Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Actualidad general
  • Opinión
  • Clasificados
  • Servicios
  • Deportes
  • Espectáculos

El desafío de la verdad

"Al igual que los datos falsos, los eslóganes son más fáciles y ofrecen la ilusión de verdad sin el arduo trabajo que requiere la comprensión".
E-mail Compartir

En su obra El científico y el político, escribe Max Weber "La vocación de la ciencia es incondicionalmente la verdad. En cambio, la profesión del político no siempre tolera que se diga". Sin duda, la primera frase de esta cita es indudable: ¡la vocación del científico es segura e incondicionalmente la verdad! Su objetivo es acercarse lo más que pueda y hacerlo público. Sin embargo, el científico, a pesar de su inclinación natural, a veces se ve inducido a desviarse de su destino natural. Estas son las distintas situaciones en las que se ve llevado, ya sea por el orgullo, por la codicia, por la sed de poder o por la torpeza de los políticos que lo presionan a renunciar a su vocación original y a la verdad.

Aunque los gobiernos conservan asesores científicos, establecen prioridades para la investigación y financian la mayor parte de la ciencia académica, los mundos sociales de la ciencia y la política se han distanciado. El compromiso de los científicos con la vida cívica ha llegado a ser desautorizado como una actividad intelectualmente inferior. A menos que los programas de investigación se vean amenazados, los científicos generalmente han guardado silencio sobre la política. Ahora, en el ambiente complejo del planeta, muchos están volviendo a comprometerse e incluso postularse para un cargo. Los científicos son tan extraños para la mayoría de los políticos como los políticos lo son para los científicos, pero su perspectiva es invaluable para la gobernabilidad democrática.

La buena noticia es que la gente puede y está actuando. A pesar de los ataques masivos de las grandes compañías a la protección de la ciencia y la salud, se está produciendo una revolución basada en la energía renovable en todos los sectores: energía, transporte, diseño y tecnología. Las fuerzas del mercado son poderosos impulsores, y la energía renovable y los productos no contaminantes finalmente buenos negocios.

La guerra contra la ciencia basada en hechos, ha tenido una larga y profunda historia. Galileo (1564-1642), tildado de hereje por probar que la tierra gira alrededor del sol. Su ciencia lo enfrentó al dogma religioso y pasó sus últimos 30 años bajo una orden de mordaza de la iglesia. En última instancia, sus ideas prevalecen, hoy no tenemos ese tipo de rechazo, pues se han sofisticado.

La ciencia y la sociedad serían mejores si los científicos fueran más activos políticamente, tanto dentro como fuera de sus instituciones.

En la antigua Grecia, los eruditos daban por sentado que reflexionarían tanto sobre las ciencias naturales como sobre las políticas. Probablemente nunca sea una coincidencia que la democracia surgiera en un escenario así. Por último, el mundo real es más desordenado de lo que los fantasiosos pueden imaginar. Al igual que los datos falsos, los eslóganes son más fáciles y ofrecen la ilusión de verdad sin el arduo trabajo que requiere la comprensión.

Rubén Rojo Maturana

Director gerente Cicitem

Fin a la mascarilla y al pase de movilidad

El Minsal informó que a partir de octubre estas restricciones por la pandemia de covid, más la limitación de aforo no continuarán al ingresar a fase de apertura. Para algunos dirigentes políticos se entiende como el fin de la pandemia y otros llaman a poner atención porque no ha terminado y si bien habrá menos restricciones, debemos seguir con el autocuidado.
E-mail Compartir

Tras dos años y cinco meses, el Minsal determinó que a contar del mes de octubre el uso de mascarillas no será obligatorio -salvo en recintos de la salud- lo mismo que la exigencia del pase de movilidad, ambas medidas como parte del ingreso de todo el país a la fase de Apertura. Con ello se pone fin a las últimas restricciones que se mantenían debido a la pandemia de covid-19.

Hace algunos días escribíamos que las Fiestas Patrias sería la "prueba de fuego" para el fin de esas determinaciones. No obstante, el descenso en las cifras de contagios diarios, la baja positividad y el escaso número de enfermos graves, anticiparon la decisión y que solo podría cambiar si los casos se disparan con cuadros respiratorios de gravedad, algo que a la fecha se ve improbable.

Junto con ellos también se decretó el fin de la limitación de aforos en espacios abiertos y cerrados, con recomendaciones.

"Vamos a promover la ventilación de todos los lugares, se va a avanzar en mejorar las condiciones estructurales de ventilación en todos los ambientes cerrados. Hay que aprovechar que nos estamos acercando a la primavera y que, por lo tanto, hay más posibilidades de estar al aire libre, y todo eso va a redundar en un menor riesgo de contagio para la población", manifestó la ministra de Salud, Ximena Aguilera durante los anuncios.

Esta, en especial, era una de las urgentemente solicitadas por los gremios gastronómicos, del entretenimiento, turismo y eventos masivos. Sectores que fueron fuertemente golpeados por las medidas restrictivas y que están en plena etapa de reactivación de sus emprendimientos y negocios con mucho esfuerzo.

Junto a ello, se estableció que este virus en el futuro será tratado como otros respiratorios. Habrá una vacuna ambivalente la que será administrada cada año a los grupos de riesgo.

Para algunos dirigentes políticos se entiende como el fin de la pandemia y otros llaman a poner atención porque no ha terminado y si bien habrá menos restricciones no significa que hábitos como el lavado frecuente de manos o el uso de alcohol gel, debiera seguir como parte de nuestro comportamiento.

Más allá de esas interpretaciones la coincidencia es que el mundo y el país en particular superaron los embates de una enfermedad que puso en jaque todos los avances en medicina y tecnología existentes, con una propagación veloz y difícil de controlar sin una vacuna.

Su paso deja enseñanzas en lo médico y también en las relaciones humanas que debieran servirnos para el futuro.

Hernán Rivera Letelier

"Que este premio nos motive a valorar lo nuestro, a emocionarnos cuando alguien se encamina hacia el arte sin otro afán que escribir acerca de la vida y a agradecer".
E-mail Compartir

El rostro del escritor es un viento tranquilo como alguien que nos quiere contar más de alguna historia. Allí se ve la libertad de su mirada, sus deseos con alma y su juventud errante abarcando el Norte Grande. Corre, ahora, el año 1950. El año en que el sur es un ensueño lleno de incógnitas y el norte solo llanura calcinante. Una época signado a lo inalcanzable, a soplidos de viento, a silencio evaporándose con todo ese color del salitre. Pero, nadie sabía de la promesa y realidad de un niño cuando quiso asomarse para llegar a mirar el desierto. Y aunque parezca un embrujo, nadie, tampoco, quiso entreabrir lo que contaba el viento, mientras, el olvido se quedaba envejecido. Excepto uno: el contador de historias, Hernán Rivera Letelier.

El jueves 8 de septiembre de 2022 quedará marcado a fuego para el Nano Rivera, para su obra y para su propio corazón. También para su familia. Seguramente debe haber recordado a sus padres, haber entornado un guiño a sus ancestros. La razón que le asistió, por cierto, es una sola: haber sido galardonado con el Premio Nacional de Literatura año 2022. Ahora entreveo al escritor, desde su "sala de parto", allí parece recordar sus libros de infancia; ahí en esa imagen, como de ensueño, Hernán Rivera Letelier, como un verdadero pirata, es el reflexivo dueño de ese único galeón casero con impresionantes historias desde sus paredes llenas de libros. Todo tiene que ver con lo simple, lo humano, con lo cotidiano de la vida. Así Hernán Rivera Letelier amalgama en el dulce y difícil silencio del trabajo escritural, lo que nuestros ojos no ven. Allí con el trémulo anhelo de la tierra, el escritor, va atrapando el verdadero asombro de los deseos de un tiempo que se fue, y fortalece su ojo crepuscular embriagado en la ligereza de ese sol aterido, de esos personajes que contempla la pupila abierta de los ojos del desierto y la verdad desnuda de una inquietud esplendorosa como el mismo silencio milenario. Nada escapa, entonces, a la esencia del escritor Rivera Letelier: sueños, oficinas, botellas de vino, pampa, purgatorio, renacimiento del desierto, designio vigilante del abandono. Sus libros son para todos aquellos que vislumbrando el origen de la sal van levantando cada página, una y otra vez, nada más, dejando que la extensión de la pampa nos recuerde su anhelo cautivo y sus historias amansadas por palabras infinitas.

Cuántas veces Hernán Rivera Letelier ha soñado con vivir las vidas de su propio coraje. Como un toro ha luchado por salir adelante y para no abatirse ante las bestias existenciales se ha enfrentado solo ante las ruinas de la humanidad descubriendo lo que llevaba en su interior: un poeta por dentro y un escritor de historias, por fuera, donde va el soplo total de la vida. Alguna vez la palabra, cumpliendo a cabalidad su rito, abrió su propia avidez regresando hacia nosotros, en la sequedad pedregosa de la pampa, cargada de novelas y con la dulzura más valiente donde todo es aire, tierra y energía humana. En ocasiones, en esas gravitantes ocasiones, hay que dejarse arrobar por las expresiones de Rivera Letelier: "por la sensación del tarro duraznero", por "la imaginación de soñar la mar", por "el sortilegio de los nombres con eme" o por "las parábolas de abundantes pájaros ciegos".

Que este premio nos motive a valorar lo nuestro, a emocionarnos cuando alguien se encamina hacia el arte sin otro afán que escribir acerca de la vida y a agradecer, cuantas veces sea necesario, el arte del gran Hernán Rivera Letelier.