Redacción
Un amplio balcón ofrece una postal imperdible del atardecer en la Costanera Sur. Los vehículos aceleran después de la curva de la avenida Grecia y de fondo dos barcos esperan su turno para ingresar al puerto. Este es uno de los sectores de más alta plusvalía de Antofagasta.
En una casa de tres pisos, y casi paradójicamente, vive un grupo de 20 personas en situación de calle que tiene una vista privilegiada de la ciudad y, lo más importante, reciben el cariño, comprensión y esfuerzo de los integrantes de la Fundación "En los ojos de mi Madre", que son los responsables de dar vida a este albergue financiado por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia.
Aquí las ideas brotan con facilidad, la perseverancia es casi un lema y la creatividad fluye para hacer alianzas estratégicas y visibilizar el drama de personas sin hogar que llegan hasta este lugar, con una historia que siempre deja un instante para la reflexión.
Albergue
Desde la última semana de julio, atienden a un promedio diario de 20 personas en situación de calle, quienes pueden dormir, comer, bañarse y recibir una serie de terapias que apuntan a entregarles una mejor calidad de vida y herramientas para encontrar un trabajo, todo con el propósito de que después tengan una nueva oportunidad para salir definitivamente de la calle.
Y pese a que ésta es la primera vez que Elom asume la tarea de trabajar con esta población, tiene amplia experiencia en grupos vulnerables. La fundación nació en 2016 como un emprendimiento social de su fundador Elías Jara Negrete, quien a partir de su propia experiencia de superación del consumo problemático de drogas, decide invertir su tiempo, dinero, compromiso y creatividad, centrando sus esfuerzos no sólo en el o la consumidora, sino en el empoderamiento de sus familias, de ahí el nombre de la fundación.
Actualmente, el equipo del albergue está compuesto por Elías, Fernanda Díaz Valenzuela, Juan Alcayaga Cabezas, Carolina Berthet Salazar y Camila Hernández Guzmán, profesionales de distintas áreas que colaboran en la administración del recinto y en el trabajo de reinserción de sus beneficiarios.
Historias
Una de las personas que decidió contar su historia es José, quien vivió años en la calle y tiene en su cuerpo las cicatrices de diversas heridas a consecuencia de diferentes riñas. Admite que lo ha pasado mal producto de las drogas y ciertas conductas que "mancharon su hoja de vida".
Explica que quiere salir adelante porque está consciente que de él depende devolver la sonrisa a su madre que ahora vive en Yumbel (Región del Bío Bío) y que sufrió al verlo en la calle, involucrado en riñas y problemas. Su voz denota el entusiasmo de querer dar vuelta la página y comenzar de nuevo, porque ahora sabe que puede y "está limpio" de las drogas.
Lo único que quiere es encontrar un trabajo y sentirse orgulloso de sus logros, sobre todo porque desde que llegó al albergue no tiene ningún tipo de consumo y quiere cambiar el destino de su vida, aunque le acongoja que su futuro es incierto cuando cierre el albergue.
"El albergue cambió mi vida, gracias al cuidado de todas las personas que están aquí. Sé que tengo mis papeles manchados, incluso estuve a punto de ingresar a una minera hasta que me pidieron mis antecedentes… Eso fue algo terrible y me llevó de nuevo a caer en problemas. Ahora que otra vez estoy bien, sólo pido una oportunidad", dice.
Otro residente es Luis, quien manifiesta que estuvo nueve años en la calle y que ahora tiene las herramientas necesarias para trabajar, por eso valora la red de apoyo del albergue, que es clave para lograr salir del circuito de la calle.
Nuevo plazo
Por eso, tanto José como Luis están preocupados porque a fines de diciembre se termina el plazo del convenio con el ministerio, apareciendo así el inminente fantasma de pasar las Fiestas de Fin de Año en la calle. Por el momento, aquí están cómodos y sienten que les entregan lo que más necesitan: cariño.
Pero hay buenas noticias para la Fundación "En los ojos de mi Madre" y sus 20 residentes. La seremi de Desarrollo Social y Familia, Berta Torrejón Gallo, confirmó que este lugar seguirá funcionando por dos meses más, tras prolongarse el convenio y recibir la autorización presupuestaria hasta el 1 de marzo.
"Para el gobierno del Presidente Gabriel Boric la dignidad de todos y todas las ciudadanas es imprescindible y sabemos además que no basta sólo con desalojar a personas en situación de calle, hay que darles herramientas como éstas, para que puedan realmente superar su situación y reinsertarse en la sociedad. Sabemos que se requieren más dispositivos como éste y estamos trabajando para ello", explica.
"La dignidad de todos y todas las ciudadanas es imprescindible y sabemos además que no basta sólo con desalojar a personas en situación de calle, hay que darles herramientas como éstas, para que puedan realmente superar su situación y reinsertarse en la sociedad".
Berta Torrejón Gallo, Seremi de Desarrollo, Social y Familia