Secciones

N i vencedores ni vencidos

El fin del plebiscito de hoy no puede seguir fragmentando al país entre ganadores y perdedores, tras el proceso todos seremos ganadores y dispuestos a trabajar por el país. No todos comparten la visión del mandatario, porque claramente hay posiciones distintas y encontradas que maduraron en el último tiempo y, precisamente a ellos que se dirige el Presidente.
E-mail Compartir

El largo camino que como país hemos recorrido para llegar hasta hoy en que se definirá en un plebiscito si se aprueba o rechaza el texto constitucional propuesto, lejos de dividirnos nos debiera llenar de orgullo y servir para mirar con optimismo el futuro. Más allá de la opción que obtenga mayoría en las urnas, como lo dijo el Presidente Boric, no habrá vencedores ni vencidos, todos seremos ganadores porque formamos parte de un país que encontró una salida viable a una crisis social que estaba gestándose por décadas.

Y el camino fue a través de una constitución nueva que recogiera las demandas de quienes salieron pacíficamente a protestar por una menor desigualdad y un trato más digno.

Hubo un plebiscito de entrada que por amplia mayoría optó por una nueva constitución a través de una convención constituyente, luego se eligieron los convencionales quienes tuvieron un año para presentar su propuesta en un proceso de entrevistas, diálogos, debates y votaciones finales. El fruto de ello es lo que votamos hoy, convirtiéndose en el epílogo de un historia nunca antes contada y que debiera tener su final feliz.

El primer mandatario también fue enfático en decir que su misión como gobernante será jugársela por la unidad. Obviamente que es su obligación para no tener un país polarizado y difícil de gobernar.

No todos comparten la visión del mandatario, porque claramente hay posiciones distintas y encontradas que maduraron en el último tiempo y, precisamente es allí donde está dirigido el llamado presidencial. Tener la altura para aceptar el voto popular y volver a mirarse a los ojos con afanes constructivos y no de división.

Esta claro que gane la opción que gane a partir de mañana se iniciará una etapa en que tendrán que haber diálogos y acuerdos. Y eso no se puede desconocer, pero tendrá que ser sobre una base amplia para proyectar al país en un escenario de respeto y entendimiento de todos los sectores, aquí nadie puede rasgar vestiduras y sentirse con mayor autoridad.

La nueva política de los acuerdos debe tener el mismo objetivo pero distintos componentes de la de antaño. Una versión actualizada y mejorada en la experiencia.

Una medida ejemplificadora

Carlos Tarragó , Presidente Corporación Proa
E-mail Compartir

La demolición de una vivienda de la denominada Toma VIP, construida en terrenos fiscales al sur de la ciudad sin autorización alguna, merece el aplauso generalizado de la comunidad y constituye una acción a imitar por todas las instituciones, tanto públicas como municipales, a hacer efectivo su rol de fiscalización y sanción de situaciones irregulares. La medida extrema, pero legal, aplicada por las autoridades antofagastinas, es dable considerarla como un aviso claro y contundente, de que las leyes son para cumplirlas so pena de un castigo severo.

Si pudiéramos extrapolar la señalada disposición al resto del país y a otras áreas de la economía, podríamos ser optimistas respecto a que el país y sus instituciones tienen atribuciones para transitar por un camino en el cual los abusos, colusión y evasión, sean debida y drásticamente penadas. No más guante blanco para fechorías de cuello y corbata, no más amables clases de "ética", para personajes que con su actitud delictual demuestran desprecio por ella.

La información gráfica expuesta por la prensa nos demuestra que la toma en cuestión no era para albergar a familias vulnerables, sino para construir edificaciones sólidas, definitivas, de grandes superficies y amplios jardines. Una verdadera sinvergüenzura y, a su vez, una bofetada al rostro de miles de familias que no tienen donde vivir dignamente, ni menos donde caerse muertas.

La referida toma, lo más probable es que se haya planificado pensando en que la política de los hechos consumados, tan utilizada a lo largo y ancho del país, en desmedro de la propiedad pública y privada, iba, una vez más, a permitir regularizar la ilegal situación, por la vía de la presión grupal ejercida por quienes se habían instalado irregularmente en los señalados terrenos. Les salió el tiro por la culata, al enfrentar a autoridades conscientes en cumplir con su deber.

Bienes Nacionales en una reciente información, dio cuenta de que, tanto en la región como el país, las tomas de terrenos fiscales han ido en aumento debido a circunstancias negativas, como el estallido social y la pandemia, las cuales han afectado el ingreso de muchas familias. La misma secretaría regional señaló que en la región existen unas 430 hectáreas de tomas irregulares, de las cuales un 75% son de suelo fiscal.

La situación en comento, aparte de la atención y perplejidad que despertó en la comunidad local, dejó al descubierto que, dentro del grupo de la toma, participaba una persona que había sido candidata a senadora por el Partido Socialista, colectividad que de inmediato suspendió su militancia. Una medida atinada, que de todas maneras no alcanza para revertir la impresión negativa que la ciudadanía tiene de los políticos, en especial de quienes se han visto involucrados en situaciones anómalas, que no son pocos.

El día después

"Esta noche no se acaba el país. Se abre una nueva etapa, que dejó atrás la constitución del año 80. Una fase que obligará a construir amplios acuerdos" Cristián Rodríguez Salas, Director del Instituto de Políticas Públicas UCN
E-mail Compartir

Hoy será un escenario incierto, habrá un voto desconocido para las encuestas de opinión públicas sobre el comportamiento de miles de personas que por primera vez serán movilizadas por el voto obligatorio. Hacer predicciones sobre aquel comportamiento es un ejercicio casi imposible de realizar sin evidencias pasadas. Cuántas personas concurrirán a votar este domingo, solo sabemos que en países con voto obligatorio en promedio participan el 70% , por poner el ejemplo de Antofagasta con voto voluntario solo se registró el máximo de un 49 % en el plebiscito del año 2020.

Lo poco que sabemos es avalado por las últimas tendencias a escala nacional y regional, el resultado será estrecho, con pocos puntos de diferencia entre ambas opciones. No se pueden hacer predicciones, por ejemplo del comportamiento y movilización que habrá de los grupos etarios más jóvenes, tampoco de los sectores de menores ingresos, estos últimos con menos información y más distantes de la política, y menos de los indecisos, un grupo que oscilará hasta el último momento entre aprobar o rechazar para reformar. Entonces, será mejor abordar la incertidumbre del resultado de este día domingo situándonos en el día después, qué ocurrirá el día 5 de septiembre, qué escenarios se abren hacia adelante.

En primer lugar, si ganara la opción apruebo del nuevo texto constitucional ocurren dos cosas, por una parte el país se pondrá al día con el mundo, incorporando derechos civilizatorios como son el Estado social de derechos, la incorporación de la paridad de género, el reconocimiento de los pueblos ancestrales, la profundización de los procesos de descentralización, el derecho al medio ambiente; pero por otra parte, existe un consenso transversal acordado en la coalición de gobierno de que el nuevo texto requiere ajustes, que permitan que la constitución sintonice con una amplia mayoría de la población. Una segunda derivada, serán los efectos políticos de la victoria del apruebo, el gobierno iniciará un segundo tiempo fortalecido, podrá conducir la implementación de la nueva carta junto con las reformas comprometidas; también, obtendrá un nuevo aire para movilizar las reformas más complejas de su plan de gobierno.

En segundo lugar, qué pasará si ganara el rechazo. Hay consenso transversal de que se debe iniciar un nuevo proceso constituyente de amplia legitimidad democrática para elaborar un nuevo texto. Salvo sectores muy polarizados, hay una amplia mayoría moderada del rechazo que comparte que la constitución del año 80 fue derogada definitivamente, que recuperar el camino del desarrollo y la paz social requiere incorporar reformas que permitan transitar hacia una sociedad más justa , más cohesionada y con menos desigualdades. Los efectos políticos para el oficialismo del resultado, lo obligarán a realizar ajustes rápidos en su hoja de ruta que le permitan sintonizar con la nueva realidad. Una amplia mayoría entiende, que si gana el rechazo no es razonable esperar un gobierno debilitado; por el contrario, la sociedad requiere un Ejecutivo con un liderazgo sólido que conduzca al país por el nuevo camino que se abre este 4 de septiembre.

En resumen, esta noche no se acaba el país. Se abre una nueva etapa, que dejó atrás la constitución del año 80. Una fase que obligará a construir amplios acuerdos, que permitan recuperar la confianza en la política para avanzar hacia una sociedad más justa, dejando atrás la incertidumbre y el temor.