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Diabetes tipo 1 y tipo 2: reconoce sus diferencias

"Tener información en tiempo real sobre los niveles de glucosa puede ayudar a las personas con diabetes a tomar decisiones". Dr. Douglas Barbieri, Director Médico de Abbott Diabetes
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Alrededor de un 12%1 de los chilenos tiene sospecha de diabetes tipo 1 o tipo 2, según datos de la última Encuesta Nacional de Salud (MINSAL). Esta cifra es más de una décima parte de la población del país, lo que significa que la diabetes puede afectarnos a todos de alguna manera. Si aún no tienes un conocimiento amplio sobre la diabetes o, incluso, sobre cuáles son los niveles saludables de glucosa, no te preocupes. Puedes aprender fácilmente. El primer paso en el camino hacia la comprensión de esta condición es reconocer las diferencias entre el tipo 1 y el tipo 2.

Antes, a la diabetes tipo 1 se le llamaba diabetes juvenil o de aparición temprana. Tener un padre, hermano o hermana con diabetes tipo 1, significa que podrías estar en riesgo de presentar esta condición, incluso sin presentar síntomas.

Con el tiempo, el cuerpo ataca las células productoras de insulina del páncreas, destruyendo por completo la capacidad del páncreas para producir insulina, la hormona que regula el azúcar en la sangre y mantiene su cuerpo en niveles saludables de glucosa. Después del diagnóstico, las personas con diabetes tipo 1 deben administrarse insulina, lo que requiere varias inyecciones por día o el uso de una bomba de insulina. Afortunadamente, hay nuevas tecnologías disponibles que ayudan a las personas a controlar mejor sus niveles de glucosa, sin el dolor y las molestias de pinchazos en los dedos.

La diabetes tipo 1 no se puede curar y el tratamiento dura toda la vida. Sin embargo, un manejo cuidadoso, buenas opciones de estilo de vida y el desarrollo de nuevas y mejores tecnologías, permiten a las personas con diabetes tipo 1 tener una vida plena y saludable.

En cuanto a la diabetes tipo 2, según datos del MINSAL, entre el 90% y el 95% de personas que tienen diabetes la presentan, y es una condición que se desarrolla con el tiempo2. Con la diabetes tipo 2, las células del cuerpo no son tan sensibles a la insulina, por lo que el páncreas tiene que producir más insulina para controlar sus niveles de azúcar en la sangre. Esto se llama resistencia a la insulina.

Con el tiempo, los niveles elevados de azúcar en la sangre dañan los tejidos del cuerpo y causan complicaciones como neuropatía diabética, vasos sanguíneos dañados, enfermedad renal y pérdida de la visión. Los episodios de hipoglucemia también pueden ocurrir con la diabetes tipo 2. Pueden ser causados por algunos tipos de medicamentos para la diabetes, por tomar demasiada insulina o por no comer lo suficiente de los alimentos adecuados.

Existen muchas herramientas disponibles para ayudar a mantener el nivel de azúcar en la sangre bien controlado, incluyendo medicamentos, dieta y ejercicio, así como el control de la glucosa, ya sea mediante punción en el dedo o monitoreo continuo. Este seguimiento dará a las personas un mayor conocimiento sobre su enfermedad y puede ayudar a controlar las complicaciones. Por ejemplo, el sistema de monitoreo continuo de glucosa FreeStyle Libre está cambiando el manejo de las personas con diabetes, tanto de tipo 1 como de tipo 2, pues reduce la necesidad de punciones en los dedos y facilita aún más el cuidado de la diabetes. Tener información en tiempo real sobre los niveles de glucosa puede ayudar a las personas con diabetes a tomar decisiones sobre su salud a lo largo del día.

Discrepancia entre el MOP y concesionaria

La recomendación del Panel Técnico de Concesiones reabre el debate acerca del diseño del modelo de gestión concesionado para recintos hospitalarios en Chile. Llama la atención por tanto que la discrepancia a la que se enfrenta el Ministerio de Obras Públicas y la concesionaria del HRA se extienda por más de un año desde cerrada el acta de finalización.
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La decisión del Panel Técnico de Concesiones de recomendar el pago de más de 71 mil UF's a la sociedad concesionaria del Hospital Regional por los sobrecostos incurridos en servicios prestados en la pandemia, devuelve nuevamente al debate el modelo de gestión planteado para el principal establecimiento de salud público de la macrozona norte.

Pasados los momentos más críticos de la pandemia, es menester sostener que la disponibilidad de una infraestructura sanitaria prácticamente nueva fue una de las grandes y afortunadas fortalezas con que el sistema pudo afrontar la emergencia sanitaria.

Sin duda que la existencia de un modelo concesionado -y por tanto de contratos acordados entre el Estado y privados- exigió no solo flexibilizar los servicios a un escenario desconocido e insospechado hasta ese momento. En ello la voluntad de ambas partes y el deber de brindar atención de salud oportuna a la población fue prioritario. En el balance general, la apertura de más de 100 camas críticas y la concentración de gran parte de la atención covid de la región permitió sortear adecuadamente la enorme demanda de salud entre el 2020 y 2021.

Llama la atención por tanto que la discrepancia a la que se enfrenta el Ministerio de Obras Públicas y la concesionaria del HRA se extienda por más de un año desde cerrada el acta de finalización de la comisión regional que analizó los sobrecostos y que una de las alternativas expuestas por los representantes del MOP, además, haya sido continuar con un litigio judicial extenso, constituye una preocupante señal.

Y es que el modelo de concesiones, precisamente, se basa en la idea de agilizar la relación entre el sector público y privado. Y ello no solo en la etapa de construcción, sino en la explotación de los proyectos. La resolución de conflictos, por tanto, también opera en esa lógica, lo que claramente, a la luz de los argumentos expuestos, contradice cualquier modelo de concesión.

Las diferencias de criterios y mirada sobre los gastos mayores parecen tan profundos, como insalvables. Vale decir que en este caso, el Estado, a través de la inspección técnica, detenta la responsablidad del control sobre la operación del contrato. Y más allá de la situación de pandemia ocurrida, esa tarea, al menos en lo local, parece ser el punto crítico de la discusión por cuanto su decisión fue revisada y cuestionada a nivel central.

Se acerca fin de año, pero ¿a qué costo?

"El 76% de los reclamos durante el último Cyber de octubre estuvieron relacionados con problemas de falta de stock y de entregas". Rodrigo Serrano, Vicepresidente corporativo de Innovación y Desarrollo de Wisetrack Corp
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Se avecina fin de año y con él dos eventos muy esperados por todos y relacionados entre sí: Black Friday este mes y Navidad el próximo. El comercio ya empieza a prepararse para ambos acontecimientos en donde, según cifras entregadas por la Cámara de Comercio de Santiago, las ventas diarias durante los "Cyber" superan el 67% las de un día normal y durante los días previos a la Navidad la cifra sube a un 87% por sobre eso.

Para dar abasto a este significativo aumento de la demanda el comercio debe reforzar con anticipación su operación logística en áreas como transporte, reaprovisionamiento de centros de distribución y tiendas y procesos de última milla, por nombrar algunos. Esto, considerando que el 76% de los reclamos durante el último Cyber de octubre estuvieron relacionados con problemas de falta de stock y de entregas.

Todo esto implica un aumento considerable en la cantidad de camiones que mueven mercadería dentro y entre las ciudades, aumentando así "la oferta disponible" para las bandas delictuales que se especializan en el robo y asalto a camiones que se encuentran en ruta, haciéndose su propia Navidad durante los meses de noviembre y diciembre de cada año.

Para muchos el robo de mercadería de camiones pertenecientes a grandes empresas no es un tema preocupante para el ciudadano de a pie y tiene poca connotación social porque se asume que la carga está asegurada y al no haber daño físico a las personas, no es tan grave como un asalto a una casa particular o un portonazo a una familia. Si bien es cierto que es mucho más impactante, a nivel sicológico, el saber de una familia que fue amarrada y amenazada mientras delincuentes desvalijaban su propiedad, pero el asalto a camiones tiene una connotación social, que no es tan evidente pero que hace daño a la sociedad: el destino del dinero obtenido con la venta de la mercadería.

Al igual que con lo que sucedía años atrás con el robo a cajeros automáticos, el problema de fondo es que ese dinero termina utilizándose como financiamiento a bandas criminales para la compra de armamento, protección y drogas al por mayor, aumentando la peligrosidad, alcance y poder de fuego de estas organizaciones delictuales.

Es por lo anterior, que es tarea de toda la cadena logística y de la sociedad en general, el no minimizar la gravedad de los robos y asaltos a camiones, así como también es tarea de los transportistas y sus mandantes el contar con sistemas y protocolos que resguarden tanto la seguridad del conductor como del cargamento, solo así, trabajando en conjunto y asignándole la importancia que se merece podremos, entre todos, ir disminuyendo este tipo de ilícitos que solo contaminan más a la sociedad chilena