Riesgo Político
Hace un par de días se dio a conocer el informe Riesgo Político América Latina 2023, a cargo del Centro de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Chile (CEIUC), generando un debate complejo de las problemáticas y los desafíos para la región y, en especial nuestro país. Entre las primeras temáticas que emergen, se encuentra el crimen organizado, el retroceso democrático, las complejidades en las gobernabilidades, nuevos estallidos de malestar social y la crisis migratoria. Todos estos temas se presentan de manera transversal en cada uno de los países latinoamericanos, con algunos énfasis distintivos en los diversos sistemas políticos, pero como una sintomatología similar que nos haría pensar que estamos ad portas de otra década fallida.
Este análisis se cruza con lo emitido por el Banco Mundial que proyecta que las economías de Chile y Haití serán las únicas que no crecerán durante 2023 (Pauta, 10/01/2023). Esto no nos debiera sorprender, dado que es el 'año final del decenio', con un crecimiento acumulado en LATAM de apenas 0,9%, y este año se observan porcentajes bajos en las economías industrializadas (0,7% en EEUU, 0,3 en Europa y 4,4 en China), y una tasa de pobreza de un 32,1%. Se piensa que incluso este período será peor que la década perdida de los 80s (crecimiento promedio de 2%) en América Latina. El Secretario Ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar Xirinachs, señala que esta situación no sólo constituye un mal ciclo económico, sino una trampa estructural de bajo crecimiento, un negacionismo hacia la elevada desigualdad, y la presencia de una institucionalidad débil con su correspondiente deficiencia en las estrategias de gobernanza. Esto lleva a pensar en una crisis social prolongada, en cámara lenta, precisa Salazar Xirinachs, atendiendo además a la alta inflación, elevados niveles de informalidad y una crisis silenciosa en educación. El panorama 2023 se ve complejo para el mundo, Latinoamérica y, por supuesto, para nuestro país.
Desde la perspectiva política, la problemática que se repite en los países analizados fue el retroceso democrático, que estaría sustentado en estilos (liderazgos) y procedimientos de gobernanza política, y la calidad y eficiencia de las instituciones. Desde aquí, se desglosa que la presencia de instituciones débiles (como 'estrategia política' en María Murillo, Steven Levitsky, Daniel Brinks, 202), la marcada polarización política, la excesiva burocracia estatal y la corrupción se han convertido en los riesgos fundamentales de la región americana. Frente a esto, el economista Sergio Lehmann plantea que las políticas imprudentes tarde o temprano producen desequilibrios macro, y las reformas disruptivas generan poco apetito por la inversión, estados muy pesados y carencia de innovación política y productiva.
La regresión política también es medida en términos aprobación y legitimidad. Por ejemplo, en Brasil, la Encuesta Atlas muestra que un 40% de la ciudadanía cree que Lula Da Silva no es un presidente legítimo que ganara las elecciones propiamente tal, situación parecida que sucedió en Estados Unidos con Joe Biden en 2021. Haciendo una comparativa de guarismos, luego de la crisis de los indultos, el Presidente Gabriel Boric muestra una de las valoraciones más bajas de los gobiernos de la región (un 70% en la Encuesta CADEM, 08/01/2022). Algunos/as analistas han señalado que se hace más política desde las identidades y no desde los programas de gobierno, algo que abordan las nuevas conceptualizaciones teóricas postmodernas y postdemocráticas. Desde una visión más concreta, comparto el punto de vista de que el 'realismo político' nos lleva a pensar que no se hace lo probable, sino lo posible, que las expectativas son a corto plazo, generando breves 'lunas de miel' entre gobernantes y gobernados/as, y la clave tal vez esté en cómo el poder se hace cargo de la revolución de expectativas sin afectar los equilibrios fiscales, ¿una especie de 'realismo sin renuncia', o más bien un capitalismo responsable' (John Mackey y Raj Sisodia, 2013)?
Con honestidad, vemos más que un retroceso político, una 'situación pendular', en la cual la 'marea rosada o roja' (izquierdas al poder) tiene el desafío de desarrollar gobernanzas menos autoritarias que gobernanzas anteriores, dado que sus votaciones son prestadas a través de votos castigo, hay un avance significativo de la desinformación y las fake news, y una fracturación política y social importante. Sin embargo, hasta el momento sólo hemos visto más bien gobiernos autoritarios y polarizantes como el caso de Perú (Pedro Castillo) y México (AMLO), y escasa responsabilidad electoral al momento de asistir a las urnas.
Vacaciones y alcohol
Comenzaron las vacaciones de verano y son millones los chilenos que viajan por el país en busca de diversión y descanso. El norte con su clima privilegiado y estupendas playas es sin duda una atracción para los turistas; son cientos de miles los que llegan a "bañarse" en su litoral, o a conocer la magnífica naturaleza de los valles interiores. Claro, en esta época es necesario hacer una pausa, pero sin exagerar la nota en el terreno del entretenimiento o el placer. Y digo lo anterior pues es conocido que Chile ostenta el triste record de liderar el consumo abusivo de alcohol en América Latina, seguido por Brasil y luego por una distante Argentina, según la Organización Panamericana de la Salud.
Pero más preocupante aún es la situación de nuestra juventud. Los adolescentes chilenos ocupan el cuarto lugar del mundo en el índice de alcoholismo para este sector, detrás de Inglaterra, Dinamarca y Finlandia (datos de la OCDE y la Organización Mundial de la Salud). Ahora bien, si se examinan las estadísticas del Conace (Comisión Nacional para el Control de Estupefacientes), sobre consumo de alcohol más de una vez al mes, los resultados arrojan que un 38% de los adolescentes de entre 13 y 15 años consume alcohol en Chile. Lo peligroso es que se reúnen las noches de fines de semana básicamente con el objetivo de tomar, para así sentirse desinhibidos y locuaces, entre otras cosas. Y de aquí se llega a las riñas, los accidentes, las violaciones y, eventualmente, la muerte.
Los adolescentes chilenos no sólo ocupan el cuarto lugar en alcoholismo; habría que agregar que este dato triplica la realidad de países como Estados Unidos (11,9%), Italia (12,7%) o Grecia (12,7%). Pero, ¿qué se puede esperar de nuestra juventud, cuando los padres y los adultos no están dispuestos a restringir su propio consumo, y con ello dan un pésimo ejemplo a los adolescentes? En nuestro país, son los propios adultos los que no son capaces de desarrollar las habilidades que se requieren para no tener que depender del alcohol, y poder interactuar fluidamente sin él.
Los chilenos y chilenas sienten que tienen derecho a gozar de espacios para el esparcimiento y el ocio. A medida que se progresa socialmente, y más aún cuando hay serias dificultades económicas como en la actualidad, se exige tiempo libre para la entretención, o la evasión. Pero el esparcimiento no tiene por qué ser sinónimo de la ingesta exagerada de alcohol, y borracheras, situaciones que son cada día más frecuentes en nuestra sociedad.
Es importante tomar consciencia que para tener un desarrollo integral como personas (y como país), se requiere dedicarle más tiempo a nuestra mente y al espíritu, a la salud del cuerpo y a las relaciones sociales sanas. Ciertamente, el exceso de alcohol no es la manera de lograrlo.
Dra. Francis Espinoza F.
José Miguel Serrano
Opinión
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Desde la perspectiva política, la problemática que se repite en los países analizados fue el retroceso democrático, que estaría sustentado en estilos (liderazgos) y procedimientos de gobernanza política, y la calidad y eficiencia de las instituciones".
Es importante tomar consciencia que para tener un desarrollo integral como personas (y como país), se requiere dedicarle más tiempo a nuestra mente y al espíritu, a la salud del cuerpo y a las relaciones sociales sanas.
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Académica UCN
Economista Universidad de Columbia