Los 116 años de vida de El Mercurio
El decano de las comunicaciones en la región renueva su compromiso con la comunidad y con el deber de informar y recoger los anhelos ciudadanos en medio de los desafíos del avance tecnológico. El Mercurio ha sido testigo de los avances y vicisitudes de una zona pujante, pero un testigo activo que a través de sus páginas ha logrado ser parte de la sociedad a través de su tarea informativa.
Superar largamente un siglo de vida -hoy celebramos de 116 años- es un privilegio que no es solo gracias a la gran labor de la familia de El Mercurio de Antofagasta, por sobre todo se debe al apoyo ciudadano, de sus lectores, avisadores, instituciones y organizaciones que le han permitido una vigencia en un mundo que cambia velozmente al ritmo de los avances tecnológicos. Y ello, es en gran parte a que nunca ha perdido el norte de ser un medio con información veraz, objetivo y poniendo en el tapete los anhelos de ciudad.
Son cientos los profesionales que en el momento que les correspondió asumieron el compromiso de no apartarse de los principios periodísticos y cumplir con el rol social que todo medio de comunicación tiene.
Hoy su actual equipo de trabajo recoge la posta, toma el testimonio y el desafío de seguir la senda trazada. Al igual que lo hicieron sus fundadores, aquel 16 de diciembre de 1906, quienes vislumbraron la importancia de una ciudad, en aquellos tiempos emergente, pero que se perfilaba como una de las de mayor desarrollo para el país, por sus perspectivas económicas.
No estuvieron alejados. Antofagasta como comuna y región, tiene una relevancia sin parangón para el Chile actual y del futuro. No solo como una zona que entrega valiosos minerales desde sus entrañas, también en el desarrollo de las energías limpias, comercio internacional, turismo y astronomía. Son múltiples polos de los cuales muchas veces no estamos conscientes y que la hace única en el concierto mundial.
El Mercurio ha sido testigo de los avances y vicisitudes de una zona pujante, pero un testigo activo que a través de sus páginas ha logrado ser parte de la sociedad a través de su tarea informativa y publicando problemas que resolver y otros que sirvan para mirar con optimismo los desafíos futuros.
La pandemia en remisión, confirmó el valor de los medios tradicionales para cumplir una misión en momento que todo era desolación. De paso propuso nuevos retos que necesariamente tendrán que ser asumidos en esta nueva forma de relacionarnos, en la que los medios escritos se abren espacio en la vorágine tecnológica.
Creemos estar preparados y contamos con la convicción de mirar el futuro con optimismo frente a los nuevos desafíos cómo medio y como región, realizando día a día con un trabajo periodístico profesional, dedicado y enfocado en aportar al desarrollo armónico de la región.