Política comparativa
Dra. Francis Espinoza F. Académica UCN
Las ciencias políticas son, en esencia, una disciplina comparativa, dado que si sólo nos miramos el ombligo seremos siempre los jaguares de Latinoamérica o los/as ingleses/as del Cono Sur. Muchas veces las comparaciones son odiosas, pero nos permiten situarnos en un contexto de realidad, la real politik es bastante distinta a nuestras percepciones o deseos de prácticas éticas en el ejercicio del poder. Ésta es mi tercera semana (de seis) en Estados Unidos como parte del programa SUSI Fulbright for Scholars, estudiando la política exterior estadounidense. Ha sido inevitablemente el estudio de la gobernanza interna post Donald Trump y los grados de polarización en que la ciudadanía del país del norte está inmersa. La pregunta que subyace en la opinión pública es que entre tanta crisis mundial, de qué manera los gobiernos de centro (demócratas), centro-izquierda pueden gobernar después de períodos conservadores, populistas y de derecha.
En muchos aspectos, las cosas no han cambiado tanto desde Trump a Joe Biden, especialmente en términos de la desconfianza en el multilateralismo, la restricción de recursos para apoyar a las organizaciones internacionales y la idea de que Estados Unidos no deba seguir siendo la policía mundial. El paso de Sebastián Piñera a Gabriel Boric tampoco es percibida con transformaciones significativas. Sin duda, no se aprecian grandes parafernalias en los anuncios del Ejecutivo, pero se ha mantenido en cierto modo la 'militarización' en la zona macro sur con el eufemismo de los eternos estados de excepción, la política económica sigue su curso neoliberal, y el costo de la vida aumenta junto con la percepción de inseguridad en términos de delincuencia y cambios estructurales del país.
En mayo de este año, la inflación en el país yanqui alcanzó el récord histórico en 40 años, 8,6% (Los Angeles Times, 10/06/2022). En Chile, la inflación anual presenta su mayor nivel en 28 años con un 11,5% (El País, 08/06/2022). Si bien, no habría parámetros de comparación entre una superpotencia como Estados y una 'potencia intermedia' como Chile (Boris Yopo Herrera, 2010), pero las percepciones ciudadanas sobre una gran crisis económica son compartidas tanto en el norte como en el sur del continente americano. Las conversaciones públicas, la formación de la opinión pública en los medios y los diálogos privados hacen pensar que gobiernos blandos son incapaces de sortear las crisis con claridad y planificación a largo plazo. Esto hace reflexionar sobre qué tan democráticas debieran ser las democracias occidentales si la tajada no alcanza para todos/as, o no se le puede dar el gusto a toda la gente. Siempre he pensado que el exceso de democracia produce laxitud cívica y la pérdida del control sobre la agenda país, dado que todo exceso es malo. Aun cuando hoy en día los populismos son 'las nuevas democracias' (Profesor Muqtedar Khan, SUSI-FP 2022, 17/06/2022).
Considerando una política comparativa, ambos países han representado en sus respectivas medidas los 'paraísos' del modelo neoliberal (aunque tal vez habría más de uno). En varias de mis clases, Chile es mostrado como uno de los países más democráticos del mundo junto con Uruguay y los países nórdicos. En este mismo ejercicio, nuestra nación se presenta con una excelente gobernanza económica en relación a los actores como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, a diferencia de Argentina y otros países de Sudamérica (Miles Kahler, profesor de la Universidad Americana, SUSI-FP 2022, 06/07/2022). Estados Unidos, por su parte, sigue siendo una de las potencias más importantes en el mundo, incluso en el ejercicio del poder blando en temas de educación. Fuimos el mejor estudiante del experimento neoliberal en América Latina durante la dictadura. Los gobiernos democráticos tampoco quisieron abandonar los 'privilegios' que dejaba la 'rentabilidad política-económica' del neoliberalismo. Dado que la brecha socio-económica fue creciendo, el estallido social era una situación de tiempo en función al descontento de las clases desfavorecidas, a los escasos grados de cohesión y equidad social.
En esta comparación se podría culpar a los gobiernos de derecha (o Trumpismo en EEUU) de la polarización en la que se encuentran ambas sociedades. Sin embargo, los gobiernos precedentes tampoco han mostrado grados de eficiencia en el manejo de las crisis, y más bien inexperiencia política y peleas de poca monta. La juventud (Boric) y la senilidad (Biden) no son indicadores de éxito, dado que la globalización es el test más poderoso para evaluar a los buenos gobiernos y sus gobernantes.
"En muchos aspectos, las cosas no han cambiado tanto desde Trump a Joe Biden, especialmente en términos de la desconfianza en el multilateralismo, la restricción de recursos para apoyar a las organizaciones internacionales y la idea de que Estados Unidos no deba seguir siendo la policía mundial".