Región presenta la mayor brecha de docentes en zonas rurales de todo el país
EDUCACIÓN. Según datos del Mineduc, el 99% del profesorado de la Región se concentra en zonas urbanas y solo 1% en sectores rurales.
Las brechas en calidad de vida de apartadas zonas rurales de la región, también se extienden a la presencia de profesores en estas localidades, según se desprende un reciente informe del Centro de Estudios Mineduc (CEM) del Ministerio de Educación.
De acuerdo a este reporte, denominado "Variación en la Información Estadística de los Docentes de la Educación en Desempeño, año 2021", en el país un 88,2% del profesorado desarrolla su cargo principal en establecimientos educacionales ubicados en áreas urbanas. "Las regiones que presentan una mayor concentración (superior al 95%) de docentes en este tipo de zonas son Antofagasta, Atacama, Metropolitana y Magallanes, destacando a Antofagasta con un 99%, lo que significa que casi la totalidad de sus docentes se desempeñan en zonas urbanas", dice el análisis publicado en marzo pasado.
El reporte detalla que el 1,0% de los docentes en la región se distribuye en zonas rurales: el menor registro a nivel país. Luego siguen Magallanes (2,4%) y Región Metropolitana (3,2%)
Según comenta Nidia Carvajal Villalobos (60), directora de la Escuela San Antonio de Padua de Ollagüe (279 habitantes), una de las causas de la escasa distribución de docentes en zonas rurales se originaría por la falta de matrículas de estos establecimientos. "Las escuelas rurales aparentemente están en una tendencia a desaparecer. Por ejemplo, en nuestra escuela contamos con 44 alumnos actualmente y tengo el privilegio, como única escuela de la comuna, de contar con cinco docentes (…) al trasladarse a una escuela rural algún docente quizás cuente con mejor sueldo, porque hay un mejor derecho de zona, pero tal vez también deba hacer un mayor desembolso para pagar un arriendo o tengan dificultades para trasladar a sus familias. En el caso nuestro, el municipio nos facilita una casa para vivir", dice.
"En el norte de Chile hay escuelas multigrado que funcionan solo desde 1º a 6º básico. Por lo mismo desde 7º a 8º hay un desarraigo porque los niños tienen que emigrar hacia la ciudad. Nosotros tenemos de 1º a 8º, con una extensión hasta segundo medio. Pero igual los chicos no se quedan, porque tal vez tienen también la intención de conocer otros lugares y experiencias", agrega la directora de la escuela de Ollagüe, quien detalla que en el establecimiento operan con cursos combinados de distintos niveles. En la escuela San Antonio de Padua, en tanto, los docentes cuentan con un "sistema de bajadas", que consiste en trabajar dos sábados y disponen de cuatro días libres para viajar a sus lugares de origen fuera de la Región de Antofagasta.
Escuelas rurales
De acuerdo a datos de la seremi de Educación, en la Región de Antofagasta se registran 14 escuelas rurales, con un total de 403 alumnos y 73 docentes.
En el listado de estos establecimientos, en Calama, figuran las escuelas básicas Pukara, Señora de la Candelaria, San José y San Francisco; en María Elena (Quillagua), la escuela Ignacio Carrera Pinto; en Mejillones, la escuela Lucila Godoy Alcayaga; en Ollagüe, San Antonio de Padua; en San Pedro de Atacama, las escuelas básicas Camar, Solor, San Roque, Andina, Talabre y San Bartolomé; y en Taltal, la escuela Paranal (Paposo).
La escuela básica San Francisco registra la mayor cantidad de alumnos (113) y docentes (9) en zonas rurales de la Región de Antofagasta; mientras que la menor proporción corresponde a la escuela Andina (uno alumno y un docente)
Para René Paniri (44), residente del poblado de Ayquina (126 hab), resulta necesario aumentar el número de profesores y escuelas en zonas rurales para evitar el despoblamiento de estas localidades. Una dificultad a la que contribuiría la limitación de niveles de enseñanza principalmente hasta sexto básico, como ocurre en apartadas localidades del Alto Loa, según comenta.
"Cuando un niño llega hasta este último nivel sus padres deben dejar los pueblos para que sus hijos sigan con su educación en la ciudad. Eso ha afectado, porque los pueblos se quedan sin niños y se han debido cerrar las escuelas. Pero si se ampliara la educación hasta octavo básico eso favorecería muchísimo porque tendríamos más población en cada pueblo y tendríamos a nuestros niños hasta una edad en que puedan ya de alguna manera autocuidarse para partir a la ciudad".
"Eso le sucedió a Toconce, donde por el hecho de que ya no tenían niños muy chicos y todos ya estaban sobre sexto básico, con papás que tuvieron que irse a Calama para continuar con la educación de sus hijos, eso significó cerrar el colegio de Toconce. Lo mismo ha pasado con Cupo, donde el colegio está cerrado. Hay familias que quieren regresar a los pueblos, pero la dificultad es que los colegios no están funcionando", agrega. La escuela rural San José de Ayquina registra 14 alumnos, en un establecimiento que mantiene un nivel de enseñanza hasta 6º básico.
Estabilidad laboral
Ivette Gareca (39), presidenta del Sindicato del Colegio de Profesores de Antofagasta, sostiene que en los bajos índices de distribución de docentes en zonas rurales incidiría la menor proporción de establecimientos en estos sectores de la región, como también las perspectivas de trabajo.
"Si bien es una linda experiencia trabajar en zonas rurales, la estabilidad laboral no siempre es buena. Eso determina que los colegas vayan buscando algo más estable y comiencen a emigrar", opina.
"Es un tema que se tiene que discutir, especialmente por zonas más alejadas y las dificultades de transporte de algunas zonas, y porque así esos estudiantes tendrían más cercanía con sus comunidades y evitarían hacer trayectos más largos, que también es algo inseguro. Es lo que ocurre en Sierra Gorda, por ejemplo, los niños estudian la básica en la comuna y luego deben seguir la enseñanza media en otra localidad", agrega Gareca.