Celebrar con alegría y recordar
José Miguel Serrano Economista U. de Columbia
Estamos dejando atrás la pandemia y a no dudarlo, este mes de septiembre tenemos razones de sobra, por fin, para celebrar las Fiestas Patrias como corresponde. Con alegría y agradecimiento hacia Chile por lo mucho que nos ha dado, y a los millones de compatriotas que nos antecedieron e hicieron posible esta patria libre que nos cobija. Son muchos los personajes históricos que se vienen a la mente en estos instantes. Mejor no mencionarlos, para no omitir a ninguno. Sin embargo, son más los héroes anónimos que con su trabajo silencioso han permitido que estemos aquí, gozando de este momento extraordinario. En mi caso, en primer lugar se encuentra mi madre - Carmen Rosselot Bordeu -, quien como toda madre chilena fue una mujer tremendamente abnegada, cariñosa, dedicada en cuerpo y alma a la familia, entregando valores espirituales permanentes y un gran amor por las cosas típicamente nacionales.
Todos tenemos parientes que ya se fueron y que viven en nuestros pensamientos, que nos acompañan día y noche. Sus fotos nos traen recuerdos de un pasado que siempre parece haber sido mejor. Ese país tranquilo, amable, que conocí cuatro décadas atrás; y el mundo de mis abuelos maternos, Pedro y Corina, cuyas imágenes borrosas del siglo pasado me hablan de una patria quizás más pobre, pero igual de libre y orgullosa. Ellos también gozaban con nuestras tradiciones, con la música y comida nacional, con la gran Fiesta Criolla.
Las rutas y caminos del presente fueron pavimentados por los antepasados de los chilenos y chilenas, ¿cómo olvidarlos ahora que podemos volver a celebrar nuestras tradiciones más queridas? Ausente, pero presente, estará también mi padre, un chileno trotamundos que representó a su país en tantos lugares -desde India hasta Austria, desde Yugoslavia hasta Bulgaria -, y que amó a Chile por encima de cualquier otra consideración. Era muy joven cuando viajé con él por India en busca de unos templos sagrados en los Himalayas, donde vivirían los Maestros o Siddhas, que desde las altas cumbres se encargaban de dirigir la evolución espiritual de la humanidad. Hombres santos, yoghis, filósofos y políticos de la talla de Nehru e Indira Gandhi, conocieron de Chile y su cultura gracias a la amistad que tenían con mi padre, quien nunca dejó de soñar con su lejano terruño.
Esto que menciono podría considerarse como patriotismo, y en nuestro particular momento histórico, es una realidad que tiene importantes atributos positivos; especialmente ahora cuando festejamos el 18 de septiembre. Patriotismo puede entenderse como un sentimiento que convierte los vínculos de fraternidad y solidaridad entre los ciudadanos, en fuerzas que fomentan un amor generoso hacia todo lo que conforma la esencia nacional: su gente, sus símbolos más representativos, sus tradiciones, geografía y sistema unitario de vida. Lo que nos une es más fuerte, y siempre es bueno recordarlo.
"Esto que menciono podría considerarse como patriotismo, y en nuestro particular momento histórico, es una realidad que tiene importantes atributos positivos; especialmente ahora cuando festejamos el 18 de septiembre".