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Estudiante TEA tras obtener la licencia de conducir: "Es posible si hay voluntad"

MÉRITO. Francisco Garay, de 26 años, quiso compartir su historia a fin de instar a otros jóvenes a seguir sus pasos. "Es necesario entender que los padres no estarán siempre", dice.
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Consciente de que sus padres no estarán siempre en su vida, el antofagastino y estudiante de contabilidad de 26 años, Francisco Garay, se resolvió a sacar la licencia de conducir. Sabe que por su condición de autismo, es necesario ser más autovalente y si bien el trámite no fue sencillo, está consciente que con una buena dosis de voluntad, pudo obtener el documento.

¿Cómo te sientes después de haber conseguido sacar la licencia de conducir?

-Me siento muy bien, para mí fue muy fructífero haber obtenido dichos resultados, porque logré sobrepasar un desafío. Recuerdo una vez, hace algunos meses, que tomé un Uber, y el conductor me comentó que era Asperguer, lo que me hizo pensar que si bien son pocas las personas que han obtenido la licencia de conducir, habían podido hacerlo.

Yo quise compartir este logro, porque me sentí súper bien, ya que a pesar de mi condición de autismo, que mucha gente asocia a una enfermedad, siendo que no lo es, que es una condición con la que se nace. Además, me sentí súper bien, porque tener autismo no ha sido un impedimento para lograr mis objetivos. De hecho, yo tengo TOC (trastorno obsesivo compulsivo), y no ha sido un impedimento tampoco para lograr mis metas. Con fuerza de voluntad todo se puede.

¿Cuándo comenzaste a prepararte para el examen? ¿Qué fue lo que más te costó?

-La licencia la saqué en abril, pero el proceso, cuando me entrenaron y todo, fue durante el verano, el profesor de las clases prácticas de la municipalidad me realizó el examen en marzo y me entregaron la licencia la primera semana de abril. En términos generales me fue bien, donde me compliqué más fue en el examen teórico que lo tuve que dar tres veces, pero lo saqué.

¿Qué es lo que más te gusta de conducir y dónde te gusta ir?

-Yo voy de a poco. Siempre he dicho que no hay que apurarse en esto de manejar. Hay que ir saliendo de a poco a recorrer ciertas calles, ir ganando confianza lentamente. Es como cualquier logro, como jugar un vídeojuego o escribir. No todo se puede hacer de una sola vez o a una velocidad tan rápida. Si quiero llegar a ser gerente general, primero tengo que ser empleado y jefe, no es algo inmediato. En el tema del manejo, solo la experiencia me ayudará a ser un maestro. Debo ser paciente y seguir aprendiendo.

¿Qué te motivo a manejar?

-Mi madrina, Ivonne Calderón, quien me acompañó mucho en este proceso. Ella me dio la idea de que manejara, y fue gracias a eso que me animé con aprender a manejar. Se lo propuse a mi papá y saqué la licencia de conducir.

¿Quién fue tu apoyo total durante este proceso y cómo toma este logro?

-Mi papá, Héctor Garay, que me enseñó muchas cosas, lo rescato y comparto totalmente lo que dice al respecto, donde lo que importa no es la cantidad de horas que paso al volante, o la velocidad a la que vaya, lo realmente importante es la calidad del manejo que yo haga, y que siempre llegue al lugar de destino, sin ir muy rápido. Mi papá está súper orgulloso, ya que para mí es avanzar un peldaño igual.

¿Qué tan complejo es manejar para ti, considerando los múltiples y variados estímulos visuales y son oros que hay en el camino?

-Hoy se ha perdido la tolerancia al volante, la gente cuando maneja se frustra mucho, no tiene empatía con el otro, cuando lo importante es llegar seguro al lugar de destino. No obstante, sí, al principio me costaba un poco cuando mi papá me entrenaba en la playa, porque me ponía nervioso, pero lo fui superando. Aprendí a mantenerme tranquilo, y obviamente hay un factor clave a la hora de manejar, que tiene que ver con mantener los cinco sentidos súper alerta y para eso, hay que fortalecer la fuerza de voluntad, mantenerse concentrado. Quien tiene fuerza de voluntad llega lejos en este mundo, es como aprender a hacerlo de manera instintiva, estando completamente concentrado en los sentidos.

¿Utilizas algún accesorio técnico, como audífonos o auriculares anti ruidos o lentes de sol más oscuros?

-Sí, para manejar utilizo lentes ópticos, ya que tengo miopía y astigmatismo. Pero ningún accesorio que evite que los estímulos lleguen tan fuertes.

¿Crees que este logro personal, logre inspirar a otras personas a sobrepasar sus desafíos personales, respecto de cómo la sociedad ve la discapacidad? ¿Qué te gustaría que entendieran las personas?

-La gente tiene que entender que el tener autismo no significa que uno no va a lograr las cosas, se puede en muchos casos, todo depende del grado del autismo que uno tenga, si es severo o no, de todas formas, solo se vuelve más complejo ya que tampoco es imposible. Tengo mucha esperanza en que se desarrollen nuevas tecnologías para que los niños con autismo u otras condiciones, se puedan desenvolver bien.

Les hago un llamado a los jóvenes con autismo, que tengan 18 años en adelante y que quieran conducir. Los insto a que lo hagan, ya que si bien puede ser difícil, se puede. Me gustaría mucho que las personas con autismo, a raíz de mi caso, piensen en superarse. Es importante entender, aunque suene duro, que los jóvenes con autismo no siempre van a tener a sus padres, que en algún momento ellos van a tener que independizarse, ser autovalentes, se van a ver en la obligación de tener que aprender nuevos conocimientos y en ese sentido, los insto a alcanzar diferentes objetivos".

Fundación Apanal cumplió 26 años ayudando a niños con TEA

LABOR SOCIAL. Agrupación comenzó su trabajo en Chuquicamata y en la actualidad atienden a 11 niños y niñas.
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El pasado 6 de noviembre, la fundación Apanal cumplió 26 años de existencia. Nacida en Chuquicamata, fue fundada por padres y madres de niños y niñas con TEA. Ellos, vieron la necesidad de que sus hijos e hijas fueran incluidos en algún lugar, en tiempos en que la inclusión social como concepto era inexistente.

Así comenzó su trabajo la fundación, atendiendo a poco más de 10 niños. A ellos, desde el principio se les aplicó el modelo Teacch. Este fue diseñado en los años 70, con la intención de mejorar el desarrollo social, comunicativo y conductual de niños y niñas que presentan trastorno del espectro autista.

La fundación Apanal, tal como en sus orígenes en el campamento minero, hoy continúa funcionando en dependencias de Codelco. Actualmente trabajan con una matrícula de 11 niños y niñas, a quienes se les realiza un trabajo personalizado.

Sobre el trabajo que realizan como fundación, Sandra Güemes, directora de fundación Apanal destaca que nunca han discriminado a nadie por su condición social o económica. "Aquí en Apanal nunca se ha ido una persona por algo económico, nunca se ha ido alguien por conducta. Los niños con TEA tienen una conducta bien irruptora, entonces damos acogida y tratamos de apoyar a las familias. Esa ha sido la fórmula de mantenernos. Somos prácticamente una familia", manifestó la directora.

Apuntando a los deseos que tienen como fundación en su vigésimosexto aniversario, Sandra Güemes pide que se acepte a los niños con TEA. "El día 3 de abril, es el día de la sensibilización del autismo. Ese día todo el mundo nos ve y nos saluda, pero después pasamos a ser invisibles. Queremos que la gente tome conciencia de que el autismo existe, y que está en todas partes. Que los niños y niñas viven todo el año, no solo un día".

Donación

En el contexto de la conmemoración de un nuevo año de vida, Recimat donó un sombradero a la fundación Apanal. Este, se instaló en el patio de la fundación, en una estructura existente previamente, brindando sombra permanente a los niños, niñas, funcionarios y funcionarias, para que puedan realizar ejercicios al aire libre.