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El covid sigue sin dar tregua

La Región es la que más contagios diarios reporta a nivel país y la positividad llega a niveles alarmantes. Mañana los estudiantes vuelven a clases, la movilidad aumentará y con ello la posibilidad de contagios como ocurrió antes de las vacaciones de invierno. Por ello se debe mantener el autocuidado.
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Hace algunos días que la Región de Antofagasta es la que registra la mayor cantidad de casos diarios de covid en el país y la positividad se eleva casi al 25% de los testeos. Esto último significa que de cada cuatro personas que se someten al test, una de ellas arroja positivo, lo que es una cifra muy alta si miramos que en algún momento creímos que la pandemia por coronavirus era parte de un triste episodio de nuestra historia.

El virus cada cierto tiempo se encarga de recordarnos que no se ha ido y que pese a ser menos agresivo si no hay cuidado puede ocasionar estragos tan graves como los conocidos a mediados de 2020. Allí las muertes se contaron por decenas y los casos graves provocaron un gran estrés en los funcionarios de la salud, del que aún no se recuperan.

De gran importancia ha sido la alta vacunación entre los habitantes de la zona. Está más que comprobado que la inmunización ha reducido la cantidad de cuadros graves y, por supuesto, los decesos. No obstante, seguimos con un grupo vulnerable al que se debe cuidar, sin contar los que por voluntad propia decidieron no vacunarse.

Qué recomiendan los especialistas. Lo mismo desde los días más complejos y que es ser responsables con el autocuidado y no acudir a lugares donde se producen aglomeraciones de personas.

Claramente todas esas recomendaciones y medidas como el buen uso de la mascarilla, frecuente lavado de manos, ventilación de los espacios cerrados y distanciamiento social, se habían olvidado con la disminución de los contagios, escenario que hoy cambió y que nos obliga a retomar las restricciones.

Es difícil que volvamos a vivir cuarentenas, pero si se produce un desbande en los contagios nadie las descarta. Sería volver a momentos que nos evocan desesperación y angustia.

Mañana los estudiantes vuelven a clases, la movilidad aumentará y con ello la posibilidad de contagios como ocurrió antes de las vacaciones de invierno. La obligación es por consiguiente ser responsables para que entre todos podamos sortear esta quinta ola que enfermó a quienes habían escapado del virus y recontagió a quienes se creyeron inmunes después de la primera vez.

Debemos seguir con el autocuidado o si no enfrentaremos una oleada que se nos puede escapar de las manos.

El papel de Naciones Unidas en la actualidad

"La ONU exhibe carencia de la potestad para imponer sanciones y la fuerza para hacerlas cumplir". Carlos Tarragó, Presidente Corporación Proa
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Cuando un ciudadano común aprecia que gobernantes de grandes naciones abominan y festinan de situaciones que afectan a toda la humanidad y, por otro lado, aprecian como una potencia militar abusa de su poder e invade una nación libre sin justificación alguna, uno se pregunta ¿y dónde está la Organización de Naciones Unidas para neutralizar estas monstruosas acciones?

Un par de casos grafican con exactitud, el rol pasivo, ineficaz y débil con que la ONU ha demostrado, su incapacidad de intervenir con medidas coercitivas que neutralicen acciones atentatorias contra la humanidad y países miembros. Desde hace un buen tiempo se venía anticipando las consecuencias que el calentamiento global, debido a las emisiones de dióxido de carbono, acarrearía en el clima. En los últimos años hemos sido testigos de grandes incendios forestales debido a las altas temperaturas en diversas zonas de Europa, nevazones y lluvias torrenciales que han provocado crecidas de ríos y aluviones con el consiguiente costo de víctimas fatales, crisis hídrica por sequías que se extienden por décadas, etc. Indiscutiblemente el uso de combustibles fósiles es el causante directo de este flagelo y mientras las grandes naciones contaminantes nada importante asumen para su disminución, otras como la nuestra que va cumpliendo con éxito el reto de carbono neutral en un plazo prudente, simplemente no mueven la aguja. En este caso han existido, al menos, dos mandatarios que han hecho caso omiso al problema en comento: Trump y Bolsonaro. La ONU debería instituir un reconocimiento a la "Estupidez humana" y se los asignara a los señalados personajes.

Por otro lado, la actitud inhumana asumida por Putin, con su obsesión por revivir el imperio ruso, ha reflotado la abominable e insana figura de Hitler, con su prepotente invasión y destrucción de Ucrania, sin que hasta el momento haya habido sanción mundial suficiente como para detenerlo. Mientras tanto continúan los indiscriminados bombardeos, que provocan la muerte de víctimas civiles inocentes, entre ellas ancianos, mujeres y niños

La inmensa mayoría de naciones son espectadores de las atrocidades en Ucrania, mientras el jerarca ruso, incluso amenaza con usar armas nucleares contra sus vecinos que no acaten sus pretensiones. En este caso, estoy seguro de que muchos habríamos esperado una reacción oportuna, firme y ejemplificadora para con Rusia. Un llamado de la ONU a la suspensión inmediata de las operaciones comerciales, de todos los países miembros para con el invasor/agresor, sin duda que hubiera significado problemas a nivel global, pero habría dado una señal categórica a quienes se entusiasman con ejercer su fuerza ante situaciones injustificadas. Lo anterior, siempre y cuando el organismo rector tuviera la potestad de imponer sanciones y la fuerza para hacerlas cumplir, aspecto que no se visualiza.

El patrimonio, una fuerza virtuosa o una oportunidad perdida

Cristián Rodríguez , Director del Instituto de Políticas Públicas UCN
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En numerosas experiencias territoriales, dónde han primado un acuerdo colectivo por la recuperación y puesta en valor del patrimonio histórico material e inmaterial, ha permitido a aquellas sociedades disponer de un recurso movilizador, de una fuerza social y cultural virtuosa provocadora de desarrollo; por el contrario, en aquellos territorios donde ha predominado la ausencia de un interés compartido por la herencia del pasado, esto ha significado su deterioro o destrucción, lo cual ha resultado en una inmensa oportunidad perdida por aquellas sociedades.

Al respecto, un recorrido rápido por estudios y diagnósticos destinados a registrar, describir y evaluar el estado del patrimonio de la región de Antofagasta permiten concluir en la existencia de dos realidades contrapuestas y contradictorias. Por una parte, se observa la enorme y diversa riqueza histórica que posee la región, pero por otra, en la mayoría de los casos su estado se encuentra en una situación de abandono y en riesgo de desaparecer con numerosos ejemplos conocidos. En la primera encuesta "Ciudad y Patrimonio", que dará a conocer en los próximos días el Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Católica del Norte, queda en evidencia la percepción de la población regional sobre el problema, como es la importancia que le atribuye, el deterioro actual en que se encuentra , la necesidad de recuperación y de su puesta en valor .

Sin embargo, a la luz de lo expuesto parece haber un diagnóstico compartido en la región, de que el patrimonio es una fuerza endógena, un recurso movilizador de progreso; no obstante, ha sido un diagnóstico insuficiente para frenar su deterioro, provocar su recuperación y su puesta en valor en beneficio de las actuales y futuras generaciones. La oportunidad perdida que se expresa en su actual deterioro, parece estar en la ausencia de un consenso colectivo o una visión regional compartida sobre su rescate y desarrollo entre sociedad civil, sector público y privado, lo cual se ha traducido en inmovilización y por tanto en el estado actual que se observa.

En síntesis, la región posee una riqueza patrimonial material e inmaterial de incalculable valor, pero que se encuentra en riesgo de desaparecer con consecuencias culturales y sociales sobre las actuales y futuras generaciones, por lo cual, cambiar o detener la negativa trayectoria requiere construir una carta de navegación común a través del diálogo entre los distintos actores que componen la sociedad regional.