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Antofagasta: mayores espacios culturales

"Como antofagastinos promovamos la democratización de la cultura y la generación de infraestructura y espacios que la promuevan". Alberto Torres Belma, Sociólogo y Académico Universidad de Antofagasta
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Como toda urbe, Antofagasta es una región con historia, pero marcada por ciertas peculiaridades: la antigua pertenencia a Bolivia; la Guerra del Pacífico; el aporte de inmigrantes al progreso de la ciudad; cuna de surgimiento de grandes personajes en el ámbito de la literatura, como el Dr. Antonio Rendic ("Ivo Serge") y Andrés Sabella (entre otros) que marcaron el imaginario colectivo local.

Sin embargo, la articulación entre el sector público, privado, organizaciones de la sociedad civil y personas naturales debiese promover la existencia de infraestructura y espacios culturales estables que aseguren, por ejemplo, la realización de cafés literarios; el análisis colectivo de textos sobre la realidad nacional y local; difusión del legado de grandes figuras de nuestra ciudad (el Dr. Rendic y Don Andrés Sabella son sólo algunas personas que forman parte de esa pléyade); el teatro popular, el folklore, entre otras manifestaciones artísticas, cuyo principal objetivo sea democratizar el acceso a la cultura, en donde observamos fuertes barreras de entrada. De hecho, resulta oneroso acceder a la compra de un libro, si consideramos la existencia de un IVA, lo que se agudiza por la carencia de los espacios mencionados anteriormente.

Por cierto, debemos reconocer los esfuerzos de ZICOSUR al promover un Festival Internacional de Teatro y la Feria Internacional del Libro; los desarrollados por FCAB y otros actores, además de los espacios formales ya existentes que permiten el consumo de cultura, como los teatros de la ciudad. Sin perjuicio de lo anterior, se requiere de la generación de instancias estables en el tiempo que además nos permitan interactuar como antofagastinos, empaparnos de nuestra historia y generar identidad. De seguro muy pocos son los antofagastinos que con propiedad podrían advertir que la antigua casa del fallecido Dr. Antonio Rendic, ubicada en la intersección de las calles Latorre con Maipú no existe, al verse avasallada por la "fiebre del progreso" que arrasa con la historia de nuestra ciudad. Si aquella morada no hubiese desaparecido, podría haber sido transformada en un museo en honor al "médico de los pobres" (aunque éste se encuentra actualmente en la Casa de la Cultura, que también releva la figura del poeta Andrés Sabella).

Otros ejemplos de acceso a la cultura los encontramos en la ciudad de San Juan de Puerto Rico, en donde los puertorriqueños han creado en las calles librerías populares, denominadas "Libros Libres". En diversas calles, se encuentran estanterías improvisadas (utilizando los soportes que sirven para guardar botellas de bebidas de fantasía) plegados a una pared. A dichas librerías populares se acercan muchas personas a dejar en las "estanterías" aquellos libros usados que ya fueron leídos. Así, toda persona que circula libremente por la calle se acerca a los textos, los puede tomar, llevárselos y - si lo estima conveniente- devolverlos a las estanterías, configurándose una acción recursiva. El resultado: generar acceso a la cultura sin que ello implique costo alguno. En ningún caso lo anterior implica socavar la legítima ganancia por la venta de libros, pero al menos genera alternativas de acceso a quienes se ven imposibilitados de adquirir un texto por su alto costo. En este mismo país, también es frecuente encontrar librerías en el centro de la ciudad de San Juan que poseen cafés en su interior o en donde se dan interesantes discusiones literarias entre intelectuales sobre análisis de textos, a los que pueden asistir las personas. En las librerías que incluyen servicio de café, por supuesto que se establece un costo.

Es absolutamente imprescindible que como antofagastinos promovamos la democratización de la cultura y la generación de infraestructura y espacios que promuevan lo anterior y tomemos los mejores ejemplos de otros países. No necesariamente debemos ser presos del eurocentrismo y mirar a Europa; basta escudriñar en el vecindario latinoamericano para formarnos una idea.

El foco de nuestra política exterior

"Los trastornos políticos en Bolivia deben ser escrutados por la política exterior chilena y proyectar sus incidencias en nuestro país".
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El presidente Gabriel Boric anunció que el foco de nuestra política exterior estará en América Latina, con énfasis en la región y los países vecinos. Este objetivo demanda un esfuerzo permanente a la política exterior, que, en el caso de las relaciones vecinales, debe tener claro lo que se quiere y precisar expectativas de la contraparte.

Porque es la frontera más compleja de las tres que comparte Chile con sus vecinos, es que deben observarse con atención las convulsiones políticas en Bolivia, a raíz de un anunciado (y postergado) censo poblacional, que conlleva adecuar los representantes a elegir y la distribución de los fondos estatales.

Se trata de un proceso aguardado con expectación por Santa Cruz -motor económico de Bolivia y desde hace décadas, receptor de grandes flujos migratorios internos-, y con preocupación por el gobierno del MAS, cuyo poder electoral se asienta en un mapa poblacional que le beneficia, que da más peso electoral al occidente y a la ruralidad, donde imperan culturas, valores distintos, y el subsidio electoral de la plurinacionalidad y sus espacios reservados.

Si en 2018 la población de Santa Cruz ascendía a 3,2 millones de habitantes (La Paz 1,9 millones), en 2030 la primera aumentará por sobre los 4 millones mientras que la segunda a sólo 2,3 millones. Que además Santa Cruz registre más apertura a los aspectos económicos, al esfuerzo individual y a la participación democrática, indican que los trastornos actuales son reflejo de un cambio de época, que podría incluso alterar los énfasis de las prioridades internacionales de Bolivia. Así, una mirada más pragmática (y menos contaminada) de la relación hacia Chile, podría ser impuesta por las nuevas mayorías demográficas del oriente boliviano.

Los trastornos políticos en Bolivia deben ser escrutados por la política exterior chilena y proyectar sus incidencias en nuestro país. Que Bolivia registre convulsiones políticas aumenta la incertidumbre sobre sus capacidades para controlar una frontera de más de 800 kms, vulnerable al contrabando, narcotráfico y la inmigración irregular hacia Chile. No es un fenómeno reciente, pero atendida la magnitud y los efectos adversos que está ocasionando, ordenar el flujo migratorio desde Bolivia debiera estar en las prioridades de nuestra agenda con ese país.

A Chile le interesa una Bolivia estable, democrática y en crecimiento, pero ello demanda construir una sociedad de valores y de intereses. La tendencia autoritaria y antidemocrática, la profundización del narcotráfico, el copamiento del poder judicial y su utilización para perseguir a los opositores claramente deben ser temas de la agenda bilateral.

Hoy más que nunca, pensando en nuestra relación después del fallo sobre el río Silala, debemos ejercer nuestros derechos y precisar los objetivos de nuestra relación con Bolivia, lo que es fundamental para enfrentar los problemas que aquejan al norte del territorio nacional país.

Dr. Teodoro Ribera Neumann

Rector Universidad Autónoma de Chile

Hechos de violencia en el ambiente escolar

No ha sido fácil retomar la tranquilidad en los establecimientos educacionales y la solución requiere de una participación de todos los involucrados y expertos. Existe un alto porcentaje de hechos violentos que no se explican bajo una demanda de mejoras. Son más situaciones de ira, necesidad de imponerse por la fuerza o de falta de tolerancia.
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Con frecuencia somos testigos de los hechos violentos que ocurren en los llamados liceos emblemáticos del Gran Santiago. Estudiantes levantando barricadas y lanzando bombas incendiarias a buses del transporte público y a la fuerzas policiales son escenas que se repiten.

Desde Carabineros informaron que este año han detenido a 108 jóvenes alumnos por estos actos de violencia.

En la región la situación ha tendido a controlarse después de episodios complicados de agresiones, amenazas de bomba y hasta porte de armas de fuego dentro y fuera de las unidades educativas. Cada vez son menores, pero existe la preocupación que en cualquier momento haya un rebrote, principalmente, ahora que se acerca el fin de año.

Las protestas, en nuestra zona, han estado siempre ligadas al déficit de infraestructura existente en los recintos que en su momento impedía mantener el distanciamiento social y otras de mayor complejidad como la falta de salas y talleres acondicionados para las actuales necesidades.

No obstante, hay un alto porcentaje de hechos violentos que no se explican bajo una demanda de mejoras. Son más situaciones de ira, necesidad de imponerse por la fuerza o la falta de tolerancia en este nuevo relacionamiento entre la comunidad escolar.

De hecho, el juzgado de la Familia de Antofagasta dictaminó la instalación de detectores de metales y cámaras de vigilancia, como una medida de control de la violencia y evitar que el daño a la integridad física de las personas sea mayor.

Fue el mismo magistrado, Jorge Saavedra, en conversación con El Mercurio de Calama, que respaldó su resolución y manifestó que hoy son muchos los factores que inciden en las demostraciones de violencia en la educación. Entre ellos, la alta migración, el acceso a las drogas y la falta de legitimidad de las autoridades, partiendo por los padres pasando por profesores, carabineros hasta los pertenecientes al más alto poder político.

Además de las consecuencias propias de la extensa pandemia y sus confinamientos.

Y como el problema es multifactorial la salida también requerirá de una labor en la que se involucren diversos actores de la sociedad. Ello para retomar la armonía en las unidades educativas.

El desafío antes del fin del año lectivo debieran estar en sentar las bases de: cómo se mejora la infraestructura escolar y cómo se forman instancias multidisciplinarias de solución a la violencia.