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El segundo tiempo del Gobierno

Importantes desafíos son los que deberán enfrentar las nuevas ministras designadas en Interior y Segpres. Su desempeño será vital para el logro de los fines propuestos. Nadie asegura que será fácil, habrá dificultades y tendrá que salir a relucir el talento de cada uno de los integrantes y del Presidente para que se sucedan buenas noticias que beneficien el país.
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Se sabía que tras el plebiscito el Presidente Gabriel Boric realizaría un cambio en su gabinete. Lo había planteado en varias ocasiones y así ocurrió la tarde del martes cuando tras varios retrasos se informaron de las salidas e ingresos en seis ministerios, todo a la sombra de lo que fue el aplastante triunfo del Rechazo en la votación del último domingo.

Frente a estos resultados el anticipo de cambio se vio profundizado por la urgente necesidad de iniciar una nueva etapa, un segundo tiempo con variantes que sirvan para enfrentar lo que viene. Lo inmediato no es fácil, porque las demandas ciudadanas se mantienen y el mandatario tiene que activar su programa de gobierno y terminar con la incertidumbre del proceso electoral.

Las señales económicas no son positivas. El Banco Central prevé un escaso crecimiento en los meses que faltan (máximo de 2,5%) y una recesión para 2023 (entre 0,5% y 1,75%).

Habrá decrecimiento, menos empleo y dificultades propias de esta baja económica. Por ende, la preparación del Gobierno tiene que estar a la altura de las circunstancias para responder a los desafíos económicos y en paralelo iluminar los caminos para la nueva Constitución.

Para estos efectos la incorporación de mujeres de experiencia como Carolina Tohá y Ana Lya Uriarte en Interior y Secretaría General de la Presidencia, serán fundamentales.

La primera para enfrentar los problemas con la delincuencia urbana, rural y la crisis migratoria. Además de estar muy presente en la discusión y creación del Ministerio de Seguridad.

Mientras que Ana Lya Uriarte, será el nexo entre el Gobierno y el Congreso para el tema anterior mente citado y otros como la nueva convención constitucional.

El partido está cuesta arriba, como suele decirse en el fútbol, pero con los cambios se espera dar un nuevo aire y finalizar victoriosos. Nadie asegura que será fácil, habrá dificultades y tendrá que salir a relucir el talento de cada uno de los integrantes y del Presidente para que se sucedan buenas noticias para el país.

Todo buen chileno espera que nuestra nación transite por la vereda de la prosperidad y que sepa enfrentar los desafíos con un Gobierno capaz de hacer frente a los temporales.

Escuela para la amistad

"Las restricciones vividas visibilizaron lo indispensable de verse, del trato personal, el compartir, aprovechando al máximo el tiempo y los espacios".
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¿Qué es la amistad y porqué la escuela es uno de los ambientes propicios para su desarrollo? Entre todas las relaciones interpersonales, la amistad y el compañerismo tienen la condición de ser una de las más libres. Se trata de un vínculo afectivo recíproco, generalmente espontáneo, entre dos o más personas. El ser humano tiene entre sus atributos la capacidad de hacer amigos, de vivir y profundizar la amistad. Su existencia y ejercicio forman para la vida, que se expresa en compartir actividades y circunstancias; participar en la comunicación y la comprensión mutua; desarrollar afectos e interés por el otro; ejercitar confianza y sinceridad compartida.

Fuera del hogar, el siguiente lugar donde se forja la amistad y se hacen los amigos, es la escuela. Ahí se comparten afanes, aprendizajes, juegos, triunfos y derrotas, penas y alegrías. En la escuela, niños y jóvenes se ven estimulados a la socialización, para alcanzar un espacio en el grupo. En ella se generan las oportunidades para liderar, trabajar en equipo, discutir, escuchar, equivocarse, comprender, ejercitar las virtudes. En pocas palabras crecer juntos. En la escuela no se está al amparo directo de los factores protectores del hogar. Eso exige el desarrollo de habilidades socioemocionales, que se ejercitan y configuran genuinamente en el mismo centro escolar. En muchos casos estas amistades perduran en el tiempo.

Durante la pandemia una de las pérdidas para los escolares y universitarios, para todos, fue la ausencia, la interrupción, de los vínculos sociales, en tiempo y profundidad. Por lo mismo, el retorno a la presencialidad puso en valor la amistad. Las restricciones vividas visibilizaron lo indispensable de verse, del trato personal, el compartir, aprovechando al máximo el tiempo y los espacios. El distanciamiento, incorporó una cuota de esfuerzo y perseverancia en los vínculos de amistad, contribuyendo en mejorar su calidad, en que fueran más genuinos.

Uno de los hallazgos más consistentes de la psicología positiva es que las buenas relaciones con otras personas -amigos, familiares y compañeros de trabajo- son el factor que contribuye, de manera más importante, a la buena vida psicológica. Los aspectos que muestran correlaciones más fuertes con la felicidad son de naturaleza social (Peterson, 2006). La amistad, esencial para la vida, pide también esfuerzos, que permitan recuperar la escuela como lugar de encuentro. Que sea segura, amable, estimulante, acogedora. Indispensable para todo aprendizaje. Quién no podría querer, que el ambiente donde se educan sus hijos, los niños y jóvenes, donde está el futuro de todo país, sea de compañerismo y amistad, de serenidad y respeto. Que luego esos mismos estudiantes replicarán en sus familias, la vida laboral y social. La paz y la convivencia se construyen desde la escuela. Juntos. Padres, directivos, docentes, asistentes y autoridades. Nadie sobra. Todos suman. Esto también es hacer patria.

Manuel Dannemann Correa

Magister en Psicología Positiva

¿Y qué viene ahora en la recta constitucional?

"Lo importante es que se busque una forma de crear una Constitución que una a todos o al menos a una mayoría significativa".
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El 4 de septiembre se manifestó el poder constituyente originario rechazando de forma contundente la propuesta de la Convención Constitucional, lo que se dio, además, en un escenario de alta participación ciudadana. En efecto, lo que se rechazó fue el texto que contemplaba 388 artículos con 57 normas transitorias. Sin embargo, tampoco hay que olvidar que, en su oportunidad, también fue rotunda la opción de elaborar un nuevo texto.

En relación con las normas que regulaban el proceso constituyente, estas se encuentran jurídicamente agotadas, dado que el procedimiento hacía referencia a plazos específicos. Y, diría que también políticamente el resultado del plebiscito no debería hacer reflexionar sobre temas que aportaron como también en los que hay oportunidad de mejora. Es decir, las normas del reciente proceso ya cumplieron su cometido, con lo que la función constituyente vuelve, o más bien, toma fuerza en el Congreso Nacional, el que deberá aprobar por 4/7 las nuevas normas que delimiten una Nueva Constitución, ya sea por vía de reformas, por un nuevo proceso o incluso por mecanismos que consideren puntos intermedios.

Si se sigue por la vía del Congreso Nacional, lo cierto es que las fuerzas políticas están equilibradas, lo que es positivo a propósito de lograr un texto que genere consenso y sea transversal. No obstante, a ello, si se opta por un nuevo proceso, hoy las normas sobre paridad habría que considerarlas, como también las de respeto por los tratados internacionales, especialmente los de derechos humanos. También puede estimarse elaboración o al menos mayor participación de expertos; listas a nivel nacional, de manera de votar más bien por las ideas que por personas en particular. Y, por supuesto que con un referéndum o plebiscito ratificatorio.

También una idea interesante es revisar procesos constituyentes que han sido un ejemplo en relación con los altos porcentajes de aprobación. En este sentido, podemos mirar el caso español, que comenzó con ponentes de variados espectros políticos. Posteriormente, la propuesta de los ponentes expertos fue aprobada por las Cortes Generales en sesiones plenarias del Congreso de los Diputados y del Senado. En el Congreso los resultados de la votación fueron los siguientes: 325 a favor, 6 en contra y 15 abstenciones. En el Senado, de 239 asistentes, votaron a favor, 226; en contra, 5 y las abstenciones fueron 8. Y, fue ratificada por el pueblo español en referéndum de 6 de diciembre de 1978 con el 88,4% de votos afirmativos.

En definitiva, está aún abierto el cómo elaborar un nuevo texto constitucional. Lo importante es que se busque una forma de crear una Constitución que una a todos o al menos a una mayoría significativa, a través de mecanismos que aseguren, por un lado, que la propuesta sea técnicamente aprobable, como también, que aúne un gran consenso nacional, de manera que tenga una alta legitimidad democrática.

Dr. Juan Pablo Díaz Fuenzalida

Académico U. Autónoma de Chile