo saben y por ello se vacunan con el debido tiempo. El mejor ejemplo es la antiinfluenza, que en la prepandemia se tomaba un espacio importante en las campañas preventivas del Ministerio de Salud. Hoy la labor continúa y lo que se espera es que la comunidad también entienda que es primordial que esas medidas preventivas sigan aplicándose con la misma rigurosidad que la hacemos frente a otras enfermedades.

El covid-19 sigue siendo un virus de rápida transmisibilidad y solo la vacunación ha logrado contener su avance y reducir su letalidad, pero sigue allí acechando y amenaza con seguir expandiéndose a través de variantes y sublinajes, complicando a quienes tienen sus sistemas inmunes más debilitados.

No es posible esperar que aumenten las muertes para que recuperemos la sensación de riesgo que nos lleva a buscar formas de inmunización, que en este caso es la vacuna. Es necesario aprender a convivir con el covid y que -a la fecha- el único modo es vacunándose y seguir con medidas de prevención tan simples como el frecuente lavado de manos.

Sin caer en el alarmismo se pueden adoptar hábitos de salud que servían para estar prevenidos ante el covid-19 y todas sus variantes, más otras infecciones que suelen atacar a la población y que sin ser catastróficas tienen un índice de mortalidad no menor.

La inoculación ha ampliado su espectro y debemos estar conscientes que es tarea de cada uno protegerse en lo individual para favorecer a lo colectivo.