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ENTREVISTA. Claudia Lillo, Secretaria Ejecutiva de multigremial de La Araucanía:

"Tenemos que volver a ponernos de acuerdo en cómo habitamos un espacio multicultural"

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Claudia Lillo directora ejecutiva de la multigremial de La Araucanía, que reúne a los ocho gremios productivos más relevantes de la zona, visitó recientemente la capital regional donde tuvo una intensa agenda de reuniones y visitas a organizaciones sociales a fin de intercambiar experiencias respecto al futuro de la región de cara al plebiscito de salida.

"Tenemos el temor que lo que pasa en La Araucanía hace 25 años, se replique en Chile en distintas partes. Pensamos que en lugares como Antofagasta, Arica, Iquique donde esta preocupación tiene que ver primero con la falta de seguridad. De un Estado que no se hace cargo, y por otro lado, la radicalización de la postura de los pueblos originarios puede provocar que lo que ocurre en la Araucanía, se replique en Antofagasta con la agraviante de la mezcla con temas geopolíticos", señala.

Desde su experiencia en La Araucanía, ¿Cuáles son las principales críticas al texto propuesto?

- Genera un problema entre chilenos que son de una etnia y chilenos que no lo son. Lo segundo es que separas las formas de convivencia. En el caso de la ley indígena lo que hace es convertirlo en agrupaciones comunitarias y ellos no son comunitarios. Si te fijas en la última encuesta CEP indica que ellos no les gusta sentirse comunitarios. Ellos quieren, primero, reconocerse como personas, pero la ley los conmina a vivir en comunidad. Esto genera un primer conflicto. Pero además focaliza el problema en tierras y esa focalización ha hecho que en los últimos 25 años se hayan entregado una enormidad de tierras, y eso, más que solucionar el problema, lo ha ido agravando. Tanto en el impacto de los hechos de violencia, cómo en el número de muertos. Solo este año han muerto 14 personas.

Desde sectores del rechazo han insistido en críticas al concepto de plurinacionalidad o la convivencia de sistema de justicia. ¿Cómo interpreta esas afirmaciones teniendo en cuenta la situación en la Araucanía?

- Lo que se ha tratado de hacer estos años es restituir los títulos de merced que fueron entregados entre 1880 y 1925 a los pueblos originarios que habitaban en La Araucanía. La Temucuicui tenía un título de dominio de 250 hectáreas y al hacer su alegato tenían un desacuerdo en aproximadamente 50 hectáreas. Pero a la fecha se han entregado, entre ambos procesos, 3.060 hectáreas. Eso equivale a la superficie total de Iquique. No se sabe a cuántas personas porque no se pudo censar, pero se cree al menos 300 personas viven en ese territorio. Un espacio productivo ahora está convertido en un espacio para el tráfico de armas, robo de madera, robo de autos y tráfico de drogas. Eso provoca una mala política pública y no queremos que pase eso en el norte.

¿Cómo percibió ese intercambio de experiencias en Antofagasta?

- La existencia de una inmigración irregular está impactando fuertemente en la vida de Antofagasta. Primero porque es desolador ver esa cantidad de personas. Familias con hijos pidiendo en las calles. Además impacta porque muchos de ellos no vienen a trabajar sino a delinquir. Hoy vemos bandas internacionales alterando la vida de los ciudadanos. Si a eso tú le pones el escudo de pueblos originarios, creo que es un camino sin retorno. Es lo que pasó en La Araucanía. Acá nunca hubo un problema entre el Estado y el pueblo mapuche. Lo que existe hoy es un problema con banda narco terroristas que han tomado los reclamos lícitos y profundos que tienen los pueblos originarios con el convivir de un país pero escudados. Los que cometen estos ilícitos no representan al pueblo mapuche.

En ese escenario, ¿Qué alternativa queda? porque el problema no desaparece con un triunfo del rechazo

- Hemos hecho muchas propuestas de transformación. Hay cerca de ocho leyes que están durmiendo en el Congreso que tiene más de 800 días a la espera de aprobación y que tocan temas directamente de seguridad. Y una constitución como la propuesta por la Convención solo debilita los temas de seguridad, le resta fuerza a la estructura jurídica de Carabineros y de las Fuerzas Armadas. Nosotros sí creemos que Chile tiene que transformarse en un Estado moderno, con foco en los temas de libertad, de seguridad, medioambientales y de paridad, pero no en una división del país. Nos parece que la propuesta nos divide poniéndonos como ciudadanos de distinta clase, según tu origen. Pero además nos divide porque nos deja en exposiciones jurídicas distintas y en posiciones de propiedad totalmente distintas.

¿Considera alguna idea subyacente al texto valorable para su sector?

- No tenemos ninguna duda que los pueblos originarios tienen que ser reconocidos constitucionalmente. Nos parece que tenemos que volver a ponernos de acuerdo de cómo habitamos un espacio multicultural. La multiculturalidad es algo que nos pertenece y nos enriquece. Tenemos que sentarnos y reconfigurar nuestra convivencia, pero mirando al futuro y no desde los errores del pasado. Lo que nos podemos hacer cargo es cómo vamos a plantear el futuro. Y ese futuro tiene que contemplar, sí o sí, el reconocimiento a los pueblos originarios, a la paridad, el resguardo del medio ambiente. Esos son los desde. Sin dañar lo valioso de lo construido en los últimos 30 años.

¿Qué mecanismo se debería utilizar para formular un nuevo texto?

- No soy experta, soy arquitecta, pero creo que ya probamos una convención sin expertos y vimos los resultados. Una convención que se perdió una oportunidad histórica. Habría sido extraordinario si hubiera sido capaz de encauzar ese 80% que votó por cambiar la actual constitución y qué quiere algo nuevo. Creo que los expertos tienen cierta mirada y tienen mucho que aportar. Pero tenemos un Congreso que algo tiene para decir y una ciudadanía empoderada también. Espero que sepamos llevar este momento histórico. Podemos pensar distinto, tener antepasados distintos, pero Chile siempre ha sido un referente de democracia de desarrollo y unidad.

Senador Araya destacó apoyo a proyecto que elimina quorums supramayoritarios

REFORMA. Afirmó que proyecto otorga continuidad a proceso constitucional.
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Valorando el respaldo otorgado a la iniciativa y confiado en que el próximo 4 de septiembre, el país contará con una nueva constitución, reaccionó el senador, Pedro Araya Guerrero, luego que, por 42 votos a favor, 2 en contra y 1 abstención la cámara alta diera "luz verde" al proyecto que elimina los quórums supra mayoritarios para la modificación o derogación de las normas legales que tienen carácter constitucional.

"El gobierno, los partidos políticos y luego Apruebo Dignidad terminaron sumándose. Esta propuesta de reforma no fue bien recibida por algunos sectores políticos del país, quienes vieron en ella una forma de enmascarar o facilitar la opción del rechazo. Me negué a esa interpretación reduccionista, ya que estaba convencido y lo sigo estando de que por responsabilidad y realismo político debemos contar con caminos para continuar con el proceso constitucional, en el evento que gane la opción rechazo", señaló Araya.

El proyecto, que ahora deberá cumplir su segundo trámite en la Cámara de Diputados, tuvo su origen en una moción de los senadores Juan Luis Castro, Álvaro Elizalde, Fidel Espinoza, José Miguel Insulza y Gastón Saavedra; y en otra iniciativa de los senadores Pedro Araya, Ricardo Lagos, Ximena Órdenes y Jaime Quintana.