"Deberíamos parecernos más a los gorilas, son una mejor versión del ser humano"
Joy Tugume, la única mujer guardabosques a cargo de la última familia de gorilas en libertad en el parque Nacional de Mgahinga, en Uganda, defiende los "valores" de estos animales que, para ella, son definitivamente una "mejor versión" del ser humano.
"Deberíamos parecernos más a los gorilas", afirma a propósito de la presentación en Europa del documental "Joy", dirigido y coproducido por Aner Etxerbarria y Katz Studio, que motivó el primer viaje fuera de su país de Joy.
Tugume trabaja rodeada de guardaparques hombres y explica que, aunque sus compañeros tienden a tratarla con "paternalismo" y "condescendencia", ella puede hacer "exactamente el mismo trabajo".
De hecho, su "conexión es la más grande con la familia de gorilas que vive en la montaña.
Eso sí, el primer encuentro con Rokundo, el ejemplar más voluminoso, con una altura de más de dos metros y un peso de unos 200 kilos, la dejó impactada. "Se me cortó la respiración", reconoce Tugume, quien reconoce sin embargo que, ahora, este gorila de espalda plateada (silverback) es su "preferido".
"Su mirada es la de un hombre anciano", explica la ugandesa, que defiende en el documental que no ve diferencias entre gorilas y humanos. Y sigue: "Yo siento, la verdad, que trabajo con otras personas. Tienen entendimiento. Me doy a entender y conectamos. Ellos ya me reconocen y si estaban peleando y me ven llegar, dejan de pelear, porque se sienten protegidos".
Más allá, destaca los valores de los gorilas, su capacidad para cuidarse unos a otros y para convivir todos juntos. "Siento mucha conexión con ellos", señala la guardabosques de 31 años, que les habla a sus hijos de dos y cuatro de los primates como parte de su "familia".
"Me gustaría que cuando grandes también fueran guardabosques. Sería mi herencia, mi legado para ellos", explica sobre su deseo de transmitirles el valor de la conservación.
Desde que es madre, además, le impresiona ver las "similitudes" en la crianza entre humanos y gorilas y la protección que se dan entre las distintas generaciones, una generación que en los humanos no ve tan clara.
"Los gorilas son como una versión anterior de los humanos y, sin embargo, una mejor versión", sentencia y recuerda que con los primates compartimos el 97,8% de los genes.
Joy Tugume destaca el "compromiso" con los gorilas de Mgahinga, que recuerda que son nueve de los últimos 1.000 que quedan en todo el mundo viviendo en libertad.
Amenazando a su supervivencia están, advierte, los cazadores furtivos, pero también los propios locales que en busca de alimento animal ponen trampas para antílopes en la montaña.
"Las trampas no entienden de presas y también hemos tenido que lamentar alguna muerte de gorilas. Trabajamos con la población local para evitar que los gorilas acaben siendo cazados involuntariamente", explica.
el templo Jikoin hoy combina gastronomía y religión.
gorila de montaña en uganda.