Ejemplo de lucha y constancia
Benedicto XVI, el hombre que nos habló de la batalla que tenemos los cristianos contra el relativismo. Ratzinger es el Papa de la generación de jóvenes que se cansó de vivir bajo las ideologías, soy de esa generación, de la generación ratzingeriana, es el Papa de mi adolescencia, donde muchos de nosotros comenzamos a entender qué es el cristianismo. Nos habló de los valores no negociables y fue defensor de estos.
Nos deja un gran legado: el respeto y la defensa de la vida, la familia, la educación y el bien común, porque es ahí donde se debe custodiar y salvaguardar la pureza de la persona humana y su dignidad. Estos principios no negociables, me atrevo a decir, son la gran enseñanza de Ratzinger, doctrinalmente. Pero el cristianismo no es una doctrina, es un estilo de vida, es una forma de vivir. Quienes adherimos al cristianismo lo hacemos de manera libre y voluntaria. Nadie dice que es fácil ser cristiano, pero es un esfuerzo de cada día y Ratzinger es un ejemplo de lucha y constancia.
Ratzinger se reconocía como el simple y humilde trabajador de la viña del señor y nos deja esta lección: ser humildes. Él es una prueba de máxima humildad, pero con una lucidez y una mente brillante que jamás se privó de decir la verdad y defenderla.
Isidora Suárez
Tesis universitarias
Dos trabajos de título y de grado de la Universidad de Chile abordan y, al parecer, se aventuran a cohonestar la pedofilia, vinculándola con el ejercicio de la pedagogía. Se trata de propuestas académicas aberrantes, que desnudan con elocuencia la catadura de sus autores y patrocinadores, como asimismo el tipo de estudios e investigaciones que promueven algunas unidades académicas en nuestro país. Es evidente que esos trabajos no buscan el conocimiento ni mucho menos algún tipo de aproximación a la verdad. Más bien colocan a la comunidad ante el vértigo insondable de la decadencia y la barbarie. Arrancan del espeso magma de la ideología y exacerban ideas y posiciones que puedan tener expresión potente, epatante y desafiante en el espacio público, en particular en la arena política. Hoy la lucha es cultural, y todo es político, repiten con sonsonete monocorde quienes promueven estas operaciones.
Pues bien, esta actividad académica no solo envilece la vida pública, sino que provee envidiable soporte académico y cultural para el ejercicio de prácticas reñidas con las más elementales consideraciones éticas, aparte de colocar a los niños en una situación de exposición pública sumamente riesgosa y vulnerable.
Si la Universidad de Chile quiere ser fiel a su integridad y vocación de servicio al país, debe revisar con seriedad y atención los programas de estudio que se imparten en la unidad respectiva e indagar incisivamente cómo pudo suceder que académicos de su claustro aceptaran, patrocinaran, guiaran y aprobaran estos trabajos. Y, desde luego, los autores de semejantes estudios, titulados o graduados, debieran quedar excluidos de la posibilidad de trabajar en establecimientos educacionales con niños y adolescentes.
Gustavo Adolfo Cárdenas Ortega
sadsadad
El día martes 3 de enero una vez más quedó demostrado que continúan existiendo grandes brechas en materia de educación. Con los resultados de la PAES en mano, se pudo establecer que dentro del top 100 de colegios con mejores puntajes, 96 corresponden a establecimientos privados. Otro ejemplo de esta situación, es que en la prueba de matemáticas los alumnos de colegios municipales obtuvieron 171 puntos menos que los de instituciones privadas. Sin duda, un análisis que resulta preocupante y que profundiza la crisis educacional que vive nuestro país.
Es imprescindible para desarrollarnos como sociedad reducir estas diferencias socioeducativas en la población, y por obvio y lógico que sea, para lograrlo es fundamental focalizar los esfuerzos y recursos en mejorar los niveles de aprendizaje de aquellos establecimientos, principalmente públicos, que presentan mayores deficiencias. Para ello, se deben utilizar todas las herramientas y estrategias que permitan mejorar la calidad de enseñanza, maximizando las oportunidades de aprendizaje de los estudiantes, donde es clave y esencial fortalecer el desarrollo profesional docente. En este sentido, el uso de datos, la evaluación formativa, y diseñar clases basándose en algunos principios de las ciencias del aprendizaje, pueden ser elementos que maximicen los aprendizajes en los estudiantes.
Además, es importante entender cuáles son las debilidades y fortalezas tanto de cada alumno en particular, como de cada curso y establecimiento en general, de manera que se pueda realizar un trabajo focalizado según los distintos niveles de desempeño.
Isabel Loncomil Profesora y cofundadora de LIRMI