Cristián Venegas M.
La Mesa Nacional de Pequeña Minería que se constituyó en septiembre, cumplió ayer una de sus instancias regionales liderada por el subsecretario de Minería, Willy Kracht, en la ciudad de Antofagasta. Instancias de trabajo que se destacan por ser descentralizadas y participativas, pues atienden las realidades locales de cada una de las regiones mineras.
Oportunidad en que la autoridad ministerial se dio espacio para referirse a varios de los temas más sensibles de la industria minera nacional, como el trabajo del Comité FURE (Fundición y Refinería) y el proyecto de royalty minero que se discute en el Senado.
¿En qué pie está la Mesa Nacional de Pequeña Minería que ayer sesionó en Antofagasta?
-El objetivo de este trabajo conjunto, entre la instancia nacional y regional, es que podamos avanzar hacia una definición única de lo que se entiende por pequeña minería, porque lo que hay hoy son distintas definiciones según el cuerpo normativo que uno revise, para Sernageomin se define según el número de trabajadores, en el Código Minero hay una referencia que da cuenta de la cantidad de hectáreas, y si uno lo mira desde la perspectiva de Enami, se define en función de las toneladas que entrega el productor.
Entonces, como no hay una definición homogénea, hace que la política pública sea muy difícil de implementar, por estas complicaciones. Un primer objetivo es avanzar a una definición homogénea de lo que es pequeña minería que se va a traducir en la creación de un estatuto para la pequeña minería.
En segundo lugar creemos que es necesario revisar los programas de fomento del que dispone el ministerio y Enami y modernizarlos, actualizarlos, para atender de mejor manera los requerimientos de los pequeños mineros. Un tercer objetivo que nos hemos dado en este trabajo es revisar asuntos regulatorios, porque lo que nos han dicho los pequeños productores es que están sujetos a requerimientos que son propios de minería de mayor escala y sienten que podrían simplificarse algunos de estos procedimientos.
Otro tema relevante que lidera el ministerio es el Comité FURE (Fundición y Refinería) ¿Esa discusión tiene que ver con potenciar ese tipo de plantas en Chile?
-Nosotros tenemos entre los ejes programáticos aumentar la capacidad de fundición, por lo mismo hemos estado trabajando en este Comité de Fundición y Refinería que busca hacer un buen diagnóstico de la situación actual de las fundiciones en Chile. Sabemos a la fecha cuál es la cantidad de concentrado de cobre que habría disponible para alimentar nuevas fundiciones.
Lo que justifica mirar en esta dirección es, primero, una presión al alza en la producción de concentrado, porque de manera natural estamos migrando de óxidos a sulfuros y solo por ese cambio debemos esperar que en el futuro aun más toneladas de concentrado de las que se producen hoy.
Entonces desde esa perspectiva ya se ve interesante pensar en desarrollar nuevas fundiciones, pero hay un par de razones estratégicas adicionales, una es que se están haciendo muchos esfuerzos en reducir las emisiones, la huella de carbono que se produce en Chile y esos esfuerzos pierden sentido si uno produce un concentrado de bajas emisiones y después lo pone en un barco a procesar a fundiciones extranjeras sobre las que no tenemos ningún control de sus factores de emisión. Si queremos asegurarnos que el cobre producido en Chile es de bajas emisiones deberíamos hacer el seguimiento a las emisiones hasta el momento en que se produce el cátodo y eso se logra si nosotros tenemos mayor capacidad de fundición en Chile.
La otra razón, que es estratégica, para pensar en aumentar la capacidad de fundición en el país, es que nosotros producimos una parte del concentrado que es clasificada como complejo, porque tiene altos contenidos de arsénico y sobre eso pesan penalidades, es decir, a uno le cobran una penalidad por procesarlo y eso haría menos competitivo al país para esa fracción de concentrado.
¿Esto podría significar construir nuevas fundiciones estatales o en un esfuerzo público-privado?
-Sí, a modo de referencia, desde Chile el año pasado se exportaron alrededor de 13 millones de concentrado de cobre y una fundición rentable, los expertos dicen que debería procesar alrededor de un millón de toneladas anuales. Si uno hace los números es fácil ver que hay mucho espacio para tener mayor capacidad de fundición. Ahora la primera alternativa que uno debería mirar es la renovación de capacidad existente, ahí está lo que está haciendo Enami con un proyecto de renovación en Paipote y muy seguramente vamos a ver lo mismo en algún momento en Codelco en las distintas fundiciones, descontando Ventanas que está en un proceso de cierre.
Además de eso, también hay espacio para que se desarrolle un nuevo proyecto en alianza público-privada, que depende de que seamos capaces de disponibilizar concentrado de cobre para alimentar un nueva fundición.
La última versión del proyecto de royalty parece tener una mejor acogida de la industria.
-Lo primero es que la discusión, en su estado actual, se da en un contexto en que nadie cuestiona la necesidad de contar con un nuevo royalty. De alguna manera estamos todos de acuerdo en que hay espacio para que aumente la recaudación del royalty por concepto de la minería. Ha habido distintas propuestas a lo largo de la discusión, que no ha sido tan breve, y la propuesta actual nos parece que genera consenso.
Por supuesto que hasta el último momento se va discutir la intensidad de la recaudación esperada, es decir, qué tanto se espera recaudar o cuál es el impacto real en la actividad, pero lo que podemos inferir en la discusión es que se ha avanzado mucho, que hay bastante acuerdo y las discrepancias que pudieron aparecer me parece que son menores y se deberían resolver en el contexto de la discusión. En síntesis estamos llegando a una buena solución.
"Codelco está pasando por un proceso de mantención en Chuquicamata que le va a permitir aumentar la capacidad de tratamiento de la Fundición y eso lo miramos con buenos ojos porque es justamente lo que necesitamos. Es una campaña de mantención, no es una renovación ni una actualización del plantel, que correspondería a un proyecto de mayor envergadura, pero nos parece que apunta en la dirección correcta, porque lo que buscamos es que la fundición en Chile, la actual y la que se pueda desarrollar, tenga los más altos estándares a nivel ambiental y además cumpla con la sustentabilidad económica".