Redacción
Con la llegada de la pandemia la divulgación de la ciencia ganó terreno en los medios de comunicación, espacios virtuales, foros y aulas académicas. Más que en ningún otro momento, la sociedad exigía información para comprender lo que estaba pasando en el planeta, y los hombres y mujeres de ciencia fueron llamados a entregarla.
La investigadora mexicana Elaine Reynoso Haynes lleva décadas dedicada a la divulgación de las ciencias. A través de libros, congresos, seminarios y foros, esta licenciada en física de la UNAM, con maestría en Enseñanza Superior y doctorado en Pedagogía, ha contribuido a la comunicación científica en América Latina, buscando acercar este conocimiento al común de las personas.
La Dra. Reynoso estuvo esta semana en la ciudad participando en el Diplomado de formación de divulgadores científicos que desarrolla la Universidad de Antofagasta, oportunidad en la que destacó el valor de esta actividad, que es clave para una sociedad más informada.
Fake news
¿Qué valoración hace sobre la divulgación de las ciencias durante la pandemia?
-Fue una etapa de muchos aprendizajes en diferentes sentidos. Nos posicionamos dando importancia a la comunicación de ciencia como una herramienta para que la población tomara consciencia sobre la importancia de los cubrebocas, el lavado de manos, la distancia social y, sobre todo, las vacunas. Esto sumando la aparición de las "fake news", que nos tocó vencer, hizo que la comunicación de las ciencias fuera muy relevante.
¿Las fake news son el enemigo natural de la divulgación de la ciencia?
-Sí. No cabe duda. De hecho, hay divulgadores de la ciencia que se dedican específicamente a combatir las fake news, porque son muy peligrosas para la sociedad y ponen en peligro la vida de las personas.
¿Cómo se vencen las fake news?
-Es un proceso muy largo. Nosotros debemos dar a las personas herramientas para que sepan discernir entre información que es veraz y confiable, e información falsa. Y esto se logra a través de la comunicación de la ciencia. Nuestro objetivo como divulgadores, más decir qué creer y qué no, es dar herramientas para que las personas puedan tomar la decisión de confiar o no, evaluar si aquello que se observa cuenta con fundamentación científica y evidencia empírica o no la tiene.
¿Los científicos han comprendido el valor de la divulgación de la ciencia?
-Sí. Creo que los científicos cada vez más le toman el valor a la divulgación de la ciencia y su importancia para la sociedad. Y hay muchos científicos que son buenos para comunicar lo que hacen, aunque a veces no les corresponde. Digo esto porque no se debe esperar que el científico sea el que comunique la ciencia, sino personas que sean profesionales en la comunicación de la ciencia. Sin duda, hay muchas razones por las cuales a los científicos les conviene que se comunique la ciencia, por un lado, para hacerlos más visibles ante la sociedad y lograr un ambiente más amigable que acepte mejor la investigación. Por otro lado, hay una parte de orientación vocacional que busca atraer más jóvenes a carreras científicas y técnicas. Pero esto deben hacerlo profesionales de la divulgación, no los científicos propiamente.
A medida que los científicos han ido conquistando espacios, los hemos visto incursionar en distintos científicos ámbitos, incluso dando opiniones de política, ¿cómo afecta eso a la comunicación científica?
-Los científicos no se deben meter en temas que no sean de su especialidad, excepto en el caso en que la ciencia esté ligada a decisiones políticas o tenga que ver con políticas públicas. La pandemia fue una súper lección de eso, por ejemplo, en temas de salud los científicos estaban al frente explicando las medidas de salud y la relevancia de las vacunas. Lo mismo en los temas ambientales. En mi opinión, los científicos deben participar en la parte política solo cuando existan situaciones que requieran su especialidad, pero no deben estar en otros temas que no se relacionen con su quehacer.
¿Cómo ve la divulgación de la ciencia en el futuro?
-Es un campo que está en construcción, hay mucho que aprender todavía. Cada vez se está profesionalizando más, es impresionante la cantidad de cursos, diplomados, posgrados en comunicación de la ciencia que se dictan en diferentes partes del mundo. Evidentemente hay una necesidad de profesionalizar la comunicación, de verla como un campo de conocimiento propio. Nuestro rol es recrear la ciencia, es decir, crear algo nuevo que sea más atractivo y entendible y más cercano a la población.
¿Desde su experiencia bajo qué lineamiento se debe divulgar la ciencia considerando que son distintos tipos de públicos?
-La investigación en comunicación de la ciencia busca estudiar cuáles son las estrategias adecuadas para diferentes sectores de la población y diferentes temas de ciencia. Porque no es lo mismo comunicar la ciencia a los niños que a los adultos, porque hay diferentes espacios y medios. Debemos divulgar la ciencia generando experiencias significativas que aporten en una reflexión posterior, pero por sobre todo tenemos que impactar a nivel emotivo, no saturarlos de información, sino que impactar en ellos en un nivel más afectivo, para incidir generando valores y ciertas actitudes con temas que tienen que ver con la ciencia.
¿La divulgación de la ciencia puede ser parte del programa educacional?
-Sin duda, tenemos que trabajar juntos en construir una sociedad educativa para satisfacer las necesidades de educación. Tenemos que trabajar de la mano con las escuelas, proporcionando lo que estos establecimientos educacionales no pueden dar, porque el sistema escolar tiene programas muy estructurados y nosotros podemos aportar el conocimiento con un nexo más cotidiano, o incluso a través de estrategias emotivas. Sobre todo, en temas de salud y conservación ambiental, donde debemos hacer entender que ellos son parte de la solución.
"Hay divulgadores de la ciencia que se dedican específicamente a combatir las fake news, porque son muy peligrosas para la sociedad y ponen en peligro la vida de las personas".