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Alarmante aumento de basurales clandestinos en Salar del Carmen

MEDIOAMBIENTE. Un recinto con estanques de Aguas Antofagasta prácticamente está cercado por pilas de desperdicios y desechos de la construcción.
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Rodrigo Ramos Bañados

En los alrededores de la Ruta 26, a la altura de la zona conocida popularmente como "Salar del Carmen", se esparcen basurales clandestinos, incluso hasta quebradas de bastante altura. La situación es evidente desde la calzada. Estos improvisados depósitos clandestinos de deshechos han experimentado un crecimiento explosivo desde el cierre del ex vertedero. Dentro de "la basura" que se puede verificar en un recorrido por el sector, se hallan desde escombros de construcción, sillas de oficinas, latas de todo tipo, carcazas de computadores, hasta derivados del plástico, pasando por textiles. A estos se suma la presencia de animales, como perros, en descomposición.

Uno de los puntos afectados son los alrededores de los estanques Caracoles, pertenecientes a Aguas Antofagasta. Una persona, quien no se quiso identificar, pero que desarrollaba trabajos al interior del recinto, denunció que mucha gente deposita basura en el sector. "Personas con camionetas de logos de empresas y camiones de todo tipo; por esta razón hay basura industrial y doméstica. Es asunto de ver cómo está. Llegan y botan. El problema es que acá hay un recinto de agua. Nosotros tenemos una batalla constante con la basura por lo mismo. Es un tema complejo, incluso la misma basura, por efecto del viento, se nos mete al recinto. La recolectamos para después botarla nuevamente en sectores legales, como aquí arriba, en Chaqueta Blanca", aseveró.

Aclaró que no hay una hora específica para arrojar basura, sino que vienen durante todo el día. "Vemos todos los días cómo llegan, y a diestra y siniestra descargan la basura. No podemos hacer nada, salvo decirle que no lo hagan tan cerca de los estanques. El operador que trabaja aquí dice que en la noche igual vienen. No se puede hacer porque no somos nadie para decirle a la gente porque puede derivar en un problema", indicó.

Paula Carrasco, directora de Asuntos Corporativos y RSE de Aguas Antofagasta Grupo EPM, sostuvo que se trata de una problemática constante que ahora es mucha más complicada en cuanto a los volúmenes. "Sin duda el problema de la basura es un escenario crítico en nuestra ciudad y que afecta también a nuestros recintos ubicados en la periferia, desde estanques como la planta desaladora que vemos como día a día la gente lo ha ocupado como microbasurales, situación que hemos denunciado. A pesar de que realizamos planes de limpieza y monitoreo, con el paso de los días regresan estos residuos o escombros. Es por esto, que estamos abiertos a trabajar en conjunto con autoridades locales y organizaciones territoriales para ser parte de una solución concreta a esta situación que aqueja a todos los vecinos y empresas del sector como nosotros", aclaró.

Cerros

Unos kilómetros más arriba de los estanques, subiendo por la carretera, hacia el lado derecho aparece un manchón blanco de basura que escala por los cerros. La mayor parte de estos deshechos son escombros principalmente de la construcción, además de plásticos como botellas y bolsas. A pesar de los cercados, hay sectores donde se puede acceder con cualquier vehículo a estas quebradas que cobijan basura.

Juan Delgado, quien trabaja en el sector, detalló que la zona ha experimentado un crecimiento de basura, quizás por la cercanía con el nuevo relleno sanitario, pero es algo evidente que molesta.

"Si bien es desierto, igualmente es naturaleza. Además que esto habla pésimo de los antofagastinos y sus autoridades, que no dan solución a este problema de nunca acabar", aseveró.

Respecto al plástico, el codirector de Científicos de la Basura y académico de la UCN, Nelson Vásquez, explicó que cualquier elemento como bolsas, vasos, bombillas o botellas, no es que se degraden, como uno piensa, "si no que esos elementos van a cambiar o transformarse; es decir, en este caso las bolsas dejarán de serlo, pero el plástico quedará. Así, el término de degradarse lo cambiaría por el de fragmentarse. Lo anterior porque la bolsa se rompe en trozos pequeños con el paso del tiempo. Los trozos irán siendo cada vez más diminutos por efecto del sol o un efecto mecánico, como que alguien rompa o pise las bolsas", afirmó.

De esta manera, aclaró que el problema definitivo es la fragmentación del plástico, y no que la bolsa desaparezca, porque ésta, bien conservada, podría durar hasta cien años o más; pero, el plástico siempre quedará depositado en el terreno.

"Esos elementos van a cambiar o transformarse; es decir, en este caso las bolsas dejarán de serlo, pero el plástico quedará".

Nelson Vásquez, Académico UCN