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La criatura que pudo ser el primer abuelo del ser humano pierde "su título"

INVESTIGACIÓN. Eliminar a Saccorhytus, organismo que parece un Minion enojado, del lugar que se creía que ocupaba significa "que hay una gran laguna en el registro fósil de los deuteróstomos", explican los científicos.
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Agencias

El Saccorhytus, una criatura microscópica, se consideraba el primer paso conocido en la senda evolutiva que lleva hasta los humanos. Sin embargo, un análisis de nuevos fósiles desdice esta teoría, pues los expertos estiman ahora que forma parte de un árbol genealógico diferente.

El descubrimiento en China de los primeros fósiles de Saccorhytus, de unos 535 millones de años de antigüedad, y el análisis que llevó a considerarlo como el posible primer abuelo del ser humano, fue publicado en 2017 en Nature, la misma revista que ahora recoge el nuevo estudio.

A la luz de los nuevos análisis, un equipo internacional considera que el Saccorhytus no es el representante más antiguo de los deuteróstomos, los animales con ano, un linaje evolutivo del que nosotros formamos parte, sino que sería un protóstomo, solo con boca primaria.

Estos nuevos conocimientos introducen importantes modificaciones en el árbol filogenético primitivo y en la comprensión de cómo se desarrolló la vida.

Eliminar a esta pequeña criatura del lugar que se creía que ocupaba significa "que hay una gran laguna en el registro fósil de los deuteróstomos, o sea, nuestro lado del árbol animal. Así que seguiremos excavando y buscando los verdaderos primeros fósiles de deuteróstomos", indicó Shuhai Xiao, de la Universidad Estatal de Virginia (EE.UU.) y uno de los autores de la investigación .

El Saccorhytus se asemeja "a un Minion enfadado", según lo describe la Universidad de Bristol (Reino Unido). Un "saco espinoso y arrugado, con una gran boca rodeada de espinas y agujeros".

Precisamente son esos agujeros los que, en el primer análisis publicado en 2017, se interpretaron como poros para las branquias, una característica primitiva del grupo de los deuteróstomos, pero que el nuevo estudio desmiente.

El equipo descubrió recientemente cientos de ejemplares fosilizados de Saccorhytus, algunos "tan perfectamente conservados que parecen casi vivos", destacó Yunhuan Liu, de la Universidad de Chang'an, China, lo que proporciona nuevos conocimientos sobre su anatomía y afinidad evolutiva.

Diversos tipos de análisis y recreaciones en un superordenador para crear modelos digitales en 3D revelaron las estructuras internas y externas de esta criatura microscópica.

"Los modelos digitales mostraron que los poros que antes se interpretaban como branquias son en realidad espinas rotas, echando por tierra la única prueba que apoyaba la interpretación de los deuteróstomos", aseguró Zhag Huaqiao de la Academia China de Ciencia.

El Saccorhytus podría estar relacionado con varias líneas del gran árbol evolutivo, y los investigadores realizaron un exhaustivo análisis filogenético basado en la morfología junto a otros experimentos para probar diversas posibilidades.

Entonces, ¿qué es?

En todas las pruebas, los resultados apoyaron la hipótesis de que Saccorhytus pertenece al grupo de los ecdisozoos, que engloba, entre otros a los artrópodos -insectos, cangrejos y lombrices-, explicó Philip Donoghue, de la Universidad de Bristol.

Esta criatura marina sería así uno de los ecdisozoos más antiguos conocidos, aunque su posición exacta no está clara, además, su cuerpo en forma de saco desafía la tradicional forma de gusano de este grupo, pero "puede reflejar la condición ancestral a partir de la cual evolucionaron todos sus miembros".

Todavía queda mucho por descubrir de este pequeño animal y entre las preguntas que esperan una respuesta, destaca Michael Steiner, de la Universidad Libre de Berlín, hay que establecer si vivía flotando en el mar o entre granos de arena o si sus espinas servían para disuadir a los depredadores o para estabilizar el organismo dentro del fondo marino.

Cosmonauta ruso regresa a la EEI tras sufrir problemas con su escafandra

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El cosmonauta ruso Oleg Artémiev regresó ayer antes de lo previsto a la Estación Espacial Internacional (EEI) debido a problemas que tuvo con su escafandra, lo que obligó a suspender por precaución la caminata espacial.

Según se desprende de la transmisión de la agencia espacial rusa, Roscosmos, las baterías de la escafandra comenzaron a fallar, por lo que el ruso tuvo que suspender la expedición extravehicular.

"Oleg, tienes una presión muy baja. Tienes que regresar, ya que si la batería se agota totalmente, eso no es solo la bomba y el ventilador, sino que también se interrumpirá la comunicación y sin comunicación es imposible", le dijo el especialista desde la Tierra.

El jefe del segmento ruso de la EEI, Vladimir Soloviov, le ordenó dirigirse a la escotilla del módulo Poisk para recargar la escafandra.

"La situación está bajo el control del Centro de Control de Vuelos (CCV). La situación no amenaza la salud del cosmonauta", precisó Roscosmos en un comunicado.

Además, informó que "los cosmonautas rusos concluyeron su trabajo en el espacio exterior y regresaron a la EEI. El estado de salud de la tripulación es bueno".

Añadió que la tarea que se proponían efectuar ayer los cosmonautas será completada en próximas caminatas.

Los cosmonautas abrieron la compuerta del módulo ruso a las 16:53 hora de Moscú y salieron al espacio con más de media hora de retraso.

La caminata espacial, la cuarta para el montaje del brazo robótico, debía prolongarse durante 6 horas y 44 minutos.

Artémiev y Matvéev debían instalar en el equipo dos cámaras, cambiar de lugar un sistema de mando externo y probar su funcionamiento, además de regular el trabajo de varios motores, entre otras tareas.

Según informó un representante de la compañía rusa fabricante de cohetes Energuia, Serguéi Chesnokov, esta caminata será la última dedicada a la instalación del brazo, que se llevará a término pese a que el anterior director de Roscosmos, Dmitri Rogozin, amenazó con detener las labores debido al anuncio de la ESA de poner fin a la cooperación con Rusia en el programa ExoMars, dedicado a la investigación del planeta Marte.